lunes, 16 de marzo de 2020

Atentado contra el amor


Opinión 184, viernes 20 de diciembre de 2019

Por M en E Marisú Ramírez Muñoz

Pareciera definitivo, el juicio predominante del consumo frente a una realidad histórica que cada ser humano comprende desde una pasmosa subjetividad, en la cual desaparece la verdadera razón de una celebración como lo es la maravillosa Natividad. Cada cual la interpreta en función de sus intereses personales.

Puerto Vallarta, maravilloso destino turístico recibirá miles de visitantes en estas fiestas de fin de año. En este sentido complace saber de las interconexiones aéreas y marítimas establecidas con varias ciudades del mundo mediante convenios de intercambio turístico y con ello la llegada de turistas en busca de la relajación obligada, después de meses de trabajo constante y estrés permanente.

Los prestadores de servicios de este destino han asimilado las normas adecuadas de respeto en épocas vacacionales, en especial las de fin de año, demuestran con actitudes de amistad mezcladas con cariño y amor por los que llegan a celebrar fuera de falsas interpretaciones. 

Las diversas formas al difundir normas de consumo masivo aquí en Puerto Vallarta mantienen suficiente conciencia, las condiciones buscadas por el receptor frente al acontecimiento de amor por encima del consumo: obtener lo más placentero sin atentar contra la salud, satisfactores adecuados a cada gusto de acuerdo con los presupuestos económicos dispuestos por los visitantes.

Por supuesto en estas fechas lo importante es consumir, muchas veces fuera de las posibilidades presupuestales, endeudarse para quedar bien con tal o cual persona, o para uno mismo lucir espectacular, aunque por dentro no se esté. Los comportamientos de consumo han cambiado en México, sin reflexionar si verdaderamente se requiere un producto y sin averiguar si son verdad los impactos promocionales que lanzan al consumidor, pareciera que tienen vida propia y son sumamente indispensables, no lo son.

La libertad para consumir está fragmentada en su base de valor. Analizar esto con sensatez lleva a descubrir los momentos falsos del mensaje publicitario y permite retomar la necesidad de continuar con la vida por encima de ilusorias expectativas; en otras palabras, dar valor a la convivencia real fuera de artificios y dependencia a modas de consumo por simple imitación, resultando incomprensible y sin reparar en el perjuicio subjetivo de intereses ajenos a la celebración.

Además de lo anterior, están los excesivos ágapes y bebidas espirituosas; el riesgo es olvidar la dieta sana con la sobre carga de calorías y el lógico aumento de peso corporal, lo cual agudiza enfermedades o da origen a otras, para lo cual están formados los medicamentos, todo un negocio redondo.

Se podrá notar el impacto cultural de estas celebraciones, mismas que están fuera de control: de vida saludable, de carteras vacías; entonces llega la cuesta de enero, las proyecciones para el año 2020 no son nada halagadoras, esto desde el punto de vista global; los pronósticos señalan un año sumamente difícil en todos los aspectos, lo que conlleva un gran impacto emocional, otro colapso a la salud
.
Estas fechas inspiran, invitan y sugieren reflexión urgente, encontrar solución a los añejos problemas sociales acumulados, ser respetuosos y condescendientes con nosotros mismos, pero más con nuestro prójimo, pasarla bien no está reñido con el respeto al medio ambiente ni a nuestros semejantes, al brindar un poco más de “amor en cada acto”. 

En ningún momento se está en contra del amor, este sería maravilloso bálsamo permanente si se dimensionara su forma incondicional e ilimitada, son demasiados los registros escritos en la historia de la humanidad, ahí se ha sostenido que el amor nos salvará y que es la respuesta más hermosa a la brutalidad humana. 

En todos los tiempos el amor ha existido, pero ¿adivinen qué? El amor pese a sus esfuerzos no nos ha salvado. A través de milenios, maestro tras maestro han expuesto las maravillas del amor y han enseñado que el amor es la respuesta a casi todo. Jesús enseñó lo mismo hace más de 2000 años, pero el amor no nos ha salvado.


Y adivinen otra vez: tampoco el consumo excesivo de falsos satisfactores nos salvará. Muchos están asesinando a sus semejantes por ellos ¡Triste realidad! Les deseo una Navidad llena de Amor, déjenlo entrar. masryram@msn.com 





Navidad llena de Amor, déjenlo entrar. masryram@msn.com

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