Opinión No. 151 abril
12 de 2019
Por
Marisú Ramírez
(Texto y foto)
La conciencia más
conciencia es la que se instala en el cerebro y allí ordena,
prohíbe, festeja y hasta recorre interminablemente los archipiélagos del alma.
prohíbe, festeja y hasta recorre interminablemente los archipiélagos del alma.
Mario Benedetti
Cualquier
bienestar de la conciencia humana se conforma a partir de una familia, donde se
privilegie y cultiven valores básicos que conduzcan a la felicidad y realización
de los sueños; esto jamás ha sido responsabilidad de nadie, fuera de esta
célula social.
Me
he convencido de que no existen modelos únicos o repetibles, todo se transforma
en función del grado de conciencia adquirida de forma individual con su
imprescindible engrane a la gran consciencia colectiva, el ejemplo y el respeto
tanto a uno mismo como a los demás, son básicos para limpiar y acrecentar diariamente
la consciencia, en este barco van todos los integrantes de la familia con sus
respectivos entornos.
Fomentar
los valores familiares es básico, así se forman las sociedades desarrolladas
alejadas de la corrupción y todo tipo de chanchullos. Eduardo Nicol menciona en
su obra “Psicología de las situaciones
vitales” …todas estas situaciones vitales fundamentales que se nos descubren en
la primera reflexión tienen el carácter de forzosidades, determinan la
condición humana en cuanto tal, y entran a constituir lo que llamamos el
destino humano.
La
consciencia es la capacidad del ser humano de percibir la realidad y
reconocerse en ella, mientras que la conciencia, es el conocimiento moral de lo
que está bien y lo que está mal. Por su parte la conciencia social, puede
definirse como "el
conocimiento que una persona tiene sobre el estado de los demás integrantes de
su comunidad. El individuo con conciencia social es, justamente, consciente
de cómo el entorno puede favorecer o perjudicar el desarrollo de
las personas” (Definición de… 2008).
Nadie en México quiere ver familias disfuncionales o
resentidas, eso sería mostrar una sociedad en decadencia, ver al horizonte con
la suficiente consciencia de lo que se espera y consumará en los ámbitos
políticos, económicos y culturales basados en una mejor educación, sin fetiches
ni mentiras; lo contrario llevaría a la decepción con resultados riesgosos para
las generaciones actuales y futuras.
Estos comentarios tienen una dirección
específica añorada por todos los habitantes de este precioso país que es México
ahora enfrentando las consecuencias de una severa corrupción, inseguridad,
pobreza y marginación; se quiere con muchos deseos que esto cambie y borrar del
horizonte lo adverso, lo cual mella y demerita la conciencia colectiva al
buscar en otras naciones lo que se les ha negado por años en su tierra.
Se ha puesto a pensar apreciable lector
cuánto tiempo hace que no dedica tiempo a dialogar con su familia sin que interfiera
en la conversación algún aparato tecnológico; la separación familiar atizada
por las nuevas tecnologías de la información es de susto y lleva a reflexionar
a fondo esa terrible adicción. Explorar las necesidades de toda índole de los
integrantes de una familia ha pasado a último término, esto ensombrece las
relaciones las cuales tendrían que fluir con interés por demás básico.
Las necesidades surgen de un agitado,
exigente y competitivo tren de vida, de la labilidad de autoridades en su
aparente apoyo a la precariedad social, aunque nada justifica la evasión social
con el uso excesivo de la tecnología, substancias tóxicas y la tan dañina
intolerancia social.
Se agota el tiempo para retomar el
camino con base en la consciencia de lo existente, nunca es tarde mientras
coexista el interés por rescatar valores estructurales, en la inteligencia que
es en la familia donde emana la energía social y se prioriza la reformulación de
la existencia con bases más firmes y sin titubeos, no olvidar esto crea una
identidad nueva y de avanzada, lo contrario lleva a escenarios nocivos.
La subjetividad que cada ser humano
aplica para comprender el significado de la consciencia, de cómo su cerebro la
gestiona, dimensiona y controla y detectar carencias comunicativas y
necesidades afectivas dentro de la familia. Un fuerte grado de unión familiar
como única medida de protección ante la creciente inseguridad, dialogar con los
seres queridos es amarlos realmente, saber escucharlos y comprenderlos son
palabras mayores.
Es imposible vivir fuera del error, clave
es aprender, enmendar y evitar actos e ilícitos recurrentes, la consciencia
propia y colectiva lo agradecerán eternamente. masryram@msn.com
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