Opinión No. 130 viernes
26 de octubre de 2018
Por Marisú Ramírez
(Texto y foto)
Puede ser interesante o
aburrido el método para imaginar o ser totalmente obvio, jamás será nada
apartado del contenido de la intención. Un contenido propio, produce estímulo o
aburrimiento, no tiene otra explicación.La existencia humana contiene dos factores: la forma y el
contenido para vivir.
Cuando se comparte se transforma en el contenido, el entorno no influye en el ser humano como se ha manifestado, al menos en la forma descrita históricamente, son los llamados genes y la trayectoria de vida acostumbrada los que determinan la existencia.
Cuando se comparte se transforma en el contenido, el entorno no influye en el ser humano como se ha manifestado, al menos en la forma descrita históricamente, son los llamados genes y la trayectoria de vida acostumbrada los que determinan la existencia.
Diversos estudios de corte científico
se han presentado en foros varios, el asunto va en dos sentidos totalmente
disímbolos; el tradicional donde se comprenden más las manifestaciones de
personalidad secundaria en lugar de la formación humana seleccionada para los
jóvenes, en otras palabras, utilizar diversos momentos de la transformación
social para entregarlos al ser humano en formación.
Esto ha sido motivo de
múltiples divergencias entre los especialistas de diversas áreas del
conocimiento humano, solamente basta dimensionar la importancia de cómo se
piensa el ser humano y el impacto que significa el contenido en su conformación
integral a partir de la identidad seleccionada por él, por nadie más.
Parece interesante y
significativo creer que los hijos heredan todo lo que son a partir de lo que
son sus progenitores, esto es: forma de pensar, ademanes, sentido de lo
circundante, además de costumbres; sin embargo, la inteligencia de los hijos es
a partir de los retos y problemática diaria o roles que realiza, no es otorgada
por su origen. Esto se puede deducir cuando se estudia al niño y su evolución
en edad. Como adolescente, en esta época es dependiente de las pautas
tecnológicas en todas sus manifestaciones.
Los comportamientos éticos se
dan a partir de lo humano. La conformación de esto mantiene otros ejes no menos
importantes como lo son la política, la libertad y la responsabilidad de ser
realmente humano con base en valores morales. Ello exige permanecer atento de
lo que sucede, más que del consejo tradicional de la familia.
La atención del futuro adulto,
sobre todo en esta época, no atiende a lo que se dicta por la sociedad sino por
esos momentos de confort que obtiene. Los padres y mentores pasan a tercer término
cuando no llegan a comprender los alcances de la ambición de este ser humano
moderno. Es entonces cuando la ausencia de la razón se hace evidente y los
momentos para enmendar los impulsos se obstaculizan.
Es asunto delicado, en esencia
por los contenidos del comportamiento de esta generación; se observan
deformaciones en su identidad, desde sus actos en familia, como en la escuela o
centros de trabajo. Los adultos evaden las formas y centran su atención en los
contenidos para evadir la censura o caer en el ridículo ante los jóvenes
deformados, no es fácil, en última instancia se busca reconocer las formas para
iniciar la disciplina, esto es difícil cuando no se ha fomentado desde su
origen el contenido de una vida saludable.
El mensaje es método, se
reinventa a cada momento, no de forma ingenua sino cargado de todos los
significados, los cuales a lo largo de la vida tienen sus particulares
contenidos; preocupa, por ejemplo, que los niños o jóvenes a corta edad decidan
formas perversas de comportamiento, contra ellos y los demás. Basta observar en
calles y escuelas actitudes violentas o disfuncionales con respecto a su
comunidad.
La forma y contenido existencial
actuales son cada vez más complicados. La violencia en sus diversas manifestaciones
se ha convertido en eje central de vida; habrá necesidad de enderezar el camino,
sobre todo en sociedades que van de lo tradicional a lo global.masryram@msn.com
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