Foto: Marisú Ramírez |
Opinión No. 134 viernes
30 de noviembre de 2018
Por Marisú Ramírez
Habrá que espulgar la historia
de la humanidad y dimensionar hasta dónde el ser humano tiene una naturaleza
fundada en la maldad. No porque así lo quiera sino por las condiciones de su
entorno.
Poco más de 275 años han
transcurrido desde que uno de los más grandes pensadores de la ilustración
Jean-Jacques Rousseau, destacado filósofo suizo puso sobre la mesa su Contrato
Social o Principios de Derecho Político. Él tuvo la visión de resumir en esta
contribución los grandes momentos de su época, además de estar presente en temas
debatidos por intelectuales, mismos que dieron forma y sentido a su propuesta.
Hoy, al escuchar la
formulación de una Constitución Moral llegó a mi pensamiento la obra de
Rousseau, las razones son múltiples a partir de la ideología avanzada de ese
periodo histórico en busca de la libertad y ejercicio de la razón en actos
humanos; las ideas del ginebrino me permiten claridad además de la oportunidad
de recordar mis elocuentes clases en mi formación de abogada.
La futura Constitución Moral
será un importante aporte para la sociedad mexicana, sobre todo por las
condiciones que se viven actualmente donde los valores éticos están
prácticamente ausentes. Llevar un terreno de perfección al Estado Político
Mexicano en sus actuaciones sustantivas de justicia y moralidad no puede
esperar, por eso una propuesta como la que se pone sobre la mesa es prioridad en
el sentido expresado.
Desde el punto de vista de especialistas en Derecho, dicho
sea de paso, investigadores y maestros que he conocido además de Juan Federico Arriola, investigador de la Universidad Iberoamericana durante una
entrevista expresó: “Parece ser una ocurrencia del candidato de Morena, ya que
moral es una idea latina y la ética viene de la antigua Grecia”, sin embargo y
fuera de juicios personales, este planteamiento está basado en la importante Cartilla
Moral de Alfonso Reyes intelectual mexicano de la primera mitad del
siglo XX:
La Constitución Moral emulará
documentos ya elaborados como la “Cartilla Moral” ensayo que Reyes
escribió en 1944 a solicitud de Jaime Torres Bodet, entonces secretario de
Educación Pública y tuvo como propósito ser una base para la alfabetización en
México y planteó 6 "respetos" de la "moral": El respeto a
nuestra persona en cuerpo y alma, a la familia, a la sociedad humana en general
y a la sociedad particular en que nos toca vivir, a la patria, a la especie
humana y por último a la naturaleza.
En esta propuesta se dijo la
moral es como una constitución no escrita, cuyos preceptos son de validez
universal para todos los pueblos y para todos los hombres. Además de otros
planteamientos de corte ético y moral de diversos grupos empresariales con el
fin de otorgar valores y abatir actos de corrupción.
Por cierto, Rousseau en sus
obras propuso articular la actividad de los habitantes en sus comunidades a
partir de la libertad con base en las garantías de un Contrato Social, liberarlos
de su egoísmo y tratar más a fondo asuntos de la vida y de la naturaleza aún
con los avances técnicos experimentados. En síntesis, lo importante en sus
teorías fue garantizar a las comunidades actos fincados en la razón, la
voluntad general por encima de las particulares y la razón verdadera fincada en
la libertad de los individuos.
Es precisamente donde guardan
similitud los planteamientos del Presidente Constitucional López Obrador, con
respecto a una de las tesis de Rousseau, atención y perfeccionamiento a las
razones morales frente a los ámbitos tecnológicos, sin descartar su avance y
necesaria aplicación para el progreso de México.
Rousseau en su momento expuso incongruencias
en el llamado progreso humano sobre bases no razonables, algunas pistas de todo
esto se repiten en este siglo de la llamada globalización con sus variados impactos
en la cultura y la educación en naciones emergentes. Lo interesante en ambos
planteamientos es convertir a los seres humanos en bondadosos y con el
suficiente amor para lograrlo.
Todo ello sin contravenir a nuestra
Carta Magna en su Artículo 24, el cual aconsejo revisar y analizar
detenidamente. Mandato que no se verá quebrantado por la llamada Constitución
Moral; por el contrario, será un interesante complemento ante la ausencia de
algunos valores en los que se vive actualmente y los cuales merecen ser
rescatados. masryram@msn.com
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