Resulta
paradójico, en plena “Semana Santa” la ONU emitió la declaratoria de inicio de
la Tercera Guerra Mundial.
Todo comenzó por
supuestas declaraciones de la presidente del Consejo de Seguridad de la ONU,
Raimonda Murmokaité, según múltiples medios informativos en Internet, donde se habría
declarado oficialmente la guerra de las Naciones Unidas al ISIS.
Para el Viernes
Santo, la ONU desmiente dichas afirmaciones, y los que propagaron la noticia
debieron reconocer que hubo una “lamentable confusión” al interpretar los reglamentos
del Consejo de Seguridad de dicho organismo internacional. Resultado,
generación de zozobra mundial.
Por el momento,
pareciera ser una “Guerra de Declaraciones” ONU, Vaticano (la declaración del Papa Francisco "Estamos viviendo una tercera guerra mundial"),
países del primer mundo, Internet, grupos de poder, lucha de contrarios; en
pocas palabras el protagonismo en su máxima expresión.
En catholic.net,
se menciona que el Papa Francisco dijo en realidad que “se vive una tercera guerra
mundial combatida en etapas mediante crímenes, masacres y destrucciones de toda
índole (…) a la sombra de planificadores de terror, sus intereses, estrategias
geopolíticas, codicia de dinero y de poder” todo sumado a una “industria
armamentística con el corazón corrompido por especular con la guerra”.
Como
consecuencia, el resto de la humanidad se tambalea entre emociones encontradas
ante el mar de declaraciones, sobre todo en medios electrónicos por su
inmediatez. Esto trae a mi mente las palabras que pronunció Albert Einstein
para consolar a un padre que había perdido a su hijo “El ser humano forma parte de ese todo al que llamamos «Universo», una
parte limitada en el tiempo y en el espacio. Se experimenta a sí mismo, con sus
pensamientos y sus sensaciones, como algo separado del resto en una especie de
alucinación óptica de la conciencia. Esta alucinación es una especie de prisión que nos
reduce a nuestros deseos personales y al afecto por algunas personas cercanas.
Nuestra tarea ha de ser liberarnos de esta prisión ampliando nuestro círculo de
compasión hasta abarcar a todos los seres vivos y a la totalidad de la
naturaleza en su belleza. Nadie puede lograrlo por completo, pero el esfuerzo
mismo por conseguirlo forma parte de la liberación y es la base de la seguridad
interior.”
En consecuencia,
existe una energía de tristeza universal en los seres humanos porque miramos y
no vemos signos evidentes de conciencia mundial, esperada con ansía. Estamos en
medio. No podemos confiar y permitir los procesos de paz, ─ con métodos bélicos─,
esas apariencias externas que rompen los corazones de millones de personas en
el mundo, sin contar la siniestra cantidad de víctimas inocentes, esa es la
única realidad.
Pretendemos ser “Uno
con Dios” todos tenemos libre albedrío y somos libres de permanecer en lo
conocido, en la seguridad y en la estabilidad social, para trascender como
verdaderos seres humanos, hechos a imagen y semejanza del Dios Verdadero, no
puedo imaginar a mi Dios, haciendo la “Guerra”. Algo no es congruente.
A pesar de las
experiencias dolorosas de la vida, el momento de elegir es ahora. Elegir en que
mundo queremos vivir, qué mundo vamos a heredar a nuestros hijos. No se puede
seguir dudando y apoyando por miedo, eso es vivir en la dualidad, la meta es
trascenderla como prioridad principal. No se puede tener un pie en ambos
mundos, las consecuencias pueden ser desastrosas.
Debemos procurar
no añadir más energía a lo que vemos, escuchamos o percibimos, todo es parte
del viejo sistema de creencias, porque el miedo y la preocupación sólo
incrementan la densidad del planeta. Dejemos que el
sinsentido social continúe su juego, con la certeza de que es formada por energía de falsos líderes, conceptos y
creencias que no tienen ley ni fundamento que las apoye.
Se requiere una
consciencia colectiva, sin juicios raciales o imposiciones religiosas concluyentemente
objetiva, así como una orientación sexual constructiva, terminar con discrepancias
de género y respeto a las preferencias de todo tipo. Podrían añadirse otros
elementos, sin embargo con una consciencia clara en todos los seres humanos para
trascender como “Unidad”, expresándose a sí mismo en una exclusiva y única consciencia
universal, con valores éticos soportados
en una verdadera evolución trascendental que se podría acercar realmente a ¡Ser
Humano! masryram@msn.com
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