martes, 2 de mayo de 2017

Incertidumbre de Guerra






Resulta paradójico, en plena “Semana Santa” la ONU emitió la declaratoria de inicio de la Tercera Guerra Mundial.


Todo comenzó por supuestas declaraciones de la presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, Raimonda Murmokaité, según múltiples medios informativos en Internet, donde se habría declarado oficialmente la guerra de las Naciones Unidas al ISIS.

Para el Viernes Santo, la ONU desmiente dichas afirmaciones, y los que propagaron la noticia debieron reconocer que hubo una “lamentable confusión” al interpretar los reglamentos del Consejo de Seguridad de dicho organismo internacional. Resultado, generación de zozobra mundial.

Por el momento, pareciera ser una “Guerra de Declaraciones” ONU, Vaticano (la declaración del Papa Francisco "Estamos viviendo una tercera guerra mundial"), países del primer mundo, Internet, grupos de poder, lucha de contrarios; en pocas palabras el protagonismo en su máxima expresión. 

En catholic.net, se menciona que el Papa Francisco dijo en realidad que “se vive una tercera guerra mundial combatida en etapas mediante crímenes, masacres y destrucciones de toda índole (…) a la sombra de planificadores de terror, sus intereses, estrategias geopolíticas, codicia de dinero y de poder” todo sumado a una “industria armamentística con el corazón corrompido por especular con la guerra”.

Como consecuencia, el resto de la humanidad se tambalea entre emociones encontradas ante el mar de declaraciones, sobre todo en medios electrónicos por su inmediatez. Esto trae a mi mente las palabras que pronunció Albert Einstein para consolar a un padre que había perdido a su hijo “El ser humano forma parte de ese todo al que llamamos «Universo», una parte limitada en el tiempo y en el espacio. Se experimenta a sí mismo, con sus pensamientos y sus sensaciones, como algo separado del resto en una especie de alucinación óptica de la conciencia.  Esta alucinación es una especie de prisión que nos reduce a nuestros deseos personales y al afecto por algunas personas cercanas. Nuestra tarea ha de ser liberarnos de esta prisión ampliando nuestro círculo de compasión hasta abarcar a todos los seres vivos y a la totalidad de la naturaleza en su belleza. Nadie puede lograrlo por completo, pero el esfuerzo mismo por conseguirlo forma parte de la liberación y es la base de la seguridad interior.”

En consecuencia, existe una energía de tristeza universal en los seres humanos porque miramos y no vemos signos evidentes de conciencia mundial, esperada con ansía. Estamos en medio. No podemos confiar y permitir los procesos de paz, ─ con métodos bélicos─, esas apariencias externas que rompen los corazones de millones de personas en el mundo, sin contar la siniestra cantidad de víctimas inocentes, esa es la única realidad. 

Pretendemos ser “Uno con Dios” todos tenemos libre albedrío y somos libres de permanecer en lo conocido, en la seguridad y en la estabilidad social, para trascender como verdaderos seres humanos, hechos a imagen y semejanza del Dios Verdadero, no puedo imaginar a mi Dios, haciendo la “Guerra”. Algo no es congruente. 

A pesar de las experiencias dolorosas de la vida, el momento de elegir es ahora. Elegir en que mundo queremos vivir, qué mundo vamos a heredar a nuestros hijos. No se puede seguir dudando y apoyando por miedo, eso es vivir en la dualidad, la meta es trascenderla como prioridad principal. No se puede tener un pie en ambos mundos, las consecuencias pueden ser desastrosas. 

Debemos procurar no añadir más energía a lo que vemos, escuchamos o percibimos, todo es parte del viejo sistema de creencias, porque el miedo y la preocupación sólo incrementan la densidad del planeta. Dejemos que el sinsentido social continúe su juego, con la certeza de que es formada por  energía de falsos líderes, conceptos y creencias que no tienen ley ni fundamento que las apoye.

Se requiere una consciencia colectiva, sin juicios raciales o imposiciones religiosas concluyentemente objetiva, así como una orientación sexual constructiva, terminar con discrepancias de género y respeto a las preferencias de todo tipo. Podrían añadirse otros elementos, sin embargo con una consciencia clara en todos los seres humanos para trascender como “Unidad”, expresándose a sí mismo en una exclusiva y única consciencia universal,  con valores éticos soportados en una verdadera evolución trascendental que se podría acercar realmente a ¡Ser Humano!  masryram@msn.com

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