¿Guerra contra la basura?

Por M en E Marisú Ramírez Muñoz

En días pasados, al transcurrir una severa tormenta en Puerto Vallarta, de esas que uno agradece al cielo por los beneficios que brinda -aunque algunos inocentes como los árboles y también algunas personas que viven en zonas de riesgo fueron afectados por saciar la sed de la tierra- es triste observar en los caudales de lluvia la gran cantidad de basura que es arrastrada por la corriente.

De lo anterior, se origina como consecuencia lógica que calles y avenidas queden repletas de basura, misma que a los ciudadanos no nos importa, ni la vemos, ni la recogemos. Cruel indiferencia. Nadie tiene tiempo. Nadie muestra interés en limpiar un poco al menos el frente de sus viviendas. ¡El gobierno no puede hacerlo todo!

Al respecto, leí una noticia en los medios locales de que un extranjero inició una campaña denominada “Guerra contra la basura” al buscar información en redes sociales, encontré comentarios como este: “La primera limpieza en Vallarta fue el 13 de enero de 2021. Tuvimos 22 voluntarios del Proyecto Educativo Volcanes que ayudaron a limpiar 32 bolsas de basura en sólo 400 metros de Av. Las Palmas cerca de la Universidad de Guadalajara. Fue una experiencia reveladora para todos. La zona probablemente no se había limpiado en 10-20 años”.

¡La zona probablemente no se había limpiado en 10-20 años! Triste, pero cierto. Y lo más triste, que sea una persona extranjera la que tenga y ponga en marcha este tipo de iniciativas, que incluso ha llamado la atención de las autoridades. Bien por el señor John Benus, (estadounidense originario de Fairfax, California, quien encabeza esta campaña de limpieza avalada y apoyada por el Gobierno). Muy mal por nosotros, sociedad indolente.

Por lo anterior, sería factible preguntar ¿Guerra contra la basura? La respuesta definitivamente es ¡No! La basura no es el enemigo, el enemigo somos nosotros mismos, somos los que generamos y arrojamos la basura por doquier. En otras palabras, los seres humanos somos el enemigo a vencer en esta absurda guerra, donde el cuartel es nuestra casa, nuestro hábitat, nuestro planeta. ¡No tenemos otro, ni se puede comprar en el supermercado!

Lo que sí es urgente es la creación de campañas de concientización. Se requiere que todos juntos ‘Gobierno y Sociedad’ vayamos en el mismo sentido, si alguna de las partes –o ambas- falla el problema se desbordará con sus consabidas y nefastas consecuencias.

¡Yo no la tiré!

Al cuestionar a algunas personas sobre la razón de no recoger los objetos que ven esparcidos en la calle, mencionan ¡yo no los tiré! Nada más lejos de la realidad, aunque se coloque la basura en el lugar indicado, a menudo esta es esparcida antes de su recolección, por diversos motivos ya señalados en otras de mis colaboraciones vertidas en este medio de comunicación. Uno nunca sabe el destino final de nuestra propia basura.

 Una sana costumbre

Al respecto, cuando llevo mi basura a algún punto de recolección a menudo cargo conmigo una bolsa vacía, la cual utilizo para recoger especialmente todo el plástico y aluminio que se cruza en mi camino, tristemente la bolsa extra se llena bastante rápido en sólo dos cuadras y a veces supera en volumen a mi propio contenedor. Esta medida, a menudo tiene consecuencias ¡Se contagia! Pero la única diferencia es que es un contagio muy sano. 

Y hablando de contagios… lo más triste señoras y señores: como hongos, infinidad de cubre-bocas yacen esparcidos por doquier. Incorrecto manejo de desechos biológicos ¡Y nos preocupan las olas de contagio de COVID-19! insisto urgen medidas preventivas y campañas de concientización. masryram@msn.com