miércoles, 19 de febrero de 2020

Contenido de vida



Opinión No. 130 viernes 26 de octubre de 2018

Por Marisú Ramírez
(Texto y foto)

Puede ser interesante o aburrido el método para imaginar o ser totalmente obvio, jamás será nada apartado del contenido de la intención. Un contenido propio, produce estímulo o aburrimiento, no tiene otra explicación.La existencia humana contiene dos factores: la forma y el contenido para vivir. 

Cuando se comparte se transforma en el contenido, el entorno no influye en el ser humano como se ha manifestado, al menos en la forma descrita históricamente, son los llamados genes y la trayectoria de vida acostumbrada los que determinan la existencia.

Diversos estudios de corte científico se han presentado en foros varios, el asunto va en dos sentidos totalmente disímbolos; el tradicional donde se comprenden más las manifestaciones de personalidad secundaria en lugar de la formación humana seleccionada para los jóvenes, en otras palabras, utilizar diversos momentos de la transformación social para entregarlos al ser humano en formación.

Esto ha sido motivo de múltiples divergencias entre los especialistas de diversas áreas del conocimiento humano, solamente basta dimensionar la importancia de cómo se piensa el ser humano y el impacto que significa el contenido en su conformación integral a partir de la identidad seleccionada por él, por nadie más.

Parece interesante y significativo creer que los hijos heredan todo lo que son a partir de lo que son sus progenitores, esto es: forma de pensar, ademanes, sentido de lo circundante, además de costumbres; sin embargo, la inteligencia de los hijos es a partir de los retos y problemática diaria o roles que realiza, no es otorgada por su origen. Esto se puede deducir cuando se estudia al niño y su evolución en edad. Como adolescente, en esta época es dependiente de las pautas tecnológicas en todas sus manifestaciones.

Los comportamientos éticos se dan a partir de lo humano. La conformación de esto mantiene otros ejes no menos importantes como lo son la política, la libertad y la responsabilidad de ser realmente humano con base en valores morales. Ello exige permanecer atento de lo que sucede, más que del consejo tradicional de la familia.

La atención del futuro adulto, sobre todo en esta época, no atiende a lo que se dicta por la sociedad sino por esos momentos de confort que obtiene. Los padres y mentores pasan a tercer término cuando no llegan a comprender los alcances de la ambición de este ser humano moderno. Es entonces cuando la ausencia de la razón se hace evidente y los momentos para enmendar los impulsos se obstaculizan.

Es asunto delicado, en esencia por los contenidos del comportamiento de esta generación; se observan deformaciones en su identidad, desde sus actos en familia, como en la escuela o centros de trabajo. Los adultos evaden las formas y centran su atención en los contenidos para evadir la censura o caer en el ridículo ante los jóvenes deformados, no es fácil, en última instancia se busca reconocer las formas para iniciar la disciplina, esto es difícil cuando no se ha fomentado desde su origen el contenido de una vida saludable.

El mensaje es método, se reinventa a cada momento, no de forma ingenua sino cargado de todos los significados, los cuales a lo largo de la vida tienen sus particulares contenidos; preocupa, por ejemplo, que los niños o jóvenes a corta edad decidan formas perversas de comportamiento, contra ellos y los demás. Basta observar en calles y escuelas actitudes violentas o disfuncionales con respecto a su comunidad. 

La forma y contenido existencial actuales son cada vez más complicados. La violencia en sus diversas manifestaciones se ha convertido en eje central de vida; habrá necesidad de enderezar el camino, sobre todo en sociedades que van de lo tradicional a lo global.masryram@msn.com

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