Foto: Marisú Ramírez
Opinión No. 69 viernes 04 de agosto de 2017
Por Marisú Ramírez
Todos estamos haciendo
lo mejor que podemos en este tumultuoso tiempo. Unos en sentido positivo y
otros muchos en sentido negativo. Por doquier se ven personas caer en
situaciones desesperadas y por caminos errados. Continuamos haciendo nuestro
trabajo y tratamos de atar algunos cabos sueltos.
Navegar con la brújula
correcta por la vida no es nada fácil y tropezamos continuamente con el flagelo
de las ironías del destino. Pareciera haber una inspiración de hacernos cargo
de las cosas que no hemos querido enfrentar o que hemos estado dejando de lado,
esperando que suceda un gran cambio afuera, en el mundo.
Cubrir nuestras
necesidades básicas a menudo se convierte en tarea titánica, sobre todo en
México. Miedo a un colapso financiero, impuestos estratosféricos, sindicatos y
organismos gubernamentales que se encargan de abusar de la gente trabajadora. Es
verdaderamente admirable subsistir con tantas presiones, carencias y pésimos servicios.
La prioridad para la
mayoría de la gente es tomar conciencia, requerimos infraestructura para
cuestiones tan básicas como el suministro de agua potable y otros servicios
básicos como el transporte público. Los de aquí dicen que es competencia del
Estado, los del Estado nunca resuelven nada y la Federación, pues muy bien
¡Gracias! Sigamos sin agua en nuestros hogares y también transportándonos en
camiones oxidados y malolientes ¡Excelente imagen para un destino turístico de
talla “Internacional”!
Mis respetos para los
señores conductores del transporte público que realizan verdaderos milagros;
conducen con las manos llenas de grasa por las reparaciones emergentes que
realizan para hacen que las unidades funcionen.
Es mi opinión, ciertamente
es aceptable en este momento. Después de todo, si el sistema colapsa, todos
vamos a pasarla muy mal, todos merecemos la abundancia y la conveniencia, si lo
elegimos.
Las cosas no cambian de
la noche a la mañana, sólo se puede hacer lo que lo haga a uno más feliz para
poder concentrarse en sus responsabilidades y propósito de vida. Y exigir,
tenemos el derecho, la obligación y la forma de hacerlo. Es cuestión de razonar
muy bien a quien le entregamos nuestro derecho de representación.
Donde va la atención, fluye la energía…
Realmente ayuda estar
en el momento presente, no atado al pasado o preocupado por el futuro. Con
paciencia estaremos en condiciones de hacer frente a las cosas que hemos puesto
fuera que se ocupan de nuestros hogares, los aspectos legales, políticos y las
finanzas.
Revisemos nuestro
inventario y aligeremos la carga. Démoslo en caridad para que sean
re-utilizados o tiremos lo innecesario. Está bien contribuir al vertedero por
última vez.
Cambiemos nuestra forma
de adquirir cosas materiales y superfluas, ya no debemos contribuir a la basura
como antes. Si esto le está pesando enormemente, lo mejor es liberarse de ello
ahora y vivir el presente, no en el futuro.
Mientras no dañemos al
planeta o a otros, hay maneras de eliminar la energía negativa que está intrínsecamente
atada a los miedos e indecisiones. Usamos el dinero como nuestro método de
cambio y podemos centrarnos en dejar de depender lo más posible del sistema,
pero todavía tenemos que comer y tener un techo sobre nosotros para poder
contribuir positivamente con la sociedad.
La clave es ser feliz
en lo que hacemos para una generación positiva de energía. Tomar descansos en
las relaciones, no destruirlas, los que dependen de ello no lo merecen. Es muy
importante que cada persona pueda trabajar en sí misma para lograr su
desarrollo evolutivo. Es momento de priorizar, para poder concentrarnos y darle
su tiempo a aquellas cuestiones que nos ayudarán a movernos hacia un futuro
mejor.
Tomemos un descanso de
la sobrecarga de los medios de comunicación y la Internet. Muchas personas
están con sobrecarga cerebral y sólo necesitan dejar de escuchar todo e irse a
su interior para una profunda comunión con su ser superior.
A veces tenemos que
dejar fuera las reglas o por un momento vivir como un niño otra vez… con
armonía y en paz. En mi opinión, esto va a pasar cuando hagamos que pase.
Esperemos que esta sea la última vuelta, y colectivamente, si todos nos
ocupamos de nuestras responsabilidades una a la vez, podemos seguir avanzando a
un ritmo más rápido... y sobre todo con mucha fuerza, precisión y certeza. masryram@msn.com
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