Opinión No. 122 viernes
30 de agosto de 2018
Por
Marisú Ramírez
En cualquier lugar las deudas se pagan, en especie
o como se acordó por las partes, no existe posible evasión al compromiso, en el
México actual la sociedad espera se cumpla la transformación prometida.
El avance económico de este envidiable país con sus
enjundiosos ciudadanos y riquezas naturales no ha sido el esperado por
generaciones; la deuda ha crecido con otras particularidades como la pobreza,
la inseguridad, los feminicidios, la precaria educación, injusticias en medio
de un Estado de Derecho cuestionado; sin considerar las acciones fuera de lugar,
las cuales han llevado a la incertidumbre.
En alguna oportunidad expresé que las decisiones sabias solamente pueden
emitirlas ciudadanos enterados, personas al tanto de lo que sucede en medio de
un remolino de utopías. Importante es reconocer, en todo momento la capacidad
intelectual, ética y moral de los guías sociales, derivado esto de su calidad
humana valorada y comprobada. La pobreza de millones de mexicanos en las
modalidades categorizadas está presente, así como la discriminación y
desigualdad.
Me permito estos señalamientos a raíz de que hace
apenas unos días protestaron diputados y senadores, con porras agradecieron a
su candidato, hoy Presidente Electo, sin recordar a los más de 30 millones de
electores quienes realmente fueron los que les dieron su confianza, para dejar
de lado sus insatisfacciones, muchas de ellas básicas; empleo digno, alimentación,
seguridad y justicia entre las prioritarias. En otras palabras, mejorar la
calidad de vida de la población, esa fue una de las promesas irrenunciables.
Los mexicanos, admirables desde donde se les
observe; su energía está en constante realimentación, sin medir limites se
entregan a lo que creen y se satisfacen con pequeños resultados, para ello
buscan los apoyos que requieren en las instancias urbanas y rurales, la familia
es su brújula, por esta razón preocuparía que se establezcan promesas y no se
cumplan, se discrimine a la verdad y se llegue a sesgar el camino. La
calidad humana no se queda en una buena actitud, esto va más allá hasta que se
agote la esperanza de lo que quiso alcanzar con fe, entonces se debilita la
energía y llega la desesperanza.
La ausencia de resultados en los programas de
gobierno podría desembocar en una parálisis en todo orden, en la mentalidad de
los que arroparon una mejor existencia para los suyos, sin segregar a los
millones de mexicanos que viven con precariedad; los modelos sociales tendrán
el deber de corresponder a las necesidades o habrá irritación social y por
consecuencia se alejará la fuerza de la credibilidad. No pude resurgir el
método de discriminación a la verdadera realidad en la cual vive México.
Se ha visto con optimismo la decisión del señor
Donald Trump en el sentido de reactivar el Tratado de Libre Comercio, es
importante y pone sobre la mesa perspectivas para consolidar la economía de
México; parece que la negativa actitud del presidente norteamericano se cargó
de energía positiva, se celebra, tanto por los productores de esa nación como
por sus contrapartes mexicanos.
Para las familias mexicanas las pruebas en estos
años globales han sido azarosos, sin embargo, los pendientes serán resueltos,
en materia educativa, laboral, seguridad y ámbito financiero, hay optimismo en
el ambiente, confianza en la alineación política con la llamada alternancia, la
revisión de prioridades e iniciar un mejor despegue que fortalezca la credibilidad,
abata desigualdades y discriminación. La cultura mexicana es riquísima en todos
los sentidos y eso energiza las expectativas.
México espera las respuestas en varios ámbitos de
la vida nacional a tres meses de iniciar el nuevo gobierno federal. El primero
de diciembre se sabrá cómo se resolverán las calamidades y fortalecerán
aquellos modelos que han dado resultados, serán las acciones directas las
cuales terminarán con la tormenta de incertidumbre prevaleciente, ya no se
espera la calma sino, por el contrario, actitudes que lleven a un mejor estadio
de satisfacciones para todos con la esperanza de estar y vivir mejor.
Quedaron atrás los enconos, colores y
preferencias ideológico-políticas, quedó en el ambiente la necesidad de avanzar
sin mirar atrás; la nueva administración lidiará con muchas dificultades y no
tiene una varita mágica, el trabajo para engrandecer a México es de todos, con
la energía suficiente y sin rencores, no ganó AMLO sino todos los mexicanos, no
se olvide. masryram@msn.com
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