martes, 18 de octubre de 2016

Hablemos de Energía




septiembre de 2016

El miedo nuestro de cada día, llega calientito y sin tardanza. Lo obtenemos a diestra y siniestra, sin avisar y sin pedido previo –secuestros, coacción, corrupción, robos, asaltos, ataques a oficinas gubernamentales, asesinatos, violaciones, suicidios…– la lista es interminable.

Es verdad que se podria estar peor, comparado con algunos países que en verdad la están pasando mal, como es el caso de Venezuela. El movimiento de energías en inminente. Por otra parte también es cierto: se podría estar mejor. 

Ancestralmente el problema de la humanidad ha sido el mismo, no hace falta describir lo que es bien conocido por todos–  Elevar nuestro aprendizaje sobre las Nuevas Energías podría coadyuvar en gran medida para combatir el lado obscuro de esta oleada de ondas negativas de energía o de baja frecuencia.

Cuenta una leyenda de un afamado guerrero que visita a un maestro Zen.  Al  presentarse le cuenta de sus títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios. Después de tan exhaustiva presentación, le dice que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen. Por toda respuesta el maestro lo invita a sentarse y le ofrece una taza de té.

Aparentemente distraído, sin muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena. Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena y que el té se escurre por la mesa.

El maestro le responde con tranquilidad: -Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo? Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó: -“A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada”.

En Puerto Vallarta, existe una elevada cantidad de establecimientos, avocados a la enseñanza de filosofías, enseñanzas y técnicas ancestrales, que aplicados a conciencia y con conocimiento, ayudarían “a los buenos” a tener una elevación de conciencia y, a los “no tan buenos”, a ser mejores seres humanos para beneficio propio y dejar de ultrajar al prójimo. 

Recurrir a la luz de otros, semeja traer a casa al electricista a cambiar focos todos los días, sin resolver el cambio de la instalación eléctrica. Por ello, antes de que surja el despertar de la conciencia, suele haber una gran crisis, una etapa de depresión, por lo que se hace necesario experimentar la oscuridad para tomar conciencia de la verdad y de esta forma incrementar la energía con luz, jamás con sombras tildadas de venganza, sumisión y conformismo.   masryram@msn.com

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