Foto: Marisú Ramírez |
Opinión No. 92 viernes 02
de febrero de 2018
Por Marisú Ramírez
Que ironía de la vida y de los especuladores al
intentar convencernos de nuestra libertad a ultranza.
Para mí la existencia nos permite repetirnos por
periodos específicos, especificidad en ocasiones no suficientemente comprendida
por las asechanzas las cuales marcan nuestra estancia en este mundo. El miedo
es el ingrediente de esta pócima. Es auténtico, en su presencia, los seres
humanos lo experimentamos sin decaer, sin recibir consejo o dirección contraria
a lo decidido, somos inmensamente tercos.
En la vida existen varios caminos cuando no se
tiene la mente clara; de lo contrario se sucumbe sin remedio. El temor aterriza
en la mente, sus señalamientos son obvios en momentos aciagos, terror a lo indescifrable
por incapacidad o por capricho, según se vea.
La mente es poderosa, pinta de los colores
seleccionados a la existencia esto no se detiene, avanza y descubre
debilidades, practica con nuestro cuerpo lo que le place; cuando se siente
descubierta aniquila a su contrincante, es el deporte más cruel conocido, va en
silencio y con grandes zancadas hasta aniquilar al débil. Al miedo no se le
puede ignorar jamás, de él se aprende para vencer obstáculos, es irremediable
avanzar de frente en busca de la añorada libertad.
No estoy en contra de que el miedo a lo desconocido
paraliza, su herencia son los recuerdos, los yerros, depresiones, toda una
selva de indecisiones, mientras la vida fluye inconmensurable sin cortapisas
sin las preocupaciones que lleguen a atrapar a su víctima. Algunos dirán que es
mantener la mejor actitud, no es solamente eso, es no dejar escapar la
oportunidad de mantenerse en la lucha diaria, en otros términos, aferrarse a la
confianza emanada de las experiencias.
En general alimentamos códigos de rendición, lo
reprobable es negar las expresiones surgidas del cerebro ante emociones
imborrables con palabras o llanto, no se puede dar la espalda a ellas,
enfrentarlas con la experiencia acumulada es tan importante como el litro de
sangre que recibe el cerebro por minuto, ese líquido indispensable para la vida
que el corazón requiere en un 75 por ciento para cada latido. Los especialistas
mencionan que ante emociones sanas e insanas nuestro sistema central demanda
más oxígeno, esto es al reír, o cuando se experimenta asco, enojo o miedo se
cataliza el metabolismo.
La energía que demanda nuestro organismo cuando
incrementa descargas, en ocasiones no deseables, como lo es la glucosa y mayor
cantidad de oxigeno producto de un llanto prolongado; episodios que llevan a la
fatiga por la tensión que provoca, tener la conciencia de esto supera episodios
de sufrimiento que no es sano prolongarlos, reposar el cerebro se aconseja para
reparar los daños ocasionados que no se manifiestan hasta pasado cierto tiempo.
Pretendo exponer con este argumento la necesidad de
buscar la felicidad en todas sus manifestaciones, es como encontrar sentido al
infinito sin traducirlo en una cárcel, aunque los espacios sean reducidos habrá
que convencerse de que son enormes, más que los problemas; por ejemplo: Borges vio
y presentó éstos de forma extendida más allá de sus límites, sacó con su
literatura a los seres humanos de la cárcel emocional negativa, ese fue uno de
sus tantos aciertos en diferentes disciplinas, ofreció dimensiones
excepcionales:
“…Aprendí que en esta vida nada es seguro, solo la muerte… por eso
disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí
que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está
interesado en mi me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea. Que la
verdadera amistad si existe, pero no es fácil encontrarla. Que quien te ama te
lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas. Que ser fiel no es una
obligación sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de ti” …
La vida es un laberinto, en el recorrido en
busca de la salida habrá dimensiones diversas como opiniones existen al
respecto, Dante Alighieri recreo el cielo y el infierno con profunda reflexión,
disfrutemos los espacios de alegría apartando la mirada de los sufrimientos. masryram@msn.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario