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Opinión
No. 133 viernes 16 de noviembre de 2018
Por
Marisú Ramírez
Es
una verdad histórica, la ciencia política da organicidad objetiva a las
decisiones del Estado en todas las formaciones sociales conocidas, a partir de
que su unión es indisoluble en dirección de servir a los ciudadanos.
La
Academia Francesa en su diccionario asienta: “Política (sustantivo): conocimiento
de todo lo que tiene relación con los Estados’’, se hace necesario ver este
asunto como la ciencia del gobierno de los Estados Políticos. Marcel Prelot, en
la Facultad de Derecho en París lo aclaró en su momento a partir de dos
percepciones históricamente determinadas: primera es la Era Política,
conocimiento del Estado aislado; en segundo lugar, la Política como
conocimiento de todo Estado.
Uno
de los aspectos bajo la responsabilidad del Estado Político es dar seguridad a
sus ciudadanos, lo que desemboca en tranquilidad y mejor calidad de vida, fuera
de aspectos depresivos y de zozobra; es en este sentido que el nuevo gobierno
federal ha planteado estrategias interesantes en el sentido mencionado a partir
de:
“Erradicar la corrupción y reactivar la
procuración de justicia; garantizar empleo, educación y salud a través de
programa de desarrollo; respeto y promoción de derechos humanos; regenerar la
ética de la sociedad; reformular el combate a las drogas; consejo de la
construcción de la paz; y la recuperación y dignificación de las cárceles.”
Puntos
planteados por el futuro titular de Seguridad, Alfonso Durazo, los cuales serán
estructura de la estrategia del “Plan Nacional de Paz y Seguridad” para
aplicarse a partir de la toma de posesión del Presidente Electo, ya como
mandatario constitucional. Resulta interesante por la originalidad de sus
expectativas.
Una
guardia nacional y regulación de drogas, además de la aplicación de justica a
penas corporales. Parece interesante la pronta humanización de las cárceles en
el ámbito del Estado de Derecho en doce años de militarización del País, donde
la fuerza castrense (Ejército y Marina) demuestran su disciplina fuera de
protagonismos y corrupción, son de admirar los resultados a la vista; es así
que el futuro Presidente Constitucional de México seguirá un camino de
transformaciones fuera de la Ley de Seguridad Interior, revocada por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN) por su estructura inconstitucional.
Si
se recuerda a los iniciadores de la ciencia política como fundamento del Estado,
los objetivos ideales para la estructura del gobierno en todos los tiempos
hasta el presente, es necesario recapitular las teorías de Platón, Aristóteles,
Cicerón, San Agustín, Tomás de Aquino, Hobbes, John Locke, Rousseau, Montesquieu,
I. Kant y Maquiavelo; destacados todos ellos por su visión de un buen gobierno,
precisamente lo que en estos días hace necesaria la forzosa reflexión.
Debe
quedar clara la intención de esta colaboración en el sentido de no pretender
una inclusión general del Derecho Constitucional en relación con la Política,
sino por el contrario una complementariedad limitada al beneficio ciudadano en
el ámbito de las normas jurídicas establecidas por nuestra Carta Magna.
La ciencia
política es entonces a partir de los teóricos mencionados, en la concepción
constitucional es el “Poder” y no el “Estado”. Ella tiene un ámbito más
ilimitado que el Derecho Constitucional, el cual está determinado por las
opciones indispensables que hoy se proponen para beneficio social. Bien se
comprenden lo amplio de las posiciones de los que encabezan el gobierno a
partir de las modificaciones realizadas a las instituciones añejas y nuevas con
sus respectivas expectativas.
Así
se han establecido hasta ahora en el Sistema Político Mexicano las relaciones
de poder a través de los mandatos elegidos por los ciudadanos. Es así como el
Congreso de la Unión es el único facultado para realizar la legislación en
materia de seguridad, al otorgar certidumbre en el actuar futuro del Ejército,
Fuerza Aérea y Marina como base de la Guardia Nacional del Plan propuesto para
México 2018-2024.
Los mexicanos merecen una mejoría para su progreso y evolución
constante, han pasado más de 500 años de propuestas para perfeccionar el actuar
y la aplicación de la justicia en dirección de alcanzar la madurez política,
México tiene esta nueva oportunidad. masryram@msn.com
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