Niña wixárika |
Opinión No.119 viernes 10
de agosto 2018
Por Marisú Ramírez
(Texto y foto)
Es necesaria una
transformación profunda, por cada uno de los avances sociales o tecnológicos exigirle
a la actual humanidad ser nunca más aquel que es, evolución psicológica, desde
lo intelectual a partir de la educación innovadora.
Establecer distancia
sensata con cada una de las transformaciones al considerar esas oleadas
ideológicas, cual fenómenos utópicos difíciles de comprender, las ideas de la
sociedad ven llegar armonía, estabilidad emocional o solución a sus problemas;
la verdad se transforma en soluciones falsas, las problemáticas persisten,
aquejan. La sociología y antropología estudian los cambios de actitudes basados
en estudios psicológicos, de ahí se explica la debilidad de las sociedades para
enfrentar cambios verdaderos y trascendentales.
Toca vivir o padecer
antivalores en escenarios distintos, actitudes ausentes de verdad. Detonantes
de la inmovilización mental. La globalización alimenta con matices utópicos una
cultura ajena, esto no debe ser así, las grandes utopías del pasado han caído
en la decepción social y han acarreado tremendos costos humanos y económicos,
es oportuno destacar la necesidad de no caer en idealismos excesivos, ejercer
una actitud de certeza, reflexión e imaginación que haga frente a los cambios
que se avecinan en México y en el mundo.
No hay duda, aún
permanece el sufrimiento en todos los continentes, las viejas demandas
políticas y económicas se afrontan por los líderes mundiales con ligereza,
además de otras problemáticas anunciadas por la naturaleza, cambios lamentables
de este nuevo milenio, ejemplo: Una hegemonía abierta y declarada de los
grandes capitales, mayor influencia de los medios masivos, la manipulación o al
menos el constante intento de estandarización de modelos sociales y por ende
culturales. Así mismo mayor tensión entre los organismos no gubernamentales (de
carácter multinacional) y los grandes intereses creados entre gobernantes
maniatados y los capitales de clase mundial.
De ahí la importancia
de la educación del futuro. Los retos en la actualidad en todos los renglones
descritos anteriormente señalan agudas competencias mundiales y nacionales las
cuales se ven afectadas por una inercia llamada pomposamente “modernidad”
estándares competitivos pobres para las sociedades humanas, se requieren
cambios con mayor originalidad y autenticidad cultural y educativa, valorar la
destrucción del medio ambiente siempre con la idea presente que es nuestra
única razón de existir, jamás estar formados en naciones cerradas a los cambios
hasta convertirse en naciones limitadas o manipuladas por intereses ajenos a la razón, rescatar a los
jóvenes desde la educación básica hasta la profesional es el deber de las
instituciones responsables.
México hoy es una
cultura fraccionada, con la integración de un elevado número de etnias y grupos
sociales olvidados, a los cuales no se les han resuelto sus problemas, con los avances
tecnológicos se tendrá el deber de enfrentar esas necesidades en complemento
con otras acciones oficiales, esos indígenas son nuestra sangre, no darles la
espalda o hacerlos víctimas del desprecio y el ingrato olvido. Otorgarles
bienestar será responsabilidad ineludible y desde la educación integrarlos a
nuestra vida cotidiana. La ética global los ha segregado, es un proceso y
llevará tiempo voltear a verlos.
La educación es un
reto permanente del futuro de México, frente a la globalización es fundamental
la apertura de las tecnologías de la información, el acceso a los conocimientos
más avanzados, así como a los adelantos técnicos de otras naciones del llamado
primer mundo, será primordial, comprender y compartir los aciertos de esas naciones, queda claro.
La globalización se ha
concentrado en las perspectivas de los mercados y no en las otras carencias
como son la libre información, la democracia, la educación, la cultura y la
ética de los países llamados emergentes, proveedores de mano de obra barata,
así como un nicho de consumidores sin más acceso fuera del consumo desmedido de
satisfactores banales, las naciones con amplios
recursos naturales y población consumidora, como lo ha sido por mucho tiempo
México, difícilmente lograrán una participación democrática en el elenco
global. masryram@msn.com
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