Por
M en E Marisú Ramírez
(Texto y foto)
“Abre tus brazos al cambio, pero no dejes
ir tus valores”
Dalai Lama
Los mejores
ciudadanos mantienen vigentes sus códigos de valores, se distinguen unos de
otros a partir de sus actitudes positivas a toda prueba, su proceder les abre
caminos en la sociedad a partir del respeto, el cual enaltecen con sus actos.
Se
dice que el deber es un dios que no consiente ateos. Por ello, los códigos
éticos establecidos se basan en valores o normas a seguir, regulan los derechos
y deberes de una actividad desde el punto de vista de la buena práctica,
ajustada a los principios de rectitud moral.
En
ese sentido es prioritario evitar se pulvericen en esta época de emergencia
global. El ciudadano mexicano ha demostrado en general saber comportarse con
amplias características de ser bueno ─con
lamentables excepciones como en toda regla─ en su eterna búsqueda del bien común
al formar parte de una sociedad, así de alguna manera deja en claro el respeto al
derecho a la vida en este mundo convulsionado.
Después
de conocer varias acciones violentas contra la sociedad, los ciudadanos de
México se expresan contra las injusticias, esto se multiplica en muchos países,
basta observar los noticiarios. Por otra parte, en las redes sociales nadie
escapa, ahí se descubren desagradables actitudes de ciudadanos disfuncionales que
vierten pronunciamientos contrarios a la razón, sin medir que pueden ser causa
de daños irreparables en todos sentidos.
Bien
sabemos que las leyes son necesarias para regular la convivencia entre las
personas. Del mismo modo tenemos normas que permiten concretar los límites de
nuestra actuar en todos los ámbitos, profesional, familiar y cívico para que
ésta sea coherente con los fines de la vida misma.
De
ahí que considero vital en estos momentos de agitación social reforzar todos
los códigos de ética, en caso contario sucederá lo que decía Martin Luther King:
“Debemos aprender a vivir juntos como
hermanos o perecer juntos como necios” Por ello es importante la cooperación,
la comunicación y el respeto mutuo que permita el desarrollo como sociedad.
Porque
si bien es cierto hablar de actuar bien o mal, lo cual es muy subjetivo, ya que
son términos de los cuales cada persona y cultura tiene su propio concepto, y
de esa manera lo aplica o lo vive, por eso si enlistamos una serie de actos o
actividades que se permiten dentro de una comunidad, o las que se prohíben, ya
nos marca una línea para actuar dentro de lo que está permitido.
Así
mismo, es prioritario mantener relaciones interpersonales dentro de un marco de
estricto respeto y evitar en la medida de lo posible mantener conductas antisociales
o enmarcarse en un contexto de agresión o injusticia; dicho en otras palabras,
para no estar fuera de la ley.
En
general en estos momentos se vuelve necesario observar dentro de lo posible las
normas que constantemente están dictando las autoridades, si bien es cierto,
todos los sectores sociales deberíamos estar de acuerdo y en paz, cada cual
tiene sus funciones y obligaciones, sólo así se evitarán las tragedias y
discordias que se están desatando entre gobierno y sociedad.
Con
un gobierno responsable, abocado a las necesidades actuales y con el deseo de
ayudar a vivir la vida mejor y no peor, que respete la dignidad del ser humano,
sus derechos y convicciones.
Dimensionar el ser una sociedad justa, buscando siempre el bien común,
con libertad y con conciencia, es decir con capacidad de autodeterminación. Esto
es un principio absoluto que precede a la beneficencia, enmarca la autonomía y
matiza la justicia. sin anteponer juicios personales y disfuncionales. Por
encima de esto aplicar códigos de respeto, son momentos para demostrar voluntad
social. masryram@msn.com
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