jueves, 15 de octubre de 2020

Los unos vistos por los otros

 

Por M en E Marisú Ramírez

(Texto y foto)

Existe un momento donde los mexicanos demostramos un alto grado de inmadurez, donde es común que las masas se agiten, estremezcan y desborden: Época de elecciones.

Si bien es cierto, la sociedad mexicana está cambiando gradualmente, a muchos aún evade el recuerdo de que es importante para un país no sólo ser políticamente estable sino también transmitir esta imagen al resto del mundo. 

Por ello la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) menciona que “…un gobierno transparente obstaculiza la existencia potencial de intereses particulares (corrupción) que, muchas veces se mezclan y prevalecen frente a la política del gobierno”.

Marco A. Almazán, escritor y diplomático mexicano, mejor conocido como el filósofo de la alegría, menciona en una de sus frases célebres: “Se dice que existen tres clases de testigos: Los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo”.

Esta interesante frase, tiene múltiples acepciones, si realizamos un juego de palabras y cambiamos las palabras clave, tales como testigo por ciudadano y visto por elegido, se leería así: “Se dice que existen tres clases de ciudadanos: Los que han elegido bien, pero dudan de lo que han elegido. Los que han elegido mal, pero creen haber elegido bien. Y los que no han elegido nada y aseguran haber elegido todo”  

Ahora bien, con la palabra político la frase quedaría así: “Se dice que existen tres clases de políticos: Los que han ejercido bien, pero dudan de lo que han ejercido. Los que han ejercido mal, pero creen haber ejercido bien. Y los que no han ejercido nada y aseguran haber ejercido todo”.

El turno para servidor público: “Se dice que existen tres clases de servidores públicos: Los que se han desempeñado bien, pero dudan de lo que han desempeñado. Los que se han desempeñado mal, pero creen haberse desempeñado bien. Y los que no han desempeñado nada y aseguran haber desempeñado todo”.

Otro ejemplo más, oposición: “Se dice que existen tres clases de opositores: Los que se han opuesto bien, pero dudan de lo que se han opuesto. Los que se han opuesto mal, pero creen haberse opuesto bien. Y los que no se han opuesto a nada y aseguran haberse opuesto a todo”.

Sin duda, una deliciosa frase de Almazán. Se podría intentar también con otras palabras, las cuales dejo a la imaginación del lector.

Por otra parte, para obtener una cultura política deseable, es conveniente destacar las principales características de un buen ciudadano, inspiradas en algunas concepciones de especialistas en el tema, ya que sin estos elementos es prácticamente imposible llegar a buen puerto en la materia.

Identidad, principal condición, Si no se tiene identidad con la comunidad de nada servirán las otras características. Información veraz y objetiva, un ciudadano bien informado es muy valioso para una sociedad. Pensamiento crítico, sin juicios parciales ni extremos, importante averiguar tendencias de opinión pública y detectar posibles intereses particulares de grupos de resistencia y/o de poder. También se requiere una participación consciente, con perspectiva realista y sensible a las necesidades sociales.

Otras características son: actuación ética, el respeto por las leyes, la diversidad, los derechos humanos, el medio ambiente y los animales; rechazo absoluto a la violencia y la última y no menos importante la cooperación con un amplio sentido por preservar el estado de derecho y con un único objetivo: el bien común. 

Sólo así evitaríamos ese apotegma plasmado en el libro de Marco A. Almazán “Los unos vistos por los otros” donde entre sátira lectura quedó plasmado como nos vemos los unos a los otros en México, lectura muy interesante sin duda. masryram@msn.com

 

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