Los momentos de esta etapa histórica enseñan la necesidad de evitar tropiezos... |
Por
M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto)
Además
de no rezagarse, el tiempo es interminable. El reloj de la vida avanza sin
anticiparse a las circunstancias que le dan la razón por ser autónomo: nadie se
atreve a contravenirlo, es así como el tiempo se burla del ser humano carente
de pericia, de donde le surge la ignorancia para aniquilar lo poco que hubo de
inteligencia.
El
reflexionar desde mi formación profesional me permite distinguir la importancia
de cuidar este excepcional recurso, para muchos intrascendente, por su mínimo
esfuerzo para comprender su lugar en el mundo o tal vez el desinterés emanado
de su tristeza al no avanzar como desearía, existen muchas y variadas causas
las cuales van construyendo obstáculos y barreras interminables.
El
tiempo es un asunto apasionante por sus múltiples variables para interpretarlo,
el tiempo no llega ni se va, el tiempo solamente es. Por tal, es necesario
dimensionar su momento en espacio, materia y energía. Para los que se lamentan
por falta de tiempo habrá que aclararles su falta de creatividad para
utilizarlo, no debe sobrar ni faltar, si acaso se nota que sobró es porque no
se aplicó en su justa proporción, todo lo realizado está contenido por un
tiempo, nada fuera de su dominio.
Los
momentos del tiempo son preciosos, cuando no se utilizan seguro otro los
aprovechará, esto no se discute, es verdad y muchas personas tienen conciencia
del desperdicio que se hace del tiempo cuando ya es tarde para recuperarlo. Nada
más triste para un ser humano.
El
tiempo es indolente, físicamente solo se compara con el viento, pasa avasallante
frente a la humanidad atónita. En la mayoría de los casos se ignora la esencia
de lo que se busca, y se deja de lado lo esencial. Los yerros surgen del
imaginario colectivo, son producto de la falsa percepción, tal vez por ausencia
de saberes.
En
alguna charla escuché a un especialista en metafísica quien sostuvo que los
recuerdos no son parte del pasado humano, ni tampoco la imaginación es
manifestación del futuro; los dos momentos son temporales, se mezclan para
interactuar y abrir camino al pensamiento en su justa dimensión.
El
tiempo lo contiene todo y lo integra con amplitud; nada acontece fuera de su
dominio. Los seres vivos estamos contenidos en él, se sabe que los que se marcharon
del plano físico dejan de existir en la materia, están en el recuerdo, en el
sitio imaginario, no se sabe si más allá de los dominios del tiempo, esa
dimensión solamente ellos la conocen.
Algunas
personas saben de la capacidad del tiempo para integrar sus acciones, eso
sucede por su maravillosa estructura cundo se hace compatible y fusiona con
aquellos que lo aprovechan; todo está contenido por él a partir de la energía y
sus frecuencias utilizadas por los individuos conscientes de su beneficio.
Frente a esto está la oportunidad de saber utilizarlo, en otras ocasiones da la
impresión de que se le ignora.
Los
momentos de esta etapa histórica enseñan la necesidad de evitar tropiezos, las
sociedades mundiales viven con mayor miedo que antaño, se cierran los caminos para
experimentar pruebas fuera de lugar, es necesario enmendar errores cometidos al
medio ambiente y a todo ser existente, esto tendrá necesidad de ser lo más
rápido posible, las amenazas no dan tregua y surgen severas incógnitas ¿de
verdad hemos agotado el tiempo? ¿el momento es ahora? o ¿es demasiado tarde?
Vale la pena recordar una parte de la obra del Ser y Tiempo del
gran pensador Martin Heidegger donde reflexiona el sentido del ser y su
señalamiento estructural: es el tiempo el que pertenece al sentido del ser, es
el sentido de existir en otras palabras. Es el ser humano con sus resultados lo
que llena el vacío de lo anhelado por él, es la mejor forma de corresponderle y
convertirlo en aliado ineludible. masryram@msn.com
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