Foto: Marisú Ramírez |
Opinión No. 88
viernes 29 de diciembre de 2017
Por Marisú Ramírez
En honor de Eloísa Muñoz Muñoz: Es difícil organizar el
pensamiento cuando las emociones son adversas. El tiempo pasa de prisa, para mí
y para mis 11 hermanos; nuestra madre resiste y se debate en un sufrimiento
interminable, una enfermedad despiadada que no detectan los estudios y el mal continúa
su marcha silenciosa. Somos 12 hermanos vivos ¡Gracias a Dios! una alejada, aunque
con la misma sangre de mis padres, segura estoy de que, aunque se le haya hecho
creer en escenarios contrarios a nosotros, en el fondo de su corazón vive la
verdad que ella conoce y otros ocultan. La amamos porque ella no es un engaño
fue traída a este mundo con el mismo amor que se nos dio a nosotros sus
hermanos.
Para cuando esta
colaboración esté publicada habremos estrenado otro año, el tiempo es
inexorable, no se detiene avanza sobre todo lo que tenga al frente. Mi corazón
sufre y el de mis hermanos también, han sido años, meses y días de sucesos que
a nadie se desean, mis consanguíneos lo saben y enfrentan con valor, ese que
pocas veces aflora en nosotros ha estado presente.
El que un año se
termine es meramente un lapso que los humanos instauramos para determinar un
punto en la historia y poderlo ubicar en una línea de tiempo. La finalidad
supone registrar acontecimientos, descubrimientos y avances tecnológicos que
hemos conseguido en este planeta.
Desde mi perspectiva,
el tiempo es un flujo de energía, donde existe energía hay vida, donde hay vida
también hay tiempo. De reversa, donde no hay tiempo existe muerte, donde existe
muerte no hay energía y entonces el tiempo no existe.
Al igual que San
Agustín de Hipona, podría decir “Si nadie me lo pregunta, lo sé, pero si me lo
preguntan y quiero explicarlo, ya no lo sé”. Por lo tanto, podríamos decir que
el tiempo en nosotros existe mientras tengamos vida, viviremos mientras
mantengamos una chispa de energía en nuestro ser.
Durante el lapso que
concluye, aprendimos de las malas experiencias, lecciones valiosas para que
podamos evitar cometer los mismos errores y de esta manera evolucionar en el
orden natural.
Lo más importante es
aceptar aprender de las circunstancias deplorables que nos dejó el año viejo,
descubrir el significado oculto que las malas lecciones del pasado nos han
dejado ¿la gente es mala o somos malos de manera que no aprendemos?
Sólo con el conocimiento
podemos sobrevivir, de otra manera, aprenderemos las mismas lecciones de los
dinosaurios que los hizo extinguirse. Pareciera que muchos de nosotros nos
dirigimos hacia un campo lleno de minas y hacemos caso omiso de las
advertencias, sobre todo si vienen de un ser querido. Sin poder evitar que una
mina les explote, debemos respetar su libre albedrío, el verdadero obsequio de
Dios a cada uno de nosotros.
Algunos intentarán
detenernos, no sin los respectivos reproches, ¡es mi vida! En cambio, la mayoría
estamos acostumbrados al estilo de vida de obtener o esperar que los demás nos
ayuden, ahí es donde se pierde la libertad.
Aquí aplica el dicho de
si haces bien, tienes problemas, lo que se traduce generalmente en que es
difícil ayudar a la gente. Minuto a minuto, la verdad siempre cambia. Existen
millones de libros que grandes pensadores y filósofos nos han heredado, pero en
la práctica es muy difícil seguir esas enseñanzas, con grandes descripciones y
palabras bellas, pero es muy difícil aplicar esas ideas en la vida real.
Lo más difícil para
nosotros, es cambiar nuestros hábitos, el estilo de vida que sigue al hábito
involucra comodidad más que acciones. Los grandes maestros buscan un estilo de
vida tranquilo y sin tribulaciones, pero que pasaría si ellos fueran arrojados
al estilo de vida moderno, estresante y turbulento.
Aún podemos encontrar
atmósferas tranquilas, pero en realidad lo que debemos encontrar en nuestras
activas vidas es un modelo que lleve nuestras vidas física y espiritual en paralelo.
De otra forma sería imposible de lograr.
Tenemos la tendencia de
buscar la tranquilidad, pero más tardamos en obtenerla cuando ya estamos
aburridos y queremos acción para vivir y estar motivados, la acción la mayoría
de las veces significa problemas y consecuencias negativas, por la tendencia
del factor activo.
Ahora queremos tenerlo
todo. Queremos menor interacción social y bajo la ley del menor esfuerzo,
solamente para tener nuestra propia seguridad y placer y también tener todas
las cosas nuevas de la vida. De manera más significativa, es el cambio de
hábito de esperar que los demás nos ayuden al hábito de tratar de ayudarse a sí
mismos y a los demás, esa es la característica de la gente nueva.
Gente nueva que pone
atención y aprende de las buenas acciones de ayudar a otros, entonces podrán
desvelar la oscuridad de las bellas palabras que cubren las verdaderas
características de libertad. ¡Feliz inicio de año! masryram@msn.com
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