sábado, 22 de febrero de 2020

Fraternidad Energética

"...historia de alegrías cotidianas basadas en la energía positiva"

Opinión No. 138 viernes 28 de diciembre 2018
Por Marisú Ramírez
(Texto y foto) 
 
Cuando se llama al progreso simultáneamente se teje un código ético, un sólido puente de humildad dedicado a los demás.

Con la llegada de un nuevo año las energías positivas deben multiplicarse al máximo. Esto significa perdón y freno a los escarnios a los demás; México, país hermoso desde donde se le vea no tiene razón para resistir negatividades en este lapso que inicia.

Las fiestas decembrinas quedan huecas sin las energías positivas de los mexicanos; celebramos con peculiaridad con respecto a otras culturas, esto ha quedado patente cada año desde siempre, por supuesto que hay personas anuladas por su condición de pobreza material, aunque estoy completamente segura de sus fortalezas las cuales pronto se verán transformadas en mejores condiciones en este 2019.

Para nadie es ajena la composición que tendrá el nuevo año; todos en complicada variedad, sentidos opuestos con ritmos propios de una nueva esperanza para continuar en busca de lograr los sueños deseados, por los apegos y participación de externos, todos en un solo sentido; avanzar sobre las calamidades que se presenten.

Se dice, ir en el mismo sentido. Parece difícil por la complejidad de los tiempos, por eso menciono que debe sobresalir la fortaleza de la identidad de los mexicanos, sus energías positivas y creativas en gran variedad de manifestaciones adecuadas a los momentos por venir.

El deber a partir del primer minuto del 2019 será: transformar la realidad en una sorprendente historia de alegrías cotidianas basadas en la energía positiva cargando acciones benéficas. Desde la subjetividad del pensamiento hasta la realización de lo deseado sorteando todos los obstáculos inmovilizadores.

Con inspiración y talento conformar nuestra mejor historia de vida en todas las oportunidades del lapso que inicia. Los mexicanos defendemos nuestra identidad al hallar el ramillete de valores los cuales permitan distinguir las frecuencias positivas.

Hace unos días mi hermana menor estuvo conmigo, me comentó de la interesante lectura “El laberinto de la soledad (1950) del maestro Octavio Paz. El intercambio de información al respecto me llevó a recordar y reflexionar algunos pasajes de este interesante libro. Sobre todo, el enfoque impreso por uno de los mejores literatos Premio Novel del siglo pasado.

Lo anterior en el sentido de comprender cómo distingue a lo largo de sus argumentos lo que somos los mexicanos, impulsos y mitos a través de una exposición escrita brillante y fluida. Paz ve al mexicano desde sus vivencias deshumanizadas inimaginables y su recomposición cultural.

Deliciosa lectura que estoy segura dejará una visión diferente a mi hermana cuando la concluya, desde donde se le contemple, sabrá que todo sucedió desde el florecimiento literario iniciado en 1935, cuando pensadores y artistas de todos los ámbitos de la cultura mexicana conformaron una de las generaciones más prolíficas en diversas artes, es interesante al dejar atrás un 2018 azarosamente soportado en avances tecnológicos vertiginosos para iniciar la incursión en un 2019 lleno de retos, con la única condición de no olvidar nuestras raíces.

En este nuevo escenario aconsejo superar los desgarres culturales en todos sentidos, llenar el espíritu de fortaleza energética y trascender, tal como se plantea en varias de las obras del maestro Paz. Camino para las nuevas generaciones, ese tramo de la vida sin retorno a las penalidades, solamente futuro promisorio.

Los mejores deseos se auto invalidan cuando no se soportan en una cultura de cambio permanente, sin inquietudes fluctuantes que le hagan vacilar, esto es, considerar el inicio del 2019 con una identidad renovada en todas sus dimensiones en la formación de un mejor ser humano, sus experiencias culturales, su memoria, tradiciones ancestrales que lo guíen a la pluralidad sensata de una nueva vida.

Deseo a usted apreciado lector que me ha seguido por largos lapsos, lo cual agradezco infinitamente, que jamás se detenga, los obstáculos se quedan como tales, a nosotros nos queda disfrutar de la felicidad añorada misma que se busca en cada despertar.

En este 2019 continuaremos soñando separados de las miserias del 2018, sus tristezas desaparecerán; el año nuevo es de retos, de comienzos, de unión, al margen de las sombras del lapso viejo se abrirá una luz de razón para ser lo deseado. masryram@msn.com

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