sábado, 8 de febrero de 2020

Momento Electoral



Opinión No. 94 viernes 16 de febrero de 2018

Por Marisú Ramírez
Para nadie resulta extraña la capacidad que tiene el ser humano para adaptarse a las circunstancias, positivas y nocivas.
En este sentido los derechos de cualquier ciudadano en el mundo y en especial en México son y pertenecen a estructuras sociales civilizadas, soportan las formaciones sociales desde la expresión de las ideas hasta la unión de voluntades en dirección de exponer inquietudes e inconformidades, todo a través del canal adecuado.

México es una nación democrática con demasiado talento como para apartarse del camino de la razón. La diversidad de percepciones no debe privar al ciudadano, sino por el contrario demostrarle, a través de las instituciones de los sectores privados y público el respeto a la ley y justa aplicación.
Todo esto lo traigo a reflexión dado que a últimas fechas se han generado ciertos conflictos a raíz de la contienda electoral, lo cual es inadmisible desde donde se le observe. La democratización es un proceso vivo y en constante movimiento, las manifestaciones callejeras ofensivas no debieran atenderse. Adaptarnos a las circunstancias no significa no darse cuenta de lo negativo y es lesivo cerrar los ojos a una realidad que existe independientemente de lo que se piense de ella.
Avergüenza escuchar en los medios de información diversas difamaciones a los representantes de los institutos políticos, amenazas de bloqueo de carreteras o agresiones físicas directas, eso es apartarse de las normas establecidas y civilizadas. Los ejemplos sobran, son demasiados, desafortunadamente, mientras en muchos casos la autoridad se mantiene al margen “para no vulnerar el derecho de manifestación” mientras los ciudadanos se sienten desamparados. Estar al frente de una representación institucional jamás justificará el desoír el clamor popular o interrumpir las actividades de los que a diario buscan recursos para existir con una mejor calidad de vida.
Insisto, las obligaciones asignadas a la autoridad no se pueden ignorar porque se fracturan las actividades cotidianas de los ciudadanos y la convivencia social tan necesaria en estos tipos de conflictos.
Los problemas en época electoral se entrelazan y llegan al caos con afectaciones diversas, preocupa cuando golpea lo económico y se diversifica hacia escenarios culturales, educativos, ideológico-políticos e invade ámbitos de justicia, sobre todo en su aplicación plena y satisfactoria.
Las anécdotas, como mencioné sobran y se llevan bienes materiales, aunque lo más delicado son las pérdidas humanas, cadena de tragedias y barbarie contraviniendo el grado de civilización alcanzado en la historia de la nación, país reconocido por su cultura y tradición de respeto a la convivencia, por tal la contienda electoral debe adaptar mecanismos éticos y morales en búsqueda constante de espacios de libertad y cohesión ciudadana. 
Despertar las alternativas necesarias que lleven a una compresión de los procesos políticos, separarse de la verticalidad y ser más horizontales, pueblo y gobierno, eso se traduce en mejores relaciones sociales; por consecuencia se engrandece la vida nacional.
El trabajo y desempeño de la sociedad demanda la organización en estos momentos. Se escucha tal por diferentes sitios, aunque poco se atiende. Para mí los momentos electorales son ventanas necesarias para oxigenar la democracia; visto desde otra perspectiva es desorden. Trazar planes de común acuerdo y con suficiente madurez, lo que lleva a descubrir caminos adecuados para lograr soluciones integrales, esto es una lógica inevitable en sociedades como la mexicana.
Diseñar propuestas robustece los procesos democráticos integrales. Las ideas se respetan y establecen. Permitir espacios indispensables de expresión, todo en un marco de respeto a las leyes, así se planea una mejor expectativa de país, de ciudadanos conscientes y educados con la voz suficiente para expresarse y modificar lo caduco con mejores alternativas. 
Reiterar la necesaria vinculación en lo que se llama pluralidad es uno de tantos caminos para desarrollar la consciencia ciudadana, además de conformar nuevos modelos de participación y colaboración con la perspectiva de continuar la construcción de una sociedad más participativa y sana en todos sus aspectos, es este periodo electoral el que abrirá la pauta. masryram@msn.com

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