lunes, 16 de marzo de 2020

Riesgos (retos) mortales


Foto: Alonso Reyes
Opinión No. 191 viernes 07 febrero de 2020
Por M en E Marisú Ramírez

El llamar la atención y presumir con los amigos se ha convertido en una constante en las redes sociales. En contrapartida las familias se sienten desprotegidas ante los llamados retos virales, no es para menos, ya han costado varias vidas alrededor del mundo, lo cual tiene en alerta a todos. 

Nada que ponga en riesgo la vida es divertido, lo preocupante es tener que lidiar con nuestros hijos y sus ansias de demostrar lo que jamás podrán ser: Inmortales. El caso más reciente es el conocido como “Cráneo Roto”, se dio a conocer en redes sociales y se lanzó la alerta en espacios noticiosos; éste puede causar hemorragias cerebrales, fractura de cráneo, quedar en coma y en último de los casos, perder la vida.

Es de suma importancia estar alertas a este tipo de absurdos originados por mentes obscuras y enfermizas, las cuales utilizan los avances tecnológicos para poner en riesgo a los niños, adolescentes y jóvenes, lamentable será no atender este asunto e impedir lo imiten los menores de edad. Por consiguiente, el trabajo preventivo inicia en la familia y se extiende hacia los centros educativos.

Se recordará el reto llamado “hot water challenge” (el reto del agua caliente), consistía en arrojar agua hirviendo a menores de edad lo cual fue aterrador, entonces se reporta al menos un deceso y otros infortunados quedaron gravemente afectados. La revista Time, menciona que el reto está inspirado en algunos videos de YouTube en los que se muestra a grupos de jóvenes haciendo bromas con agua caliente. Se documentó el primer suceso en Florida donde un pequeño de ocho años falleció.

Hubo otros desafíos: el reto de la canela, la cápsula de detergente, el desafío de la sal y el hielo o juego de la asfixia, todos ocasionaron en su momento lesiones lamentables, es cuando las familias y autoridades escolares iniciaron seguimiento a estos comportamientos, lo cual no ha rendido resultados tangibles; por eso es necesaria la colaboración social informada sobre estos absurdos y detectar la inclinación de los adolescentes a realizar dichos retos.

Los niños son presa fácil para los seres con disfunciones mentales creadores de estos desafíos mortales, por ello habrá que reflexionar lo dicho por un gran filósofo: "Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas", comentó el Premio Príncipe de Asturias, Umberto Eco.

Los retos mortales son históricos, desde que el ser humano existe se le ha llamado a la competencia con el fin de comprobar su arrojo ante los peligros, con el uso masivo de las nuevas tecnologías por su sorprendente proximidad y cobertura total sin considerar edades. Se ha demostrado que las llamadas selfis traspasan límites con accidentes desastrosos, donde el objetivo es lograr el mayor número de likes en Facebook, Twitter o Instagram, sin embargo, nada justifica poner la vida en riesgo. 

Para especialistas en psicología los adolescentes están en proceso de desarrollo de su cerebro en la parte racional, misma que logra su madurez hasta los 25 años; de ahí se desprende sean más influenciables por los llamados retos virales, son impulsivos y no meditan las consecuencias de sus actos, lo cual los expone por su deseo de sobresalir por encima de su integridad física, lo prioritario para ellos es provocar el mayor escándalo y alardear con sus amigos.

Es curioso, al redactar esta colaboración recibo una alerta por otra peligrosa broma viral entre jovencitas en escuelas de Edomex. Esta fatal broma consiste en hacer caer de frente a una jovencita, quien se encuentra distraída, sin que pueda meter las manos para aminorar la caída, como ocurriría naturalmente. 

El momento para rescatar a nuestros hijos influenciados por estos paradigmas nocivos es ahora, corresponde a la familia detectar los peligros, analizar tendencias en escenarios donde se desenvuelven, todo ello con sutileza y sin agresiones y atender su comportamiento en instituciones educativas. Es urgente todo seguimiento para evitar este tipo de amenazas sin conciencia. masryram@msn.com

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