Opinión No.187 viernes 10
de enero de 2020
Por
M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto)
El
fin llega de pronto, un día inesperado todo termina. En un momento trágico los recuerdos
fluyen como tormenta perfecta, todo converge y la resignación nunca llega, el ser
amado estará presente mientras existan los detalles testigos de su existencia.
La
violencia cada día nos arrebata a nuestros seres queridos, en los vivos se
aloja la muerte y no al contrario, en ocasiones el reto para seguir y en otras
para desear conocer los pensamientos finales del que se fue de este plano
físico, no existe acuerdo para dejar este mundo, nadie quiere enfrentar el
doloroso momento de despedirse. Los recuerdos crujen tristes con el peso del
necesario olvido, el cual se diluye poco a poco en el tiempo plagado de dudas.
Queda
claro: jamás se olvida a un ser querido ausente. Comenzar la existencia sin su
presencia es lo más difícil, aunque las exigencias de cada día son arduas, los
retos no claudican, continúan intensos, parecen surgir de la oscuridad de la
tristeza, ahí están y el que se fue a la habitación de al lado deseará a los
que se quedan la obligada resignación, Mario Benedetti así lo expresó:
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Es
muy triste dejar ir a un ser amado, familiar, amigo o alguien al que se estimó
por alguna razón sin haberlo conocido a fondo; es un dolor que se clava en el
alma, sentimiento intenso y difícil de comprender al instante de la fatídica noticia
y durante los momentos de la despedida, es un ir…
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
El
debate con nuestros sentimientos es enorme, regularmente se pierde la batalla
ante la ausencia del ser que se despide, las palabras no expresadas en su
momento se atoran en el alma, a menudo el destino marca caminos paralelos y las
oportunidades de convivencia son casi nulas, cualquiera que sea la omisión es
peor el desafío, es entonces cuando se reflexiona para encontrar que…
Aún hay fuego en tu
alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Los
seres humanos tenemos la capacidad para adaptarnos a las circunstancias, las
que lleguen se enfrentan como parte de la vida de la cual se deriva el reto de
existir, aunque jamás se está preparado para resistir la tristeza de ver partir
del plano físico a un ser amado. Aquellos que digan o sostengan lo contrario
viven en el enorme error de la soberbia, se atesoran riquezas, diversos bienes
materiales, aunque nunca la capacidad para resistir el dolor de perder a un miembro
de la familia.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo.
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo.
Comprender
la vida y sus consecuencias, la muerte no existe en el plano espiritual, sólo se
cambia de habitación, sabemos que ellos están ahí y a través del muro nos
envían mensajes todos los días, desde el revoloteo de un colibrí a nuestro
alrededor, una bella mariposa que despliega sus alas enviándonos consuelo, una
suave brisa, el sigiloso e inexplicable aroma que invade nuestros sentidos o el
suave ensueño donde abrazamos al ser ausente.
Abrir
los sentidos y sentir su vigorosa energía a través del frágil e inquebrantable
muro de la habitación de al lado. Abracemos más seguido a nuestros afectos,
nunca sabremos cuándo será la última posibilidad de hacerlo. masryram@msn.com
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