jueves, 5 de marzo de 2020

Ilusión en movimiento

Foto: Alma Madden

Opinión No. 155 viernes 10 de mayo de 2019
Por M en E Marisú Ramírez M.

Más de cinco décadas se tardó la llegada del ejercicio del sufragio para las mujeres mexicanas. En el mundo se experimentaba un cambio de mentalidad, fue entonces cuando el ejercicio de este derecho se otorgó a las féminas. 

Para ellas históricamente ha sido una constante de vida el conflicto por alcanzar sus derechos, dejar de ser víctimas sin reconocimiento en los hogares, olvidar momentos de agresión de los “machistas” ahora en boga (feminicidios) maltratos diversos, los cuales no solamente las denigran sino las llevan a sentirse inferiores.

Ejercer la equidad de género no es sólo un acto de buena voluntad sino de plena justicia para todos, como es el caso de la paternidad responsable, en este rubro aún falta mucho por hacer. En México el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que 33 de cada 100 mujeres son solteras, las cuáles nunca se casaron ni cohabitaron con el padre sus hijos, con la constante de nula o muy poca educación; todo ello sin contar con la estratosférica cantidad de divorcios, abandonos y demás relativos. 

Como abogada veo con tristeza los esfuerzos por aplicar a cabalidad las leyes con respecto a la paternidad responsable son casi nulos, las consecuencias civiles son devastadoras, cada día lo vemos en las calles y en nuestros hogares. Autoridades y sociedad nos preguntamos ¡Qué está pasando! Las féminas requieren una fórmula más potente para tener a la justicia verdaderamente de su lado. 

Existen avances, es verdad, se reconoce a las damas y su enorme esfuerzo en ámbitos laborales y académicos; en general, en la construcción de una mejor sociedad donde son protagonistas exitosas como se ha demostrado en escenarios científico-tecnológicos, nadie lo puede negar.

Decidir sobre cómo existir es un derecho inalienable de todo ser humano, no sólo de las damas. Vivir claramente, sin cortapisas, no solamente dar vida a las ilusiones acumuladas en ellas, donde se concreten acciones conjuntas entre la sociedad en pleno y la aplicación de la justica emanada del derecho positivo.

Las mujeres son trabajadoras, aplicadas y menos corruptibles, asimismo han demostrado ser más cautas que los hombres, su discernimiento para la vida es punto clave; en este sentido las adversidades familiares y en casos extremos ser menospreciada por la cultura masculina les permite obtener una gran resiliencia y aplomo para enfrentar adversidades.

Cada historia de mujer es irrepetible, solamente las coincidencias dan luz al desenvolvimiento y conciencia de lo que se desea alcanzar. En este punto turístico internacional he convivido con mujeres exitosas en las artes, la medicina, la política, la comunicación, el deporte; en general se les valora en su justa dimensión profesional, ampliamente reconocida en esta localidad.

En ocasiones he llegado a percibir la marcada dependencia femenina con respecto a las pautas dictadas por la sociedad machista, lo cual me entristece ya que con esa dependencia se minimiza su capacidad para percibir la realidad y reconocerse en ella. 

Por esa razón me remití al momento en el cual las mujeres ejercieron su derecho a participar en la política de forma abierta y con suficiente capacidad para decidir el destino de su país. En este sentido existen algunos altibajos en las interpretaciones de los historiadores, donde la participación determinante de la mujer es ignorada desde mucho tiempo. Lo importante es reconocer su participación en asuntos nacionales, no detenerlas, impulsarlas con el fin de fortalecer sus propuestas.

En estos momentos se requiere el talento de las mujeres al interior de la familia para evitar disfunciones y decadencia; mirar de frente con una legislación que le de validez a sus valores, históricamente demostrados; con la nuevas reformas educativa y laboral brindar mayores oportunidades a su ejercicio social, lo contrario podría producir resultados indeseables. 

El México nuevo enfrenta desafíos y mide consecuencias en las cuales deberá estar considerado el talento femenino ante los actos de corrupción, maltratos y arrinconamiento en el que se les ha mantenido, todo esto cubierto de inseguridad, pobreza y marginación; se requiere cambiar y borrar del horizonte femenino lo adverso, lo cual mella y demerita su conciencia. masryram@msn.com

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