lunes, 16 de marzo de 2020

Justicia, libertad y seguridad


Opinión 195 viernes 06 de marzo de 2020
Por M en E Marisú Ramírez

Aquellas con el privilegio de disfrutar la libertad jamás la dejarán, alcanzaron un maravilloso triunfo y lo conservarán, aunque al final terminen agotadas por defender su derecho a convivir en paz. 

La madriguera del terror se manifiesta en la inseguridad emanada de una lucha de poder que invade todos los espacios llamados hogar y comunidad, por ello la convocatoria fue para no permanecer inmóviles ante las injusticias, no es un movimiento político, es la manifestación del hartazgo de las mujeres, desde hoy sus rostros reflejarán la alegría de saber que el mensaje tiene que ser escuchado, olvidar para siempre el sometimiento ancestral, dejar atrás el feroz flagelo con su más tóxica expresión: la violencia de género en todos sus tipos y modalidades.

La sumisión no es sana en ningún plano, tampoco el miedo a ser y disfrutar a esa maravillosa señora llamada libertad, existen personas sin la suficiente capacidad para reconocer este valioso ejercicio como una significativa condición humana. Es inexplicable el por qué les incomoda; tal vez por una serie de frustraciones experimentadas a lo largo de su existencia, lamentable. En el fondo son inhumanos y contradictorios. 

Pues la sorpresa se dio, la protesta de mujeres se consumó, cálculos conservadores informan la participación de 36 millones en todo el territorio nacional, las cuales de muchas formas demostraron su ansia de justicia y el fin de la violencia contra ellas.

Se demostró firmeza por parte de las féminas, lo que no solamente acrecienta su confianza y valentía, sino que las enaltece por su generoso gesto de solidaridad. Es una expresión masiva que a este México lindo y querido le hacía falta. Dejar la pobreza de principios básicos significa olvidar el calabozo donde por muchos siglos se ha visto esclavizada, confinada y disminuida la mujer.

La opresión ha formado una grieta en la mente de las féminas al sentirse agredidas por ellos, se fueron frustrando al ver que la justicia no era aplicable por igual, creció el resentimiento contra las instituciones encargadas de impartir justicia en lo individual y colectivo. Nada las acobardó, por el contrario, su fortalecimiento creció como se ha visto hoy cuando cientos de instituciones educativas, gubernamentales y del sector privado se solidarizaron con #undíasinnosotras.

Ante esto se manifestaron en redes sociales esas mentes atrasadas, torpes esclavizadas por una actitud machista, retorcida, sin espacio en estos momentos para cambiar. El temor de este grupo mantiene un rencor contra las mujeres inexplicable, cuando tendría que ser al contrario: olvidan su origen, sin el cual no estarían aquí, existen por una mujer.

Por tanto, es complicada la vida de las mujeres cuando se les abandona con sus hijos, además de la violencia generalizada, maltratos sociales y familiares de los que son víctimas, esas son unas de tantas razones de la protesta, la ausencia de mecanismos jurídicos para ellas que integran poco más del 40 por ciento de la fuerza laboral de México, según reporta el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los desempeños por su cuenta y 2 millones 878 mil mujeres trabajando en instituciones públicas. Además, considerar los 8.8 millones abocadas a labores domésticas, esto incrementa la cifra de mujeres en busca de satisfacer las necesidades de su familia. 

La búsqueda de la emancipación de la mujer en este siglo de transformaciones es primordial, la base es la justicia y la meta es llegar a ese añorado escenario. Forjar un mejor futuro para las generaciones venideras es fundamental, ciudadanos sanos y conscientes de su lugar histórico, es la meta que hoy inicia su camino. 

Las conciencias se estremecieron con esta protesta femenina contra la violencia, el ánimo de las autoridades encargadas de impartir justicia se sacudió desde su estructura más básica, las mujeres victimizadas gritaron el importante papel que han desempeñado en la construcción de este bello México y del mundo ¡Las mujeres también son forjadoras de la historia y son parte esencial de ella! masryram@msn.com

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