miércoles, 4 de marzo de 2020

Ladrones


Opinión No. 152 abril 19 de 2019
Por Marisú Ramírez
(Texto y foto)
En el mundo existen más ladrones que personas honradas. La moda es robar, por ello trataré de llevar mi comentario a escenarios de explicación para los que nos partimos el alma a diario con el fin de conformar el patrimonio familiar.

Existen diversas modalidades de robo y diferentes tipos de ladrones también; los más peligrosos son los cerebros criminales del ciberespacio que roban la información de las tarjetas de crédito en el mundo y por el otro lado están los que destacan por la frecuencia de los hurtos de manera tradicional: ladrones de poca monta que, con los precios del mercado, ya no existen artículos de poca monta.
En la actualidad, la frecuencia y modus operandi de estos criminales, lleva a las personas a los límites de la desesperación. No sólo es por los bienes materiales, sino también por los daños que esto ocasiona: robo de vida, de tiempo, de identidad, de esfuerzo, de tranquilidad y de tantas otras cuestiones que se involucran con esta nefasta acción.
Los principales delitos van desde el robo o asalto de bienes o dinero, extorsión, fraude, vehículos, mercancías en tránsito, daños a viviendas, maquinaria, equipos técnicos y especializados, tecnología y aparatos electrodomésticos y el colmo, tuberías y cables conductores de gas y electricidad, respectivamente. Históricamente el patrimonio de los mexicanos se ve seriamente afectado, porque la mayoría adquiere sus bienes a crédito o de contado, siempre con la ilusión de disfrutar de su esfuerzo.
El primer ladrón
Cuando esta noble arte (la de robar) no tuviera otra excelencia que la antigüedad de su origen y nobleza de su primer inventor bastaba para que todo buen entendimiento le confesara y tuviera por la más noble y principal de las que hoy se practican en el mundo. Ella tuvo principio en el cielo; su primer inventor fue uno de los más bellos ángeles que en él había, cuya hermosura, dignidad y grandeza era tan alta y subida de punto, que los más curiosos de su perfección no hallan otro título más propio con que engrandecerle (Lucifer), que el de estrella de la mañana, lucero del Alba, presidente de la Aurora y embajador del Sol. Éste, pues, fue el primer ladrón que hubo en el mundo, el cual, vencido de un ambicioso deseo, se arriscó temerariamente a robar la gloria y solio de Dios; pero fue desgraciado, porque le prendió la justicia en fragante delito, y, confiscándole todos los bienes que tenía, le condenó a cárcel perpetua, junto con otros cómplices suyos… Fuente: Nexos, Carlos García, La desordenada codicia de los bienes ajenos. La antigüedad y nobleza de los ladrones (1619), Editorial Fontamara, Barcelona, 1974.
Los ejemplos sobran y cuando existe denuncia de las víctimas de robo, miles de carpetas se acumulan a diario sobre estos ilícitos en todas sus modalidades. Lo curioso es que algunas de ellas comienzan a dejar mensajes intimidatorios y otros de tipo cultural a los rateros para inhibir los robos, pero esto a los amantes de lo ajeno parece no importarles:
Al ratero que se las ha llevado: No creo que seas capaz de devolver las dos revistas “Triana” que has cogido de mi buzón, pero si espero que las leas y las disfrutes. Ya verás cómo un poco de cultura y algo de educación te harán ver la vida de otra manera ¡Ánimo, NO ESTÁS SOLO!
O este otro “Si robas de nuestro ruibarbo, tira de la raíz con el tallo. Al cortar el tallo de la base, el ruibarbo no vuelve a crecer. Por favor se un ladrón considerado”.
Las personas honestas están indefensas por la frustración y la impotencia, tristeza indescriptible, enojo intenso por carecer de mecanismos suficientes para hacer pagar a los sujetos enfermos que solamente se dedican a devastar a otros con sus pertenencias.
A los depredadores de lo ajeno no les interesa los aprietos en los que meten a las víctimas, podrán adquirir autos, celulares, aparatos diversos de los cuales se deshacen pronto por lo regular en el mercado negro y la víctima de todo esto suele terminar en el buró de crédito.
Ahora bien, el costo energético por la nefasta acción de robar debería de ser considerada por los inconscientes ladrones, jamás podrán reivindicar ni honrar su propia alma, el perjuicio que se ocasionan a sí mismos por este tipo de acciones es tremendamente horrendo, jamás tendrán una verdadera comunión con la energía del dinero “Lo que fácil viene, fácil se va” serán miserables por los siglos de los siglos, ¡Amén! masryram@msn.com

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