jueves, 20 de febrero de 2020

Moralidad mega necesaria

Foto: Marisú Ramírez

Opinión No. 134 viernes 30 de noviembre de 2018
Por Marisú Ramírez

Habrá que espulgar la historia de la humanidad y dimensionar hasta dónde el ser humano tiene una naturaleza fundada en la maldad. No porque así lo quiera sino por las condiciones de su entorno.

Poco más de 275 años han transcurrido desde que uno de los más grandes pensadores de la ilustración Jean-Jacques Rousseau, destacado filósofo suizo puso sobre la mesa su Contrato Social o Principios de Derecho Político. Él tuvo la visión de resumir en esta contribución los grandes momentos de su época, además de estar presente en temas debatidos por intelectuales, mismos que dieron forma y sentido a su propuesta.

Hoy, al escuchar la formulación de una Constitución Moral llegó a mi pensamiento la obra de Rousseau, las razones son múltiples a partir de la ideología avanzada de ese periodo histórico en busca de la libertad y ejercicio de la razón en actos humanos; las ideas del ginebrino me permiten claridad además de la oportunidad de recordar mis elocuentes clases en mi formación de abogada.

La futura Constitución Moral será un importante aporte para la sociedad mexicana, sobre todo por las condiciones que se viven actualmente donde los valores éticos están prácticamente ausentes. Llevar un terreno de perfección al Estado Político Mexicano en sus actuaciones sustantivas de justicia y moralidad no puede esperar, por eso una propuesta como la que se pone sobre la mesa es prioridad en el sentido expresado. 

Desde el punto de vista de especialistas en Derecho, dicho sea de paso, investigadores y maestros que he conocido además de Juan Federico Arriola, investigador de la Universidad Iberoamericana durante una entrevista expresó: “Parece ser una ocurrencia del candidato de Morena, ya que moral es una idea latina y la ética viene de la antigua Grecia”, sin embargo y fuera de juicios personales, este planteamiento está basado en la importante Cartilla Moral de Alfonso Reyes intelectual mexicano de la primera mitad del siglo XX:

La Constitución Moral emulará documentos ya elaborados como la “Cartilla Moral” ensayo que Reyes escribió en 1944 a solicitud de Jaime Torres Bodet, entonces secretario de Educación Pública y tuvo como propósito ser una base para la alfabetización en México y planteó 6 "respetos" de la "moral": El respeto a nuestra persona en cuerpo y alma, a la familia, a la sociedad humana en general y a la sociedad particular en que nos toca vivir, a la patria, a la especie humana y por último a la naturaleza.

En esta propuesta se dijo la moral es como una constitución no escrita, cuyos preceptos son de validez universal para todos los pueblos y para todos los hombres. Además de otros planteamientos de corte ético y moral de diversos grupos empresariales con el fin de otorgar valores y abatir actos de corrupción. 

Por cierto, Rousseau en sus obras propuso articular la actividad de los habitantes en sus comunidades a partir de la libertad con base en las garantías de un Contrato Social, liberarlos de su egoísmo y tratar más a fondo asuntos de la vida y de la naturaleza aún con los avances técnicos experimentados. En síntesis, lo importante en sus teorías fue garantizar a las comunidades actos fincados en la razón, la voluntad general por encima de las particulares y la razón verdadera fincada en la libertad de los individuos.

Es precisamente donde guardan similitud los planteamientos del Presidente Constitucional López Obrador, con respecto a una de las tesis de Rousseau, atención y perfeccionamiento a las razones morales frente a los ámbitos tecnológicos, sin descartar su avance y necesaria aplicación para el progreso de México.

Rousseau en su momento expuso incongruencias en el llamado progreso humano sobre bases no razonables, algunas pistas de todo esto se repiten en este siglo de la llamada globalización con sus variados impactos en la cultura y la educación en naciones emergentes. Lo interesante en ambos planteamientos es convertir a los seres humanos en bondadosos y con el suficiente amor para lograrlo. 

Todo ello sin contravenir a nuestra Carta Magna en su Artículo 24, el cual aconsejo revisar y analizar detenidamente. Mandato que no se verá quebrantado por la llamada Constitución Moral; por el contrario, será un interesante complemento ante la ausencia de algunos valores en los que se vive actualmente y los cuales merecen ser rescatados. masryram@msn.com

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