En este día, en
México celebramos a los “Maestros”—un
especial saludo a todos los que me han acompañado durante mi vida académica,
¡Gracias! —.
Mientras tanto en la agenda de conmemoraciones de la Organización para las
Naciones Unidas (ONU) se celebra el “Día Internacional de las Familias” que a
su vez en México se conmemora por decreto el primer domingo de marzo.
El nombre que se
da a la celebración, conmemoración o festividad; de una causa promovida por
alguna organización internacional, habitualmente vinculada a las Naciones
Unidas, para su observancia en todo el planeta, se le denomina “Día
Internacional” o “Día Mundial”.
La ONU celebra cerca
de 139 días internacionales y mundiales, sin contar, las semanas mundiales. La
próxima del 25 al 31 de mayo, se celebrará la “Semana de Solidaridad con los
pueblos de los territorios no autónomos”.
También se
instauraron los decenios internacionales, que según la agenda de la ONU, en estas
fechas estamos celebrando: del 2016 al 2025, el “Decenio de las Naciones Unidas
de Acción sobre la Nutrición; del 2015 al 2024, el “Decenio Internacional para
los Afrodescendientes”; del 2014 al 2024
el “Decenio de las Naciones Unidas de la Energía Sostenible para Todos”; del 2011
al 2020 el “Tercer Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo”,
el “Decenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica” y el “Decenio
de la Seguridad Vial; del 2010 al 2020, el “Decenio de las Naciones Unidas para
los Desiertos y la Lucha contra la Desertificación; y del 2008 al 2017, el “Segundo
Decenio de las Naciones Unidas para la Erradicación de la Pobreza”.
En cuanto a los años
internacionales, en 2017 se celebra el “Año Internacional del Turismo
Sostenible para el Desarrollo” Lo anterior sin contar los que se establecerán
en el futuro. Por otra parte, a nivel mundial se celebran en total 248 días
internacionales, promovidos por diversos organismos.
Mientras tanto
en México, somos expertos en la materia. Para comenzar, tenemos 8 días
oficiales o días de descanso obligatorio; 12 días nacionales y 20 considerados
como feriados. Además de nuestras celebraciones inherentes, de mil amores nos
unimos a las diversas celebraciones del mundo. Motivos sobran, somos conocidos
por nuestra alegría para celebrar.
Por si faltará más,
aún nos queda por celebrar: cumpleaños, santos, fechas comerciales y
festividades de fin de año. También existen las fiestas paganas, que la mayoría
de las veces exportamos de otras culturas. Hasta tenemos un dicho popular que
versa “A cada capillita le llega su fiestecita” que sinceramente tiene otra
connotación y no se refiere específicamente a las fiestas del santo patrono del
pueblo, o las tradicionales ferias, que con agrado visitamos los mexicanos y
que también tienen su origen religioso, donde la mayoría de las veces deriva en
una fiesta de cortejos, comidas y bebidas no tan saludables.
Ante el cúmulo
de festividades, me pregunto ¿De dónde surge el deseo de los seres humanos por
celebrar? Insignificante cuestión. ¿A quién le importa de dónde nace el deseo
de celebrar? Pero entre tantas conmemoraciones, inquiero si existe el “Día
Internacional de Dios”, la respuesta es sí, sí existe el “Día Universal de
Dios” marcado con el día 14 de Junio para sentir a DIOS, que al parecer se
celebra en Brasil.
No encontré
fuente confiable en la red sobre el origen de esta fecha y me pregunto ¿Cuál sería la utilidad para una fecha como
esta? ¿Por qué recordar a Dios dentro de 365 días en apenas un día?
La utilidad de
tener un día así, se podría perfeccionar en una civilización cada vez más
alejada de valores morales y espirituales, constantemente preocupada en
"tener" más que en "ser" más.
¿Un sólo día en
el año es realmente necesario? De otro modo ¿Cuándo nos acordaremos? Pero ¿Esa
fecha serviría como agradecimiento sincero y especial al Creador? Para que la sociedad continúe presa en la rueda
de la ilusión y falsos valores.
Al respecto, Rita
de Cássia Amorim, menciona que "Experimentar
a Dios no es pensar sobre Dios, sino sentir a Dios con la totalidad de nuestro
ser” Para encontrar a Dios, precisamos renacer nuestros sentidos, para
entonces libremente, reasumir el imaginario de doctrinas y filosofías.
La pretensión de
definir a Dios se transfigura en metáforas con las que nos acercamos al misterio
para inventar fórmulas para demostrar su existencia. ¡Sí, es posible! Existe
Dios y nos hemos olvidado de Él. No nos importa Dios. Solamente nos acordamos
de Dios cuando sufrimos una pena, estamos enfermemos o en desgracia. ¡Qué pena!
Que siga la fiesta de “Celebraciones” masryram@msn.com
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