Opinión No. 106 viernes
11 de mayo de 2018
Por Marisú Ramírez
A pesar del tiempo
transcurrido, documentado como está en los registros históricos, conocer un
poco de ellos tiene un gran potencial para determinar lo que nos falta para
comprender nuestra realidad política en el país.
Las declaraciones de la
mayoría de los candidatos a puestos de elección popular son fanfarria de
relaciones públicas, utilizada para atraer a los votantes. La mayoría esperamos
esa retórica de los políticos, y tomamos lo que dicen como “Mercadotecnia Política”
pero a medida que se enfoca la visión de la realidad, ya no resulta tan adecuada.
Comienzo por creer que esa
realidad del consenso general ─incluidos los
candidatos independientes─ generada por la retórica oficial y amplificada
por los medios de comunicación, presenta escasa relación con la realidad de la
“izquierda” y la “derecha”.
La sociedad es llevada de aquí
para allá como pelota de ping-pong, según los intereses del partido en el poder.
La izquierda y la derecha son enemigos, los demás como dijo Maquiavelo: “Divide y Reinarás”
Cada lado quiere convencer de
que sabe cómo mejorar la forma de gobernar; cada uno cree que el otro imprime
una influencia desleal y se lanzan acusaciones por el estancamiento económico
que impide enfrentar eficazmente nuestros problemas.
Los roles de cada integrante
de los partidos políticos, está lejos de lograr un consenso real. Lo que me
recuerda las palabras de George Bernard Shaw: “La democracia es un dispositivo para asegurar que no seamos gobernados
mejor de lo que nos merecemos.” Por lo tanto, se podría decir que la democracia
es una ilusión colectiva inventada por los políticos.
Es,
desde la versión oficial del Coneval, encargado de medir la pobreza y evaluación
de la política social del país donde se destaca en su reporte: “derivado de un incremento en el número de
ocupados en los estratos socioeconómicos de menores ingresos. Asimismo, en este
periodo se observó un aumento en el número de trabajadores formales registrados
en el IMSS, a la par de una caída en la tasa de informalidad laboral de 0.2
puntos porcentuales”. Sin embargo el salario mínimo referencial sigue igual
que hace décadas.
La globalización no es un
proyecto sino resultado inevitable de la beneficiosa fuerza del mercado en
favor de las naciones industrializadas. Cada medida exigida es llamada “Reforma”.
Por tanto, “Democracia” y “Reforma” generalmente van de la mano, no pueden ir
separadas.
Se presenta la ilusión de que
todos los sectores económicos están al alza, y si usted no, debe ser por su
propia falla: no se es suficientemente “competitivo”. En los fracasos
económicos se culpa a los afectados por no ser suficientemente eficientes y
productivos.
Por otro lado la calidad de vida continúa decayendo, es necesario
asegurar el Estado de Derecho. Se requieren nuevas actitudes humanas en el
ámbito jurídico, así como lograr mediante el dialogo social detener el
creciente descontento, la “Democracia” dirigida a mejorar la maquinaria
económica en beneficio de toda la sociedad.
Dividir para gobernar es uno
de los más antiguos medios de control de masas, práctica común desde el Imperio
Romano. La sociedad debe estar alerta para evitar divisionismos, tanto desde la
familia hasta en los centros laborales, la energía de los simpatizantes no
tiene por qué gastarse en luchas interminables.
Los políticos en campaña
buscan votos, así que la “Democracia” es el régimen de la élite, las posiciones
ideológicas son enemigos en la práctica. En la realidad todos están juntos en
esto, y cada uno tiene una contribución la cual conforme mejores ciudadanos.
La democracia sólo existe si
el pueblo participa estableciendo el rumbo de la sociedad. Un funcionario
elegido sólo puede representar de verdad al electorado después de que ese
electorado haya elaborado sus demandas ─desde
lo local a lo global─ sobre los problemas vigentes.
Debemos desarrollar
un proceso democrático y un programa de reformas consensuadas acordes con las
necesidades de la base social. Para ello, será necesario, ─como lo he mencionado─ un dialogo sensato y una toma de decisiones
orientada a la construcción de un México próspero, herencia preciada para las
nuevas generaciones, no es solamente una necesidad impostergable sino el mejor
futuro para la nación. masryram@msn.com
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