Foto: JM Reyes |
Opinión No. 179 viernes 15 de noviembre de 2019
Por M en E Marisú Ramírez
La
realidad que se vive obliga a repensar los paradigmas de los llamados “Dones” y
visualizar oportunidades para abrir la mente a nuevos horizontes de
oportunidades. Quedar quietos o solamente receptivos condena, hasta desembocar
en la frustración.
Quién no
desea librarse de una plaga, sea de insectos o de personas tóxicas, su cometido
es entorpecer el progreso, retraerlo o simplemente conservarlo para evitarse
molestias o en el peor de los casos competencia. Algunos seres integrados a la
cadena evolutiva transforman sus códigos genéticos para lograr la supervivencia
como es el caso de los tardígrados y otros sometidos a estudio por el ser
humano.
Se sabe
que el talento está asociada a la inteligencia humana, destrezas, aptitudes y
sobre todo capacidades para llevar a efecto cualquier actividad con suficiente soltura,
liderazgo y creatividad. En líneas generales los seres humanos tienen estas
características, aunque se debe admitir su negación por actitudes contrarias a
la razón al no tener claro el objetivo y las metas que se pretenden alcanzar,
entonces sobresale la soberbia.
Durante
mi formación profesional he conocido a seres humanos con dones maravillosos, en
algunos casos no son conocidos lo suficiente o simplemente no tienen
referencia:
1 Pedro 4:10-11 Reina-Valera 1960 (RVR1960) Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
De esta forma Pedro divide los dones espirituales
en dos campos: los dones hablados y los dones de servicio: los dones de hablar
incluyen el don misionero, la predicción y la enseñanza, o la profecía. En
Efesios capítulo 4, estos dones se dividen en dos dones de evangelismo, aliento,
discernimiento, sabiduría, liderazgo y hablar en lenguas. Los dones de servicio
consisten en el don de fe, administración, dar, sanar, milagros, hospitalidad,
misericordia, ayuda y servicio.
A causa
de los ámbitos en los que se han formado y desenvuelto o por falta de
motivación los dones se oscurecen, se ocultan y se niegan; los dones van
íntimamente ligados al talento, lo fortalecen y dan formas inimaginables de
creatividad para el emprendimiento integral.
De la
mano, don y talento se complementan. El primero derivado del termino latino donum,
se enfoca a las aptitudes de las cuales dispone una persona. Por tal
mencioné que en este puerto turístico he conocido a seres humanos de servicio,
solidarios y también a los incansables miedosos escondidos con caretas falsas
para no ser desplazados de sus nichos de poder, han de sufrir demasiado.
Don y talento
son intensos, complemento de la vida al recibir la gracia divina y
desarrollarla con la mejor destreza posible. Conducir la vida con base en
valores morales y éticos hace mejores sociedades. Se llama don al poseedor de
bienes, mientras plebeyo al que no merece ni ser observado, ambos son seres con
sus destrezas, dones y talentos; no los forma su origen social, son sus actos
en beneficio de su comunidad.
En medio
de todas las interpretaciones sobra añadir los daños causados a la conciencia y
a nuestro hábitat por la tecnología; avances continuos en ocasiones
innecesarios, los cuales derivan en costumbres heredadas o del contexto donde
se desenvuelven las actividades cotidianas.
Formas, técnicas y métodos; los que de alguna forma
fracturan paradigmas, los cuales fueron valiosos por muchos años; desde el
pañal de tela hasta el agua embotellada, enfermedades desconocidas o armas de
destrucción masiva controladas por sistemas sofisticados o inteligencia
artificial, todo esto ha significado un lamentable retroceso al adormecer la
conciencia y no reconocer los dones otorgados por la energía divina.
Comprender lo negativo que se produce al descartar, negar o reprimir un
“Don” otorgado desde lo Divino orilla inevitablemente a ir contra el destino y,
como consecuencia la existencia humana se torna infortunada y se complica,
tener conciencia de esto purifica los actos convirtiéndolos en generosos,
convierte al ser en un deber ser completo en todo lo que incursiona. masryram@msn.com
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