miércoles, 5 de febrero de 2020

Luz y Sombras


Foto: Marisú Ramírez
Opinión No.  75 viernes 15 de septiembre de 2017
Por Marisú Ramírez

Nuestro planeta está en crisis. Los seres humanos también. Los gobiernos en manos de seres con mentes enanas no escapan a esta realidad. Cada día, el panorama se vislumbra desesperanzador y por momentos pareciese que se inclina a la auto supresión. 

El sol brilla en lo alto y nos envía furiosas llamaradas para ver si nos estamos quietos. Sufrimos el trastorno del entendimiento, al parecer es consecuencia de la ofuscación y del estrés social. Actuamos por impulsos, reaccionando a veces de la peor manera.
Recuerdo una anécdota de un filósofo que llevó a sus discípulos a una habitación oscura. ¿Qué ven? -les preguntó- ¡Nada, maestro! -respondieron- La oscuridad es absoluta y no nos deja ver. El filósofo dio una palmada y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz. ¿Qué ven ahora? -les preguntó otra vez. ¡Nada, tampoco! -dijeron los discípulos. -Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver. Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros.
Al respecto, algunos científicos, cosmólogos y físicos intentan explicarnos a través de la física cuántica que deberíamos contemplar la posibilidad de que estemos viviendo dentro de una simulación computarizada gigante, idea a la cual nos revelamos por que percibimos el mundo de una forma tangible y nuestra mente no acepta la teoría de que todo puede ser una sobre simulación, Idea que tiene algunos simpatizantes de alto perfil, como el cosmólogo Alan Guth, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, en Estados Unidos y el gurú de las máquinas inteligentes, Ray Kurzwell.
Por otra parte, observamos el asombroso progreso que ha habido en materias de computación y tecnologías de la información, todo en tiempo récord. Algo no tiene lógica, ¿De dónde le surge a los creadores todo ese cúmulo de conocimientos? ¿Por qué no todos  tenemos la capacidad de crear esa maravillosa tecnología? ¿Qué requerimos para ello?
Percibimos y constatamos que todo está diseñado para que funcione con infalible precisión y de forma matemática y sistemática, como en un puzle todo embona a la perfección. En caso contrario la menor alteración de las fuerzas naturales habría hecho imposible la vida en la Tierra.
La mecánica cuántica da cuenta de que tanto la materia como la energía parecen granularse, como en la pixelización de una pantalla de computadora cuando la vemos muy de cerca. Igual pasa en el mundo, todo despierta suspicacias cuando lo miras a profundidad o de forma milimétrica y sistemática.
Sin embargo, este argumento parece morderse la cola cual perverso juego de luz y sombras, donde unos ven demasiado y otros no ven nada. En todo caso, es muy difícil —si no imposible— encontrar evidencia sólida que demuestre que estamos en una simulación.
En parte porque es absurdo mantener esa concepción por mucho tiempo en nuestra mente. En el fondo sabemos que la única noción de realidad que vale la pena tener es la que experimentamos ahora y no algún hipotético mundo detrás de todo lo que existe, controlado por alguna inteligencia superior que mueve los hilos de la gnosis y que actúa como una madre nutricia beneficiando solamente a unos cuántos.
En conclusión, cuando nos sentimos superior a los demás, respondemos inconscientemente a una carencia que se debe compensar. La sensación de vacío nos obliga a confirmar el poder imaginario con actos que tarde o temprano se revelarán desastrosos para todos. El ego requiere proclamar continuamente su poder. Pero, ¿acaso no hacemos todos lo mismo? De nuestros temores ancestrales han surgido todo tipo de creencias que no tienen fundamento. Son compensaciones de nuestro frágil ego colectivo. Meras justificaciones de nuestro accionar depredador en el eterno e infinito juego de luz y sombras. masryram@msn.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario