Foto: Marisú Ramírez |
Opinión No. 72 viernes 25 de agosto de 2017
Por Marisú Ramírez
Por increíble que
parezca, se ha encontrado que existe una cura para todo: “Agua Salada”. Con un
elemento en común, la sal de la vida. puede provenir del sudor, lágrimas o del
agua del océano. Este importante hallazgo debe ser compartido con nuestros
representantes en el poder, para que se curen con el agua salada, del sudor que
exhalan por trabajar tan arduamente para que los vallartenses tengamos un
servicio de transporte público eficiente, sin aplazamientos y discusiones
fútiles y forzadas que no llegan a buen puerto, sin pensar que estos
“desacuerdos” laceran los derechos de los que verdaderamente requerimos de este
indispensable servicio.
Tal vez el sudor
expirado contenga una estructura simétrica y prolija que podría mitigarse si invitásemos
algunos de los “altos funcionarios públicos” a viajar en nuestro transporte
público. Cual viaje placentero después de esperar por horas que pase una
unidad, la que finalmente nos llevará a descansar en nuestros respectivos hogares,
después de una larga jornada laboral.
Quizá, también;
nuestros representantes municipales los podrían acompañar –quienes también lo padecen–
y juntos disfrutarían la calidez del contacto físico de cuerpos agotados por el
cansancio, el calor y la humedad; sin contar con la acumulación de gérmenes
engendrados en las unidades por la sobrecarga humana después de una extenuante
jornada de dieciséis horas de transitar por la ciudad.
En efecto, también las
lágrimas sanan, aunque a veces tenemos que llorar para dentro, porque hay que
dar buena cara al mal tiempo, aunque sea a taconazos o nos ahoguemos en
lágrimas como decía Eulalio González “Piporro” QPD, porque los mexicanos
estamos acostumbrados, siempre ha sido así. Algún día aprenderemos a exigir
nuestros derechos y a no recibir las dádivas enmascaradas, que a la larga
perjudican a todos. Ruego a Dios, que algún día aprendamos de nuestra historia,
que como mala película se repite interminablemente.
Las lágrimas también
sanan nuestra frecuencia vibratoria, lo que determina qué y a quién atraemos a
nuestra vida, incluidos los políticos. Los suspiros post-llanto de nuestro corazón
nos dicen que algo está muy mal en nuestras decisiones, porque creemos que no
sabemos con exactitud como funciona la política a la mexicana. Nuestras
acciones y decisiones revelan quién gobierna en nuestra vida, y nuestra alma
establece lazos indisolubles con otras almas para compartir plenamente la vida,
es una decisión, para bien o para mal.
Comprender que a veces
damos mucho para pocos, sin darnos cuenta de que la persona que más necesitamos,
somos nosotros mismos. Recordemos que el reloj no para, por lo tanto; pensemos
bien a quien elegimos incluidos nuestros amigos, parejas y gobernantes, no
perdamos el tiempo, nuestros hijos no lo merecen. El mundo es redondo y
cualquier lugar que pareciera ser el fin, en realidad puede ser el principio,
es momento de
darse cuenta de que nuestra psiquis está orientada a seguir patrones de
conducta y hábitos que desde la "educación" refrendamos. Todos anclamos
esos patrones que luego se transforman en nuestra cultura.
En lo personal he
podido observar muchos matices de la vida, pero sin duda todo obedece a un
sistema de juicios internos, muchas veces con nosotros mismos que nos permiten liberarnos
de traumas y de emociones reprimidas. La liberación verdadera llega cuando se
logra estar en paz con uno mismo y de conformidad con la vida, al aprender a no
hablar de lo que no sabemos, de lo que no vimos, ni a condenar lo que no hemos
sentido, cada uno sabe el dolor que carga, el dolor que sufre y los problemas
que afronta, todos tenemos una historia de vida que no debería ser juzgada por
quien no la ha vivido ¡Debe ser muy difícil gobernar!
Y finalmente, debemos
intuir que, si a un huevo lo rompe una fuerza externa, se acaba la vida, en
cambio, si lo rompe una fuerza interna, esta comienza. Por lo tanto, aprendamos
a aflorar nuestras lágrimas de ojos, piel y alma; y refresquémoslas en el agua salada
de alguna de nuestras hermosas playas, para sanar nuestros padecimientos con la
extraordinaria ¡Sal de la vida! masryram@msn.com
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