martes, 3 de marzo de 2020

Asexualidad amorosa


Opinión No. 149 viernes 15 de marzo 2019

Por Marisú Ramírez
(Texto y foto)
 
El amor en pareja es un asunto complejo y se determina en varias categorías en el ambiente de la diversidad sexual. Podría decirse que es un tema difícil, no imposible para interpretarse en el contexto de una verdadera guerra entre sexos.

En esta época la sexualidad se tergiversa con la adopción de patrones diferentes a los conocidos históricamente, existe una marcada desorientación y práctica interpretativa actual cada vez más temprana y con base en la existencia de consecuencias devastadoras en diversos ámbitos. 

Hoy deseo referirme solamente a una categoría la cual diversas personas podrían desconocer: la asexualidad. Esto merece consideraciones de fondo y forma, como sería el tema del amor. 

La asexualidad nace en comportamientos derivados de múltiples factores sociales, existenciales, espirituales y hasta biológicos. Los estudiosos sostienen que no se elige ese camino para existir, simplemente la atracción o deseo por la relación sexual es nula, aunque se esté en una relación amorosa, romántica o se sienta la necesidad de compañía.

Las personas con preferencia asexual pueden llegar a ser catalogados y tratados de forma agresiva, verbal, física o emocionalmente. Una persona asexual tal vez no quiere complicar su existencia al extremo derivado de experiencias sexuales y prefieren dejarlas de lado.

Amor y sexo no se conectan en el cerebro de los asexuales, la mayoría de las veces están dispuestos a la intimidad sin actividad sexual. No existen en este sentido puntos intermedios como se pretende al encasillar a toda preferencia sexual solamente como hetero, homo o bisexual. 

La asexualidad es un tema vilipendiado, minimizado e ignorado por todos, con enormes implicaciones en la vida social, donde la mayoría de las personas desconocen o no pueden detectar las grandes ventajas que la asexualidad aporta a los seres humanos. 

A diferencia del celibato, que es una opción para abstenerse de la actividad sexual, la asexualidad es una parte intrínseca de quienes lo son, al igual que otras orientaciones sexuales. Las personas asexuales tienen las mismas necesidades emocionales que todos los demás y son igualmente capaces de establecer relaciones íntimas.  (AVEN Asexual Visibility and Education Network)

Con vínculos de comunicación indudablemente complicados y su mundo aparentemente diferente, se complementan con el sentimiento de sentirse cerca de alguien y ser protegido o proteger en una relación, eligen cómo interrelacionarse con personas de casi cualquier tendencia sexual afín: arromántica, agénero e inclusive demisexual; buscando la forma de comunicación más intensa en ese terreno de unión.

Ahora bien, las actitudes de las personas las cuales decidieron la asexualidad, ya sea por inhibición o intentar descubrir su autenticidad sexual o verdadero objeto de su deseo o tal vez evitarse problemas derivados de placeres o prácticas sexuales de “moda”; lo interesante para ellos es brindar cariño y explotar el romanticismo con su pareja, esto está debidamente documentado en los archivos de los sexólogos.

Ahora bien, es muy poco conocido por las personas que la energía más poderosa del universo es la “Energía Sexual” o “Energía creadora de vida” donde los beneficios al conservarla o usarla sin derroche, sin lujuria, de manera consciente y sin dañar a ningún ser humano tiene beneficios insospechados en nuestro ser. Caso contrario el coste energético es bastante devastador. Existe demasiada displicencia al respeto. 

El asexualismo no es sinónimo de mojigatería ni puritanismo, tampoco dejar de lado la práctica sexual u olvidarla en un rincón de nuestra alma, o se abandone por pánico a elegir una preferencia concreta y original. En otras palabras, incursionar en nuevas formas de intimidar con una pareja por encima de nuestras preferencias, el respeto a la diversidad sexual es básica en una sociedad tan complicada como la nuestra. El mundo del sexo es amplísimo, sin duda después del poder es lo que domina a los seres humanos. 

En estas épocas de conmoción y descomposición social, podría ser hoy el momento de considerar hacia dónde estamos llevando nuestra “Fuerza Sexual” ya que sin ella no existiría ningún ser viviente sobre la tierra. No es el sexo algo meramente fisiológico como pretender muchos demostrar. masryram@msn.com

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