Foto: Marisú Ramírez |
Opinión
No. 135 viernes 7 de diciembre 2018
Por
Marisú Ramírez
Se
vive una distorsión continua de los valores humanos, traducidos estos en
derechos de los individuos a existir plenamente. Difícilmente podría ser
contrario, esto en una sociedad con tantos contrastes.
Si
se explican los comportamientos de cada formación social a partir de sus
concepciones éticas disímbolas se podría encontrar la explicación de los
comportamientos. Ahora en México se requiere una nueva filosofía al respecto,
como lo he expuesto en algunas de mis colaboraciones publicadas en este
prestigioso medio de información.
Se
han fragmentado los conceptos de valores basados en la libertad. Esto sucede
con la suficiente conciencia de los momentos falsos al existir la propuesta de
continuar con la vida por encima de lo aceptado, es rechazar las normas de
convivencia pactadas para continuar defendiendo lo incomprensible por simple
costumbre sin reparar en el perjuicio que se hace.
Se
promocionan actos fuera de la razón como el consumismo frenético de la época
decembrina; es defender aquello lo que se piensa que es lo mejor sin razonar.
La costumbre frente a la verdadera conciencia del bien colectivo. No se
requiere un ejercicio intelectual ni científico para reconocer los errores, es
necesario solamente un poco de reflexión; es un tanto pensar para actuar.
Respetar las normas sociales a partir de las leyes, conocerlas con la
suficiente conciencia para evitar caer en errores devastadores. No se niega la
libertad de nadie, es sumamente simple: pensar y actuar, así de sencillo.
El
humanismo es una filosofía certera, en ocasiones nos enfrenta a decisiones
morales aparentemente contrarias por la sencilla razón de actos compulsivos,
preocupa a los abogados, sociólogos y filósofos en particular.
La
especie humana es complicada para ser descifrada, lo interesante es estar
contra lo establecido y aún más, anteponer los juicios personales a los
acuerdos sociales, ese es uno de tantos defectos en la interpretación humanista.
Lo primordial es continuar existiendo sin reparar en los momentos contrarios a
la voluntad social.
Parecerían
momentos de cinismo, mejor dicho, es ausencia de información y formación
cultural del bien colectivo, lo razonable es mejorar desde nosotros mismos y
darnos a los otros miembros de la comunidad con suficiente cordialidad;
defender al humanismo es prioridad en estos momentos de contradicciones sociales,
reparar los daños del entorno con mejores conductas, desde lo individual a lo
universal. Otras culturas ven a los mexicanos con cierto escepticismo, eso debe
terminar, tenemos y somos una nación con enorme cultura ancestral, ordenada,
sin ataduras, solamente las que nos ponemos.
Pareciera
que la sociedad está ligada a las decisiones externas sin posibilidad de
defenderse; el consumo masivo de falsos satisfactores en esta época es
claramente una atadura a la voluntad de los comerciantes, el estar en contra de
los cambios sociales y tantas otras actitudes incomprensibles han orillado a
falsas interpretaciones de los habitantes de otras latitudes. De manera precisa
al aplicar un humanismo sensato; averiguar con plena conciencia lo que se
quiere alcanzar para tener una mejor calidad de existencia, suficientemente
satisfactoria sin atentar contra opiniones contrarias.
Me
refiero a buscar la verdad humanista soportada en valores universales jamás
impuestos, la esencia del verdadero humanismo es comprender el escenario en el
que se está desenvolviendo la actividad en ese continuo camino para encontrar
la felicidad personal y colectiva a partir de saber dónde se está y que se
espera de lo realizado.
Es
actuar con seriedad, sin hacer caso a los críticos triviales, preocupados por
nuestro hacer al respetar otras formas de actuar, claro sin perder identidad,
existir en armonía con la naturaleza a la que se ha agredido constantemente, es
la esencia de la fórmula propuesta ante las contrariedades cotidianas.
Salir,
escapar del antropocentrismo en el cual se ha sumergido a la sociedad global.
Los mexicanos hemos demostrado históricamente la tenacidad suficiente para
continuar en busca de ser mejores seres humanos, solidarios, sin fronteras; a
diario construimos el camino adecuado con bases de razones y verdad; la
filosofía humanista permite esto sin distracciones, en este mes, el amor por la
humanidad debe renacer en nuestros corazones. masryram@msn.com
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