lunes, 17 de febrero de 2020

Sin quimeras


Opinión No. 122 viernes 30 de agosto de 2018

Por Marisú Ramírez


En cualquier lugar las deudas se pagan, en especie o como se acordó por las partes, no existe posible evasión al compromiso, en el México actual la sociedad espera se cumpla la transformación prometida.
El avance económico de este envidiable país con sus enjundiosos ciudadanos y riquezas naturales no ha sido el esperado por generaciones; la deuda ha crecido con otras particularidades como la pobreza, la inseguridad, los feminicidios, la precaria educación, injusticias en medio de un Estado de Derecho cuestionado; sin considerar las acciones fuera de lugar, las cuales han llevado a la incertidumbre. 

En alguna oportunidad expresé que las decisiones sabias solamente pueden emitirlas ciudadanos enterados, personas al tanto de lo que sucede en medio de un remolino de utopías. Importante es reconocer, en todo momento la capacidad intelectual, ética y moral de los guías sociales, derivado esto de su calidad humana valorada y comprobada. La pobreza de millones de mexicanos en las modalidades categorizadas está presente, así como la discriminación y desigualdad.
Me permito estos señalamientos a raíz de que hace apenas unos días protestaron diputados y senadores, con porras agradecieron a su candidato, hoy Presidente Electo, sin recordar a los más de 30 millones de electores quienes realmente fueron los que les dieron su confianza, para dejar de lado sus insatisfacciones, muchas de ellas básicas; empleo digno, alimentación, seguridad y justicia entre las prioritarias. En otras palabras, mejorar la calidad de vida de la población, esa fue una de las promesas irrenunciables.
Los mexicanos, admirables desde donde se les observe; su energía está en constante realimentación, sin medir limites se entregan a lo que creen y se satisfacen con pequeños resultados, para ello buscan los apoyos que requieren en las instancias urbanas y rurales, la familia es su brújula, por esta razón preocuparía que se establezcan promesas y no se cumplan, se discrimine a la verdad y se llegue a sesgar el camino. La calidad humana no se queda en una buena actitud, esto va más allá hasta que se agote la esperanza de lo que quiso alcanzar con fe, entonces se debilita la energía y llega la desesperanza.
La ausencia de resultados en los programas de gobierno podría desembocar en una parálisis en todo orden, en la mentalidad de los que arroparon una mejor existencia para los suyos, sin segregar a los millones de mexicanos que viven con precariedad; los modelos sociales tendrán el deber de corresponder a las necesidades o habrá irritación social y por consecuencia se alejará la fuerza de la credibilidad. No pude resurgir el método de discriminación a la verdadera realidad en la cual vive México.
Se ha visto con optimismo la decisión del señor Donald Trump en el sentido de reactivar el Tratado de Libre Comercio, es importante y pone sobre la mesa perspectivas para consolidar la economía de México; parece que la negativa actitud del presidente norteamericano se cargó de energía positiva, se celebra, tanto por los productores de esa nación como por sus contrapartes mexicanos.
Para las familias mexicanas las pruebas en estos años globales han sido azarosos, sin embargo, los pendientes serán resueltos, en materia educativa, laboral, seguridad y ámbito financiero, hay optimismo en el ambiente, confianza en la alineación política con la llamada alternancia, la revisión de prioridades e iniciar un mejor despegue que fortalezca la credibilidad, abata desigualdades y discriminación. La cultura mexicana es riquísima en todos los sentidos y eso energiza las expectativas.
México espera las respuestas en varios ámbitos de la vida nacional a tres meses de iniciar el nuevo gobierno federal. El primero de diciembre se sabrá cómo se resolverán las calamidades y fortalecerán aquellos modelos que han dado resultados, serán las acciones directas las cuales terminarán con la tormenta de incertidumbre prevaleciente, ya no se espera la calma sino, por el contrario, actitudes que lleven a un mejor estadio de satisfacciones para todos con la esperanza de estar y vivir mejor. 

Quedaron atrás los enconos, colores y preferencias ideológico-políticas, quedó en el ambiente la necesidad de avanzar sin mirar atrás; la nueva administración lidiará con muchas dificultades y no tiene una varita mágica, el trabajo para engrandecer a México es de todos, con la energía suficiente y sin rencores, no ganó AMLO sino todos los mexicanos, no se olvide. masryram@msn.com

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