Opinión
No. 148 viernes 8 de marzo 2019
Por
Marisú Ramírez
(Texto y foto)
El
pasado 7 de marzo, Día Mundial de la Lectura, me parece fecha propicia para
recordar a dos escritores maravillosos que legaron su pensamiento a través de
sus obras literarias. Me refiero a Gabriel José de la Concordia García Márquez (Gabo)
y Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno.
La
historia tiene en sus anales un sinnúmero de talentosos literatos: Agustín
Yáñez, José Revueltas, Julio Torri, Mauricio Magdaleno, Ramón Rubín, Rafael F.
Muñoz, Octavio Paz, Carlos Fuentes; sin dejar de mencionar a otros de mi agrado
de otras naciones como Dostoievski, Faulkner, Pavese, Greene, Erskine Caldwell,
D.H. Lawrence, Nabokov, entre otros; todos de tipo y estilo diferente, en este
momento escogí a “Don Gabo” y a mi paisano Juan Rulfo.
Me gusta
recordar a estos dos majestuosos hombres de las letras mundiales, los cuales revolucionaron
su época. Gabo con su “Realismo Mágico” y Rulfo con dos obras trascendentales
para su tiempo; me centro sin trazar planes para agradar, solamente expresar la
emoción que sale de mi corazón al seleccionar a Gabo y a Rulfo. Ellos
entregaron sus obras con el maravilloso filtro que fue su pensamiento.
Los
literatos son seres que ganan a pulso su inmortalidad, como don Gabo con su
obra Cien años de Soledad desde hace más de 52 años y con más de 40 millones de
ejemplares vendidos. Las letras de esta novela realmente atrapan, permiten
verse en su interior como una parte de ella. Su amigo Carlos Fuentes (+) fue
testigo de la sentencia que le expresó Álvaro Mutis al entregarle un ejemplar
de la novela de Rulfo Pedro Paramo “¡Lea esto y jódase!” y así fue, como lo
reveló al ser entrevistado por el licenciado Jacobo Zabludowsky (+) “El
escrutinio a fondo de la obra de Juan Rulfo me dio por fin el camino
que buscaba para continuar mis libros y (supe) que por eso me era imposible
escribir sobre él sin que todo esto pareciera sobre mí mismo; ahora quiero
decir, también, que he vuelto a releerlo completo para escribir estas breves
nostalgias y que he vuelto a ser la víctima inocente del mismo asombro de la
primera vez”.
Hombres
insuperables por sus expectativas literarias siempre prospectivas en su esencia
creadora, con respecto a Juan Rulfo se podría decir sin temor a equivocarse que
con dos obras conquistó el mundo de las letras de su época y en la actualidad
su recuerdo permea entre los mejores literatos.
Elena
Poniatowska, en entrevista concedida a Guadalupe Loaeza publicada en el año
2014 en el suplemento dominical del diario Reforma refirió, palabras más menos,
que Carlos Fuentes y Juan Rulfo consiguieron chamba en Gobernación
como sensores en esa época donde se filmaron gran cantidad de películas en el sexenio del presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958)
a los cuales les dio gusto que su nombre estuviera en la parte posterior de su
silla, no tenían que hacer nada, salvo cuando se atravesaba en el set un perro
flaco, Fuentes se levantaba y decía: ¡Corte, este perro denigra a
México! Entonces se paraba la filmación y se volvía a grabar”, refirió la
entrevistada.
Anécdota
interesante para conocer la formación de grandes literatos a partir de sus
experiencias. El Día Mundial de la Lectura motiva a descubrir algunas jornadas
de trabajo de los escritores que dejan profunda huella en las conciencias.
Además de esto, intentar rescatar lo mejor de su pensamiento, así como orientar
a las generaciones actuales y futuras a valorar esos legados sin olvidar que es
misión de todos superar los tropiezos demostrados en las evaluaciones de
comprensión de lectura; leer a los mejores literatos es un paso importante para
remontar esa dificultad, además de estimular la creatividad.
Recordar
a los escritores destacados del mundo y rendirles homenaje con la lectura de
sus obras; sus fantasías, su magia para contar historias y adentrar a sus
lectores en escenarios fantásticos, será siempre invaluable. masryram@msn.com
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