Opinión No. 182 viernes
06 de diciembre de 2019
Por M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto)
Motivo de
reflexión es la inmovilización del aprendizaje de estudiantes mexicanos de 15
años, reflejado en la evaluación del Programa Internacional para la Evaluación de los Alumnos (PISA) 2018; se aplicó a 600 mil
estudiantes de 15 años, de 79 países, en áreas de lectura, matemáticas y
ciencias.
En las competencias académicas evaluadas por el
examen PISA, aplicado a las naciones integrantes de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) México
está en penúltimo lugar, sobre Colombia solamente, esto en el renglón de
matemáticas, comprensión de lectura y ciencias varias; hubo retroceso, de los 422 puntos registrados en 2000, se pasó a 420 en
2018 así se sostiene en el reporte presentado por la directora para México
de la OCDE Gabriela Ramos "se mantiene sin cambios, lo que debe generar
una reflexión“ y encontrar las causas del nulo avance en esta evaluación a poco
más de 18 años de presentarse.
De los alumnos evaluados en escuelas
públicas y privadas, en tercero de secundaria y primero de bachillerato se detectaron
deficiencias básicas, lo cual preocupa a la directora Ramos; si se parte de
razonamientos específicamente formativos no puede pasarse por alto que cuando
el estudiante entra en contacto con el conocimiento se debe poseer el sentido
creativo para dimensionar la función de la vida en la escuela.
Es desafortunado
que estos aspectos no se consideren con la madurez y debida orientación al resolver
la prueba PISA, al no moverse en la misma sintonía que se manifestó en el año
2000. El interés por los conocimientos solicitados en la evaluación mencionada lleva
a ser más agudos en las percepciones fuera de utópicas interpretaciones, el
objetivo es ver al estudiante mexicano en transformación constante, lo
contrario es no comprender sus funciones en el aula.
Es básico estar atentos, las equivocaciones en el
ámbito educativo cuestan demasiado. Las acciones se deben orientar a la
búsqueda de mejores estudiantes, en la gestión de competencias y transformación
social. En el reporte en cuestión se asienta que en América Latina 79 por ciento de los
estudiantes están en el nivel mínimo de competencia en lectura, y que no hay
avances en aprendizajes de matemáticas y ciencias.
Se agregó en el documento mencionado: es relevante
la disminución de cinco por ciento en lectura que realizan los alumnos por
placer, lo que contrasta con lo que se reporta con más tiempo de conexión a
Internet o frente a una computadora. Diez países de América Latina participaron en PISA 2018:
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Panamá,
Perú, Uruguay y México; 79 por ciento de los estudiantes latinos se ubicó en el
nivel mínimo de competencias.
Aunque hubo una rápida expansión de la educación
secundaria, de acuerdo con los resultados del Programa para la Evaluación
Internacional de Alumnos de 2018, sólo uno por ciento de los estudiantes
mexicanos se desempeñó en los niveles más altos de competencia (nivel 5 o 6) y
35 por ciento no alcanzó un nivel mínimo de competencia (Nivel 2) en las tres
áreas evaluadas.
Los cambios en materia educativa a través de opiniones
y participación de toda la sociedad deben responder a fortalecer la
idiosincrasia y la cultura educativa para que las generaciones venideras tengan
el seguimiento adecuado de familiares, amigos y autoridades responsables de las
instituciones educativas, esto para evitar como hasta hora estar suspendida en
el tiempo.
Educar se comparte en
la responsabilidad, coincido con especialistas, no se discute, en el terreno
pedagógico como maestra en educación lo he mencionado, aprendí que la
combinación de problemas sociales, familiares y económicos con el aprendizaje
no dan buenos resultados. Me he convencido, en líneas generales, que el cerebro
humano con distracciones y presiones no capta lo integral del aprendizaje y
habrá, tarde o temprano que lamentarse. masryram@msn.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario