martes, 10 de marzo de 2020

Contamino, nadie me ve


Opinión No. 165 viernes 19 de julio de 2019
Por M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto) 

Hace unos días viajé a Guadalajara, durante el trayecto en el asiento del copiloto observé detenidamente, me sorprendió a lo largo de la carretera federal un panorama deprimente, basura por doquier, desperdicios de todo tipo, pastizales y árboles calcinados, reflexioné y constaté el desastre ambiental ocasionado por los usuarios de esta multi transitada vía de comunicación.

En todo el país suceden estos actos reprobables, se han convertido en una serie de acciones continuas, si todo esto se combina con las excesivas temperaturas y lluvias persistentes se está creando un panorama delicado para la salud social y ambiental carente de cultura de limpieza, pero que tal cuando viajamos a otro país, ahí sí por temor a las sanciones lo evitamos. Realmente es la antesala de un desastre para nuestro hermoso país, realmente no lo merece.

Me explico; existe un consumo exacerbado de los recursos naturales en industrias, comercios, automotores y hogares, aunado a la radiación solar, todo en un solo sentido, caos y desastre de la biosfera. Preocupa la mentalidad de aquellos que por la ventanilla de su auto lanzan basura sin recato alguno: contenedores para gaseosas, agua, jugos, bolsas de botanas, cáscaras, pañales desechables y otros desperdicios que usted ya se imaginará.

En medio de ese desorden pude observar en todo el trayecto a un solo hombre costal al hombro recogiendo basura a la orilla de la carretera, persona consiente del daño, no pertenecía a una cuadrilla oficial, era un civil envidiable por su preocupación de mantener el acotamiento limpio. Y entonces dimensioné la acción de ese hombre el cual en su formación tiene clara la contingencia ambiental. 

Sin embargo, las condiciones de las carreteras federales merecen un calificativo de grave por el exceso de basura. Tal pareciera que no existe la misma conciencia con respecto al impacto al ambiente con acciones contaminantes. Todos los días mueren animales por tragar plásticos, se propagan enfermedades antes no conocidas, y un sinfín de consecuencias que ya todos conocemos hasta el cansancio como dañinas al ambiente.  

El llamado urgente es a la conciencia de todos. Se ven campañas promocionales por la Web, redes sociales, WhatsApp, anuncios, espectaculares, televisión, documentales; pero la realidad no cambia, al contrario, se observa basura por todos lados y hasta en los lugares donde menos se imagina, como en las profundidades marinas, la basura tiene alas y muy fuertes. 

Todos somos responsables directos o indirectos. Somos consumidores permisibles, usamos, tiramos, desechamos; es nuestra obligación recoger el papelito tirado, el envase vacío, la bolsa voladora, entre otros ─aunque nosotros no lo hayamos tirado─ y no seguir ignorando esta situación.  

Al ser responsables de mantener limpio nuestro entorno y exigir a las autoridades se apliquen las sanciones administrativas contenidas en leyes y reglamentos sobre la materia, tanto a propios como extraños. Un ejemplo conocido es la tira de desperdicios en las hermosas playas de Puerto Vallarta, la gente los ve y disimula, esto sucede también con la autoridad, todo con el fin de mantener la visita turística, esto no es amabilidad, es complicidad.

Esa basura arrojada al mar o ríos de este destino turístico agrede a animales marinos, aves y al propio ser humano; en este sentido es la basura considerada como un agudo problema al ambiente, desafortunadamente crece el consumo de satisfactores y con ello los desechos que provocan. 

El afán de las personas sin cultura de limpieza es realizar la entrega o depósito de sus desperdicios en lotes baldíos, ríos, playas, parques, carreteras, en zonas urbanas donde esos materiales taponean los drenajes y crean inundaciones y peor aún en cañadas y bosques de difícil acceso para ser rescatada. Las consecuencias son suficientemente conocidas, repitiéndose año tras año en temporada de lluvias.

Todos somos consumidores, aunque todavía falta demasiado camino para ser responsables de nuestra basura que generamos con respecto a la calidad y la cantidad. No basta embolsarla y depositarla en lugares autorizados, reciclar y separarla puede ser una de tantas claves para apoyar la generación de vida de nuestro contaminado planeta, en especial de este maravilloso destino turístico. masryram@msn.com

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