A Mariela Ramírez… ¡Una maravillosa
pausa, ahora disfruta y agradece al Universo tus logros!
En nuestro
diario vivir, ante el cúmulo de retos que se nos imponen desde diversos
escenarios, el tiempo no alcanza para hacer todo lo que debemos y terminamos
realizando lo que podemos.
Mucho se ha
mencionado que la tierra está vibrando a una frecuencia muy alta. Por
consiguiente se especula que estamos viviendo días de dieciséis horas y no de
veinticuatro como antaño. Por ejemplo en 2014 se consideró anómala la
frecuencia de Resonancia Schumann por haber subido de 7,83 al nivel 15 – 25,
pero ahora, en los últimos días, ha saltado a más de 30, hay quienes afirman
que el aumento vibracional llegó hasta los 36 Hertz.
Se dice que la
Resonancia Schumann está en sintonía con las ondas alfa del cerebro humano y
con los estados theta, por lo tanto puede ser que esta aceleración se sienta a
menudo como si el tiempo corriera más rápido y nuestras actividades debieran
realizarse con mayor celeridad, aún a costa de los avances tecnológicos. ¿Qué
sería del hombre moderno sin la ayuda de la tecnología? Hay quienes afirman que
la misma tecnología, es una de las causas del aceleramiento que estamos
viviendo los seres humanos.
Algunas personas
—no todas— se están dando cuenta de este fenómeno, lo perciben y lo padecen. La
conciencia humana está afectada por el campo magnético de la tierra y las
alteraciones en su interior.
Como seres
humanos tenemos potencialidades extraordinarias, nuestra fuerza se recrea con
la intuición, los talentos son impredecibles. Las ideas, emergentes. La
creatividad, en su máximo esplendor; ante los retos podrían estabilizarse, pero
no en esta generación, salvo niños superdotados que han nacido con esa
frecuencia en el ADN.
Los demás, con
suerte podemos aprender a entender nuestro surgimiento de un entorno
esencialmente electromagnético y facilitar nuestro potencial para la sanación,
el crecimiento espiritual y en general para el desarrollo evolutivo como raza
humana.
Por ello, el
tiempo se ha vuelto nuestro más preciado tesoro. Discernir como utilizarlo requiere grandes concentraciones de energía
para lograr realizar todo lo que debemos: crear, investigar, sanar, amar; en
general todo lo que conlleva el acto de “vivir” o “existir”. Martina Goldberg,
menciona que el tiempo solamente está, ni nos falta, ni nos sobra. Lo
importante es qué hacemos con él.
La verdadera
fuerza se prueba ante la adversidad, se vencen los obstáculos con determinación
y se decide no abandonar, lo que desarrolla la fuerza real. Cuando hay calma en
nuestro interior la adversidad sólo es parte del paisaje.
Un viejo sabio
de la India mencionó que el campo magnético de la Tierra se puso en marcha por
los antiguos para bloquear los recuerdos primordiales de nuestra verdadera
herencia. Esto fue para
que las almas puedan aprender de la experiencia de libre albedrío sin
obstáculos por los recuerdos del pasado. Afirmó que los cambios del campo electromagnético
están llevando a nuestra conciencia a una mayor verdad. El velo se está
levantando.
Está claro que
esta aceleración puede hacer que nos sintamos más cansados, agotados, con
mareos, depresión, e incluso extraños al levantar nuestras propias frecuencias
para estar más “en sintonía” con la nueva vibración de la tierra.
La adaptación no
siempre es un proceso fácil, pero hay que tener en cuenta que todo es parte de nuestro
propio despertar. Benjamín Franklin decía “¿Amas la vida? Pues si amas la vida
no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la
vida.”
El tiempo es
limitado, no lo malgastes viviendo la vida de otros. Persigue tus sueños, porque
si no ellos te seguirán a ti, es cuestión de tiempo. Por ello, San Agustín de
Hipona mencionó cuándo le preguntaron qué es el tiempo, él respondió “Si nadie
me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicárselo a alguien no sabría
cómo hacerlo.” centrometodoholistico@gmail.com
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