Opinión No. 183 viernes
13 de diciembre de 2019
Por M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto)
En
memoria de Francisco Javier Ramírez Muñoz (QEPD).
Mi
querido hermano: tu sonrisa jamás se borrará de mi alma.
Las celebraciones de fin de
año son momentos propicios para cargarse de energía, dejar atrás los momentos
de estrés y encontrar el impulso que permite al ser humano su desarrollo óptimo
desde dentro.
Divertirse es sano cuando se
deja atrás la angustia y el estrés que producen las actividades diarias en el
trabajo, en la escuela o simplemente cuando se presentan problemas y avatares
de la vida. Durante el esparcimiento muchas personas crean proyectos y hasta
encuentran la añorada solución a sus problemas a partir de una planificación
surgida de momentos de tranquilidad.
Los días de asueto, también
nos llevan a reflexionar sobre asuntos que se alcanzaron a lo largo del año, es
similar a una terapia que rompe con la rutina, eso es el descanso vacacional,
el mejor reductor del estrés y las angustias acumuladas. Lo interesante es
cargarse de energía, lo que comúnmente se denomina “cargar las pilas”; dejar
atrás emociones negativas, frustraciones, tristezas que no tienen otro destino
que la ansiedad y la angustia.
Los visitantes que llegan a
Puerto Vallarta se armonizan con la naturaleza, sus playas y montaña les
brindan esparcimiento, más aún alegría y tranquilidad. La energía de cada ser
humano es sumamente particular, a unos les proporciona tranquilidad mientras a
otros les exacerba al grado de cometer actos fuera de lugar. Lo interesante es
estar satisfechos y en orden con la sociedad sin alterar la tranquilidad de los
sitios que se visitan y tampoco bloquear la diversión de los demás.
Los seres humanos en general
crean su realidad a partir de cómo se interpreta lo que existe en el contexto
en el cual se tiene predisposición de reconocerlo y respetar sus protocolos,
eso es la búsqueda de sentirse a gusto con los momentos de descanso,
conscientes de que las presiones quedan fuera en estos periodos y el reposo
llevará a nuevos retos y proyectos.
Cuando llegan los turistas,
locales o foráneos a Puerto Vallarta se siente en el ambiente una carga de
energía con su presencia en centros de reunión social, se escuchan propósitos
por realizar o concretar, se comparten momentos interesantes y se realimentan
las energías con intercambios de experiencias y opiniones en un marco de cordialidad.
Compartir metas es un acto de
confianza jovial, cuando se expresan se cargan de energía las voluntades, del
participante y del expositor; la motivación como variable se hace presente y se
enriquecen las expectativas de planificación, es todo ello consecuencia de un
verdadero descanso vacacional. La energía creadora de la realidad se funde con
el sitio seleccionado para el reposo.
Superar momentos de angustia y
de dolor mediante el reconocimiento de la fuerza vital es primordial. Es
necesario estar enfocados en sanar nuestro pensamiento desde dentro, poseer la
suficiente conciencia de lo que se puede alcanzar con esa auto-sanación
producto de un descanso placentero, traducido en terapia para regresar a los roles
acostumbrados con nuevos brios.
La energía de cada ser humano
le permite reconstituirse durante sus vacaciones, dimensionar su realidad,
reflexionar sus decisiones y sobre todo ello tener suficiente conciencia de sus
circunstancias una vez concluido el lapso de reposo. No solamente, como se
dice comúnmente, desconectarse y alargar el relajamiento, como se dijo para
cargar pilas, va más allá: es encontrar aspectos que innoven el desempeño
diario en los ámbitos acostumbrados y encontrar la fórmula para ser más
propositivos.
Todos los momentos
vacacionales de fin de año son diferentes, muchas personas requieren de más
tiempo o por el contrario los devora la angustia por regresar; todo esto es
producto del estrés moderno, por eso se aconseja disfrutar cada momento de quietud
para lograr que la energía positiva fluya por encima de los conflictos. masryram@msn.com
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