Union de San Antonio Jalisco. Foto Marisú Ramírez |
Opinión No.89 viernes
05 de enero de 2018
Por Marisú Ramírez
Concluyeron los festejos de
fin de año. La cena navideña unió a la familia; se estrechó la amistad con los
apegos cercanos y lejanos, todo fincado en el amor y la energía que permitirá
vencer obstáculos, el reposo de estas fechas reparó el cansancio producto de la
fatiga del ciclo que concluyó.
El tiempo permite
oportunidades, no tengo la menor duda, asuntos que resolver para lograr
continuar con la vida sin presiones. La lista de deseos es inyectar energía y esperanza
a lo que vendrá. Los escenarios demandan mayor esfuerzo, mejores resultados, continuar
la vida con fuertes proyecciones en esta nueva oportunidad llamada 2018.
El compartir alegría y buenos
deseos es aceptar los cambios al participar en ellos con energía positiva, sin
distractores que aparten del aprendizaje transformador; estar ahí será
fundamental en este lapso de reconciliación y conjunción de esfuerzos. Amar la
vida y vivirla con intensidad será una de las claves más importantes de este
tiempo.
Digo que debe dejarse atrás
todo aquel lastre dañino, los arrebatos, enojos, las actitudes contrarias y
miedos injustificados; esta oportunidad que otorga el 2018, como año nuevo,
debe estar fuera de presiones. A todos aquellos asuntos ajenos e innecesarios
ponerles fin; en otros términos no involucrarse en asuntos dañinos, dejar salir
lo bueno y abatir lo perjudicial.
Los retos son para aprender a
vivirlos, resolverlos y adelante. Ideas perniciosas, las cuales se mantuvieron fijas el año que
concluyó deben quedar ahí, en el pasado; a eso me refiero cuando digo terminaron
lo que hizo daño, si bien nos dieron lecciones de vida es sabio superar
obstáculos. Las problemáticas, cualesquiera que sean son significaciones, no
permanecer anclado en ellas será avanzar con integridad.
En lo personal aconsejo vivir
el momento fuera de escenarios devastadores e indecisiones, no es sano. Las
actitudes sin resultados positivos quedarán en ese pasado al cual todos los
sensatos renunciaron con las doce campanadas. Es un momento muy hermoso el
cambio de actitud, sobre esto se tejerá el no quedar en silencio ante
problemáticas como lo es el devastador cambio climático, las injusticias
provocadas y alimentadas a diario con la perniciosa indiferencia.
Los deseos tienen necesidad de
materializarse, no solamente con esculpir un nuevo cuerpo al abandonar el
sobrepeso (petición recurrente) será interesante saber que todo cambio viene de
la energía del espíritu, de él surgen los sueños por realizar, las ilusiones
soportadas en oportunidades que lleven a lograr los objetivos.
Ningún momento será mejor para
realizar lo que se desea si se aparta del presente, el cual considero no puede
frustrarse con los llamados hubiera sido mejor esto o aquello; conformar un
mejor futuro será la clave desde ahora.
No es repetitivo mencionar la
importancia de la felicidad, el disfrutarla en compañía y darle la atención que
requiera en todo momento la perfecciona; ella es intensa cuando realmente se
valora y se conecta con las posibilidades de ser mejores. Seleccionar lo mejor
para ser feliz es el reto en el periodo que inicia. Los festejos fueron
hermosos, insisto, ahora la responsabilidad de cumplir los deseos no puede
posponerse.
He mencionado la importancia
de estar conectados con el entorno, aunque la angustia de enterarse de situaciones
adversas desgasta y debilita el existir en un mundo tan contradictorio, ante
esto habrá que marcar diferencias y comprender los contrastes, sentir la
libertad de elección sin permanecer en circunstancias insanas, sentirse y verse
libre es otro de los retos de este nuevo año.
Ser mejor es una decisión, proyectar
hasta dónde se pretende llegar significará la diferencia, además de señalar los
mejores caminos para alcanzar los sueños expresados en deseos, al determinar la
actitud desde nuestro pensamiento y no bajo circunstancias negativas.
Lo vivido debe unificarse como
experiencias enriquecedoras, no dejarlas de lado, las claves nos son dadas,
solamente falta discernirlas e integrarlas. La existencia está marcada por
retos, desventajas y avatares continuos; desde la familia, el entorno laboral,
la salud y todo aquello que se suma debe ser motivo de cambio continuo, toda
dificultad no debe llevar al fracaso; por el contrario darle tiempo y
resolverlo de la mejor forma.
Los momentos actuales son de
riesgo constante, lo dañino deberá quedar en el camino así “sin Dios y sin
diablo”, como diría el poeta Jaime Sabines (+) sólo fueron malos recuerdos. masryram@msn.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario