lunes, 28 de noviembre de 2016

Estrés social



noviembre de 2016

“…Hay un río fluyendo muy rápido. Es tan grande y rápido, que no son los que van a tener miedo. Ellos tratarán de aferrarse a la orilla. Ellos sienten que se están destrozando y sufrirán mucho. Conocer el río tiene su destino. Los ancianos dicen que debemos dejar de lado la orilla, empujar hacia el centro del río, mantener los ojos abiertos y la cabeza por encima del agua. Y digo, vea quién está ahí contigo y celebrar. En este momento de la historia, hemos de tomar nada personal. Y menos aún, de nosotros mismos. Para el momento en que lo hacemos, nuestro crecimiento espiritual y el viaje llega a su fin. El tiempo del lobo solitario ha terminado. Reúnanse!”
Oraibi, Arizona, Nación Hopi

Absurdo estrés del mundo moderno en vísperas de Navidad, donde es triste leer en los titulares de noticias sobre la exacerbaba intolerancia racial y ataques de odio en el vecino país del norte, por el otro lado —en el nuestro— se menciona que si se están tomando este tipo de acciones es por el comportamiento vergonzoso de los migrantes en los Estados Unidos. No es de extrañar que la tierra se mueva, se estremezca y tiemble por la violencia enmascarada de ideales. Una división política no hace mejores personas, ni el color de piel, ni la ropa que se usa, ni las joyas, ni el dinero que se tiene en el banco; nada de eso.  

Cómo sobrevivir a esta “División Humana” ante los avatares de la acumulación, la industrialización, la urbanización, el armamentismo, el consumismo, la americanización, el deterioro ambiental y la multiplicación de la pobreza. Como sociedad de consumo dispendiosa, productora de bienes innecesarios, e irrespetuosa con el medio ambiente; la naturaleza pasará la factura  —no cabe duda— La ausencia de valores como la solidaridad, la justicia y la igualdad social; se convierte en un potencial destructivo generado por un modelo de desarrollo social y económico que se dirige sólo al lucro inmediato de unos cuantos. Sólo subsiste la violencia, la miseria y la opresión. La aldea global se acelera al mismo tiempo que las organizaciones pierden su razón de ser, son rebasadas, no hay control. 

Vivir un concierto mundial acorde a lo que se espera del hombre moderno ¿civilizado? Donde la prioridad debe ser el respeto al planeta —urgente tener una dimensión ambiental— y después a nuestros semejantes. La educación debe ser capaz de construir el futuro en el presente, romper viejas estructuras, no se están formando mejores seres humanos, la educación debe estar orientada a la transformación del ser humano para vivir en armonía con la naturaleza. No hay otro camino. El pensamiento moderno  debe estar enfocado al futuro inmediato, ya que lo que está en juego es la supervivencia de todos. 

Cuando se entienda que no se trata de “luchar” unos contra otros, sino de aceptar y fluir, se habrá entendido la vida. Liberar nuestra mente de los prejuicios que construimos alrededor, al buscar la verdad en todos los aspectos de nuestra vida; sólo así estaremos actuando en la plena luz del conocimiento, al ser catalizadores del cambio que ayudará a calmar la furia y llevar nuestro ser de vuelta a su centro, al contemplar el vuelo interno y la experiencia de la manifestación podemos comprender qué puede significar en lenguaje universal el vocablo PAZ… ¡Sólo así seremos libres!  masryram@msn.com

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Motivo ulterior




noviembre de 2016

Cuando se tiene la tendencia a abrazarse al discurso superficial que acompaña a cualquier situación, llámese política, religiosa, económica e inclusive amorosa, siempre y cuando venga adornada por un bonito mensaje al que se pueda adherir  y al hacerlo, no se llega a cuestionar qué puede esconderse detrás de cada motivo ni qué implicaciones se pueda tener. 

Con esta actitud, en el fondo egoísta y sin sustancia, lo único que se consigue es pervertir lo que podrían ser iniciativas potencialmente transformadoras de la realidad. Entonces, cuando se entra en   simbiosis, se comienza a ver cómo nuestras intenciones afectan profundamente a otros y cómo, si se tienen motivos ulteriores de cualquier naturaleza en cualquiera de nuestros actos, se convierten en la falla que domina y somete a nuestro ser. Motivo ulterior —el motivo real detrás de cada acción— ahí es donde se nos juzga, no por lo superficial; se nos juzga por nuestro motivo ulterior. 

La mayoría de las veces al tener un motivo ulterior, se deriva a la carencia como complemento, al deseo oculto, la intención de obtener un beneficio, la sobrevivencia en la jungla social o por el simple placer de satisfacer al ego, o el mayor de todos los motivos: acallar la conciencia. Por ello es importante reconocer si se tiene un motivo ulterior, deshacerse de todas las florituras y observarlo en su justa dimensión, eso es lo que se tiene que refinar. 

Ser impecable es vivir desde ese lugar ulterior, el motor de la vida y el motor que hay detrás de cada cosa que se hace, se dice y se piensa. El ser impecable en nuestras acciones, relaciones y decisiones es una asignación determinante para todos. ¿Y qué tan común es esto?  Ser bueno con alguien, excepcionalmente amable con alguien y no es por el hecho de ser considerado; implica un motivo ulterior, se quiere obtener algo de esa persona. 

Nadie escapa a tener un motivo ulterior, continuamente se llena de motivos y se derivan como excusas, se quiere, se desea y debe obtenerse a cualquier precio; ya sea una relación en cualquiera de los niveles, u obtener algo, un empleo, o permanencia en él, un vehículo, una casa, un puesto público. Lo que realmente se quiere es el motivo ulterior y se usa la amabilidad como careta para obtenerlo. 

La complicación se da al realizar una revisión de lo que es el motivo ulterior, el reconocer que se tiene y cómo se  llega a experimentar. El engaño es lo que se percibe como el objeto del motivo ulterior y el engaño es la intención que no es impecable. 

Ser impecable es cuando se está en la cima de una montaña y se tiene una mayor visión que la que se tiene abajo, donde el espeso bosque obnubila  la mente y escasea la visibilidad; donde  aterra la idea de desnudarse hasta llegar al límite del desapego de los motivos ulteriores, lo que significa un verdadero miedo a lo que puedan ser o en lo que se pueden convertir, pues se comparte una amistad verdadera y provechosa con lo que se llama el yo sombrío. Se está ligado a  creencias limitantes y a los apegos que se crean con los verdaderos motivos.  Ser impecable es contener lo que existe donde no hay espacio — el amor— pegamento que mantiene todo unido. Ese es el verdadero poder y sin necesidad de motivos ulteriores. masryram@msn.com

martes, 15 de noviembre de 2016

La sombra de las palabras



noviembre de 2016
Dados los últimos acontecimientos, donde se eligió –partiendo del supuesto de que así fue en verdad– el mundo se convulsiona. Fuertes reacciones externas, reanudación de relaciones entre países antagónicos y reuniones emergentes.  Internas donde se acusa de división de las masas,  que si se deberá modificar el discurso para obtener la aprobación del congreso, que si se es demasiado impulsivo para hacerse cargo del maletín nuclear; además de las medidas prometidas para ejecutarse en el primer día de mandato, la construcción del muro de la discordia y las deportaciones masivas; entre las más. 

En redes sociales se rompe record, se generan y contando cientos de miles de comentarios, memes, videos de mega marchas de protesta, manifestaciones en varias ciudades; el caos desatado. La mayoría de los glosas, especulan, dirimen, examinan, analizan, maximizan, acusan, exigen; se retractan, borran los comentarios emitidos; el único hecho real y tangible es que el nombre está en boca de todos y por ende en la conciencia colectiva. 

Un claro ejemplo de que las palabras exteriorizadas continuamente crean realidad. Imaginar el efecto del nombre de una persona en la mente y boca de todos. Al pronunciar palabras en sentido negativo, se genera temor y de esta forma amplificamos el poder de personajes nefastos, al darles tanta importancia a sus dichos, amenazas, diatribas y ofensas los llevamos al poder, este se alimenta del odio y del miedo y él lo generó todo el tiempo, no es de extrañar que haya ganado.
Para poder comprender el fenómeno, con la corriente que alarma a muchos. Deepak Chopra señala que existe una forma de explicar la victoria, extraña anomalía que ha desafiado todas las reglas convencionales de la política, lo que debería haber sido mortal,  en otros tiempos;  mucho ingenio para aprovechar la oportunidad y seguir dominando la situación,  como ningún político lo ha logrado en tiempos modernos. 

En realidad el personaje no es especial, mejor dicho es más común que corriente. Al respecto Chopra menciona que en lo interno nos sentimos turbados y ofendidos y se convierte en secreto colectivo.  En psicología profunda, el lado secreto de la naturaleza humana se llama “La sombra” y combina todos los oscuros impulsos –odio, agresión, sadismo, egoísmo, celos, resentimiento, transgresión sexual–  ocultos a la vista.  La sombra se originó con Carl Jung y su origen básico proviene de una visión de Freud de que nuestras psiquis son duales, fuertemente divididas entre el consciente y el inconsciente. Lo que se esconde en las sombra tarde o temprano saldrá a la luz. Cuando estalla, lo que está mal es correcto. Transgredir se siente como un alivio,  la psiquis colectiva puede brincar en campos prohibidos. Cuando el personaje se entrega a la mala conducta desenfrenada y al mismo tiempo dice “Esto es divertido, ¿verdad?”, está expresando el impulso vergonzoso de dejar de obedecer las reglas. 

