Foto: Marisú Ramírez
Opinión No. 67 viernes 21 de julio de 2017
Por Marisú Ramírez
La confusión que se
genera por la diversidad de información, teorías y conocimientos; puede derivar
en el descubrimiento de que muchas creencias probadas, comprobadas y aceptadas
como verdades absolutas, en un momento dado no lo son y que en algún punto del
camino reconocemos que no eran más que postulados y conceptos aceptados como
realidad. Este fenómeno se expone muy bien en el “Mito de la caverna” de
Platón, como alegoría de la situación en la que se encuentra el hombre respecto
al conocimiento.
Derivado de esta
situación, el caos surge de la experimentación por casi todos los seres humanos
al percibir cambios severos y dramáticos en nuestro entendimiento y en nuestra
forma de ver nuestra propia realidad. Conforme avanza la ciencia y la
tecnología, el velo se corre muy fácilmente, los mitos colapsan, lo que puede ser
traumático para los que no se están preparando y permanecen en el denso y
obsoleto sistema de creencias, aceptando, confiando, creyendo ciegamente lo que
se percibe como realidad.
Abrirse, fluir y asumir
que la realidad está formada por conceptos ilusorios de dualidad y separación, la
mayoría de las veces con cuestiones difíciles de aceptar. Reconocer que
nuestras acciones han sido negativas y egoístas, sin tener en cuenta que la
culpa y el remordimiento son emociones basadas en un falso sentido del ser.
Se menciona bastante
que las malas experiencias deberían ser tomadas como oportunidades de
crecimiento espiritual. En contrapartida, el mundo seguirá juzgando las malas
acciones. El problema está entonces en la interacción de experiencias que debe
sobrellevar cada ser humano para lograr un verdadero desarrollo evolutivo.
Los viajes son para
llevarnos a un punto específico, no para viajar indefinidamente, y eso es lo
que estamos haciendo los seres humanos; queremos seguir viajando interminablemente
porque no tenemos claro nuestro punto de llegada, nuestro objetivo en la vida.
Es como girar interminablemente en la periferia de un círculo, sabiendo que
nuestro objetivo está en el centro, tampoco fuera de él.
La identificación del
ser con el ser, el flujo puede tener lugar en todos los niveles, dedicando
tiempo para abrir los sentidos, los mensajes llegan por diversos canales, literalmente
los estamos ignorando. Se recurre a la negación incesante, sin tomarse el
tiempo de conocer, el que conoce afirma y puede probar y sólo entonces se estará
en posición de aseverar que el mensaje no es verdadero.
La clave está en fluir,
abrir los sentidos para que los mensajes penetren hasta la conciencia, descubrir
que todo fluye, no desde, sino a través de uno mismo. Dios no da abundancia,
sino que Dios es abundancia. Dios es Energía y la energía nos lleva al
bienestar, a la sabiduría material, intelectual y espiritual.
La verdad que
representa a los sucesos aparentemente ordinarios de la vida se abre y se
entrena a la mente a nuevas formas de interpretar. Nuestro ser se ve atraído
por lo que ya está presente en la conciencia. Las experiencias de los que viven
completamente en el sistema de creencias tradicionales, no dejan de tener un
parloteo mental sin llegar a concreción alguna.
No después de tantos
años de estudio, de clases y de libros; sin lograr avanzar un ápice en el proceso
para el desarrollo evolutivo del ser. La evolución espiritual debe ser un
proceso al liberar a la persona de su influencia física, mental, emocional o
espiritual. El cuerpo físico no podría soportar toda la plenitud de la energía
de la Luz de una sola vez.
Las energías de la
ilusión aún siguen dominando a la mayoría en el mundo porque las creencias limitantes se manifiestan
como lastres. Es hora de introducirse en la verdad y practicarla. No buscarla
externamente.
La evasión puede costar
mucho tiempo y el tiempo, sabemos no existe o es relativo, lo que encuentra su
fundamento en la “Teoría del desdoblamiento del tiempo” creada por el físico
francés Jean Pierre Garnier Malet, quien sostiene que tenemos dos tiempos
diferentes: “…al mismo tiempo, un segundo
en un tiempo consciente y miles de millones de segundos en otro tiempo
imperceptible en el que podemos hacer cosas cuya experiencia pasamos luego al
tiempo consciente. Y no somos conscientes de esto”
Finalmente, los
estados iniciales de vivir la verdad son a menudo de pensar y actuar desde los
hábitos de los métodos tradicionales a los que estamos acostumbrados, con un
gran esfuerzo para corregir procesos de pensamiento obsoletos y carentes de
realidad. masryram@msn.com
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