miércoles, 23 de septiembre de 2020

Hay niveles

 

Por M en E Marisú Ramírez

(Texto y foto)

“Sólo el hombre puede ayudar al hombre”

Máster Luong Minh Dang

En el mundo cada día acontecen miles de sucesos sin sentido, actos terroristas, luchas de poder, crímenes contra la naturaleza y la humanidad, pareciera lo más común: el pez grande se come al chico, impera la ley del más fuerte.

Ante esta situación que se exacerba a cada segundo, muchas personas se desesperan y desaniman, preguntándose por qué se actúa de tal o cual forma. La clave está en el nivel de conciencia y realidad donde se encuentra cada individuo.

Ken Wilber en su teoría integral de la conciencia, destaca la idea básica de que los seres humanos no se diferencian por su raza o color de piel, sino por su estado de conciencia en el que se encuentran. Donde cada experiencia vivida debería contribuir a incrementarla y no al contrario.

La teoría de Wilber sostiene que el ser humano puede transitar en seis niveles de conciencia:

Color beige: estado arcaico-intuitivo, donde imperan los sentidos, se está definido por las necesidades básicas que se deben cubrir. Automatismo y pensamiento dirigido instintivamente.

Color púrpura: estado mágico–animístico. en este nivel se da un mundo mágico que llena al individuo de seguridad y armonía. Se distingue entre el bien y el mal. Es un estado de seguridad en el que se encuentra protegido del ambiente amenazante.

Color rojo: estado de dioses de poder. Este estado se presenta como una jungla donde solo triunfan los fuertes, los dominadores; los débiles están al servicio de los fuertes. Se promueve la conquista el poder y el sometimiento.

Color azul: estado de orden místico. Donde reinarán el orden y la estabilidad, aquí la realidad viene controlada por una autoridad superior que recompensa las buenas obras y castiga el mal, se contemplan la sumisión y aceptación de las normas.

Color naranja: estado de logro científico. Aquí el “yo” escapa al resto y decide buscar la verdad por su cuenta. Sería el estado de consciencia de la clase media emergente, del materialismo y la búsqueda del triunfo de la materia.

Color verde: estado del yo sensible. Se busca el consenso y la conciencia social, se extingue el dogma, la codicia y la división, se superan las jerarquías y se enfoca en lo espiritual. Se refleja en el postmodernismo.

Color amarillo, estado integrador. Aquí se da la integración de procesos. El caos, el cambio y la incertidumbre se consideran estados aceptables. La vida gira en torno a la flexibilidad, la espontaneidad y la funcionalidad.

Color turquesa: estado holístico. Estado de pensamiento que utiliza todos los niveles anteriores de la espiral consiguiendo una unidad.

A través de este modelo integrador Wilber cree que se podría evitar el catastrófico desastre cultural que está suponiendo la visión materialista del mundo.

Por ello, cuando se juzga el proceder de las personas en los entornos inmediatos o globales aplica este dicho popular “Creemos que barremos bien, hasta que comenzamos a trapear” …en nuestra propia casa.  

Es verdad, existen leyes universales muy difíciles de cumplir a cabalidad, las circunstancias y realidad de cada individuo son diferentes, y sólo queda tomar una decisión, correcta o no, eso dicta la conciencia en ese momento. Tal vez en el aquí y en el ahora, no se puede concluir la trascendencia del acto o decisión tomada. Las consecuencias buenas o malas, tarde o temprano saltarán a la vista, eso sí es un hecho. Importante recordar cuando no se elige, también se hace. Libre albedrío, regalo divino. 

Incrementar la conciencia no es tarea fácil, menos en épocas turbulentas de la humanidad, donde parece que la sobrevivencia es la única vía. Importante es no perder el camino, aunque otros senderos inviten al triunfo y al hedonismo. Tomar atajos y caminos equivocados no es la mejor decisión, es vital y más transcendental dirigirse donde el alma lleve.  masryram@msn.com

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