martes, 30 de mayo de 2017

Momento de pensar en el tiempo




A Mariela Ramírez… ¡Una maravillosa pausa, ahora disfruta y agradece al Universo tus logros!

En nuestro diario vivir, ante el cúmulo de retos que se nos imponen desde diversos escenarios, el tiempo no alcanza para hacer todo lo que debemos y terminamos realizando lo que podemos. 


Mucho se ha mencionado que la tierra está vibrando a una frecuencia muy alta. Por consiguiente se especula que estamos viviendo días de dieciséis horas y no de veinticuatro como antaño. Por ejemplo en 2014 se consideró anómala la frecuencia de Resonancia Schumann por haber subido de 7,83 al nivel 15 – 25, pero ahora, en los últimos días, ha saltado a más de 30, hay quienes afirman que el aumento vibracional llegó hasta los 36 Hertz.

Se dice que la Resonancia Schumann está en sintonía con las ondas alfa del cerebro humano y con los estados theta, por lo tanto puede ser que esta aceleración se sienta a menudo como si el tiempo corriera más rápido y nuestras actividades debieran realizarse con mayor celeridad, aún a costa de los avances tecnológicos. ¿Qué sería del hombre moderno sin la ayuda de la tecnología? Hay quienes afirman que la misma tecnología, es una de las causas del aceleramiento que estamos viviendo los seres humanos.

Algunas personas —no todas— se están dando cuenta de este fenómeno, lo perciben y lo padecen. La conciencia humana está afectada por el campo magnético de la tierra y las alteraciones en su interior.
Como seres humanos tenemos potencialidades extraordinarias, nuestra fuerza se recrea con la intuición, los talentos son impredecibles. Las ideas, emergentes. La creatividad, en su máximo esplendor; ante los retos podrían estabilizarse, pero no en esta generación, salvo niños superdotados que han nacido con esa frecuencia en el ADN. 

Los demás, con suerte podemos aprender a entender nuestro surgimiento de un entorno esencialmente electromagnético y facilitar nuestro potencial para la sanación, el crecimiento espiritual y en general para el desarrollo evolutivo como raza humana. 

Por ello, el tiempo se ha vuelto nuestro más preciado tesoro. Discernir como utilizarlo  requiere grandes concentraciones de energía para lograr realizar todo lo que debemos: crear, investigar, sanar, amar; en general todo lo que conlleva el acto de “vivir” o “existir”. Martina Goldberg, menciona que el tiempo solamente está, ni nos falta, ni nos sobra. Lo importante es qué hacemos con él. 

La verdadera fuerza se prueba ante la adversidad, se vencen los obstáculos con determinación y se decide no abandonar, lo que desarrolla la fuerza real. Cuando hay calma en nuestro interior la adversidad sólo es parte del paisaje. 

Un viejo sabio de la India mencionó que el campo magnético de la Tierra se puso en marcha por los antiguos para bloquear los recuerdos primordiales de nuestra verdadera herencia. Esto fue para que las almas puedan aprender de la experiencia de libre albedrío sin obstáculos por los recuerdos del pasado. Afirmó que los cambios del campo electromagnético están llevando a nuestra conciencia a una mayor verdad. El velo se está levantando. 

Está claro que esta aceleración puede hacer que nos sintamos más cansados, agotados, con mareos, depresión, e incluso extraños al levantar nuestras propias frecuencias para estar más “en sintonía” con la nueva vibración de la tierra. 

La adaptación no siempre es un proceso fácil, pero hay que tener en cuenta que todo es parte de nuestro propio despertar. Benjamín Franklin decía “¿Amas la vida? Pues si amas la vida no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el bien del que está hecha la vida.” 

El tiempo es limitado, no lo malgastes viviendo la vida de otros. Persigue tus sueños, porque si no ellos te seguirán a ti, es cuestión de tiempo. Por ello, San Agustín de Hipona mencionó cuándo le preguntaron qué es el tiempo, él respondió “Si nadie me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicárselo a alguien no sabría cómo hacerlo.” centrometodoholistico@gmail.com

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