La negación es cuando ignoras la sombra, no existe control sobre las fuerzas que se desatan; el desastre es cuando te rindes totalmente a ella. No combatir la sombra con la sombra: la mejor palabra es la que no se pronuncia, liberar la sombra de las palabras desde la mente, porque se vuelven realidad, se estará en riesgo de ir más bajo de lo que se está dispuesto,  lo que representa algo auténtico en la naturaleza humana, los malos los convertimos en héroes y a los buenos los desechamos, no son divertidos, no llevan a la emoción ni al extremo. Es por ello, que lo estamos viendo, sintiendo e intuyendo, nos enfrenta a ese vértigo de no saber qué pasa y sentir a la vez que algo pasa.  masryram@msn.com

lunes, 7 de noviembre de 2016

¡Buenos Días!




noviembre de 2016

La costumbre de saludar de los seres humanos tiene sus orígenes en la antigüedad cuando los guerreros de las tribus se estrechaban las manos para demostrar que se iba desarmado y representaba un pacto de no agresión, más que un gesto de amistad y cordialidad.

Ya en sociedad, se generalizó la costumbre de saludar a toda persona con la que se encontraba en la calle,  establecimientos y sitios públicos donde se interactuaba. Se realizaba bajo un estricto orden social, donde dependiendo de la jerarquía o título nobiliario del personaje era la manera en que se saludaba, desde besar la mano, exageradas reverencias donde las personas se inclinaban hasta poner la mano a la altura de la rodilla, “hacer caravanas” en el glosario de mexicanismos, inclinaciones de cabeza, estrechar las manos,  el antebrazo –al estilo romano–,  de forma militar en ángulo recto y llevar la mano derecha con los dedos juntos hacia la sien o a la visera de la gorra, quitándose el sombrero… en realidad no habría espacio para mencionar todas las formas existentes de saludar y que perduran hasta la actualidad, donde se imponen diversos grados de diplomacia, solemnidad y rigurosidad ante las esferas de elite, de gobierno y de organizaciones, pero sobre todo es un aspecto cultural bastante arraigado en cada país donde se establece.

Otro tipo de saludo, como lo es el beso en la mejilla no es aceptado en las culturas asiáticas y del medio oriente –el contacto físico está prohibido–. En occidente es de uso frecuente en actos sociales, es una forma de expresar afecto entre amigos y familiares; lo que no es muy bien visto y es sujeto a controversias en el ámbito profesional, ni a una persona que recién se conoce. En Francia, Rusia y algunos países de Oriente se dan tres besos;  en Europa se dan dos y en la mayoría de los países de Latinoamérica se da uno solamente y en Estados Unidos se prefiere obviar. 

Ahora bien, el saludo más allá de un acto de cortesía y educación y dentro de la llamada cosmología andina, Nicolas Pauccar, sacerdote Q’ero menciona la importancia del saludo, no sólo entre los seres humanos, sino entre todo lo que nos rodea, es decir: la naturaleza, la tierra y hasta el dinero; en general todo lo que existe. Al saludar, menciona, lo haces parte de tu realidad, cuando alguien existe para ti, también existes para él. 

Al besar la tierra, partículas se impregnan en los labios y los receptores que se tienen en la boca dan la información para interactuar en el sitio, lo que genera un sentido de pertenencia. Pauccar utiliza otro ejemplo: al saludar un árbol lo integramos a nuestra realidad, es decir se establece conexión y al hacerlo se reciben sus beneficios energéticos y nutricios para sanarnos y alimentarnos con sus frutos. 

Recordar, la ausencia de un saludo, no solo será tomado como signo de mala educación y falta de cortesía, sino como actitud contraria donde se rompe todo vínculo de conexión, de integración, de amistad en el caso de los seres humanos. En la naturaleza, la falta de saludo es como comer insípidos pedazos de cartón en agua corrompida por la falta de interés en nuestros entornos vitales. 


Cada día nos alejamos más de los seres humanos, somos cada vez más extraños y menos conocidos, mucho menos interactuamos con la naturaleza “el Universo no está en crisis” los que estamos en crisis somos los seres humanos.  masryram@msn.com