Desastre Téc. Pouring canva 30x30 cm. |
Por
M en E Marisú Ramírez
Poco
sabemos en México del manejo adecuado de los contaminantes peligrosos, cálculos
conservadores señalan inconsistencias en la materia; con la contingencia actual
se generan millones de toneladas de residuos peligrosos Biológico-Infecciosos
(RPBI).
Agua,
aire y tierra son víctimas de esta atrocidad, se suman desiertos, cañadas y
otros ambientes naturales. La presencia de materiales clínicos peligrosos se detecta
para demostrar la inconciencia, ahora con los millones de tapabocas, guantes,
entre otros; flotan en espejos de agua, ríos y mares, esto desata impactos
contra la salud denominados padecimientos microbiológicos.
La
ley, como creación humana busca los equilibrios entre lo existente; por tanto,
proteger al medio ambiente de elementos tóxicos o corrosivos o en alguna medida
peligrosos para la existencia de cualquier forma de vida. La ausencia de
responsabilidad por generaciones lo dejan pasar sin algún temor porque no han
despertado su interés en abatirlo.
Históricamente
la contaminación provocada por elementos tóxicos degenera el ambiente, con sus
ataques provoca padecimientos desconocidos con sus consecuencias funestas como
los que padecemos actualmente, no sólo con el COVID-19, con su depresión
emocional y obvios desequilibrios sociales.
Los
protocolos para recoger los desechos peligrosos son olvidados en esta era
global, existen más intereses económicos que el defender la salud de las multitudes
y esto incluye desafortunadamente a todos los seres vivos que defienden un espacio
de vida en el planeta.
Rediseñar
protocolos basados en la ley y aplicarlos a plenitud en beneficio de los seres
vivos, con el único fin de la defensa de la salud del planeta con la
interconexión sin riesgo de contraer virus mortales, los cuales han dañado
tanto a las naciones a través de generaciones históricamente determinadas.
Existe
en las comunidades humanas la esperanza de ver renacer la responsabilidad de ir
contra los venenos producidos por millones de contaminantes que cada minuto
bañan al medio ambiente; retomar las estrategias para fracturar paradigmas
dañinos a la existencia. En este sentido la CONAGUA comisionó a un costo de 5 millones de pesos la realización de un estudio científico urgente que esclarezca si existe el riesgo de que el coronovirus sobreviva en aguas negras.
Se
llega al verdadero problema: si solamente se controla el 4% de los
residuos, ¿qué está pasando con el resto?, ¿dónde están?, ¿cuál es su
impacto sobre la salud y sobre el ambiente? Por desgracia
las respuestas se limitan a las noticias periodísticas.
En
1995 se publicó en el diario oficial de la federación la primera norma para
regular el manejo de los residuos peligrosos biológico-infecciosos (RPBI). El objetivo primordial de esta norma fue el
de proteger al personal de salud de los riesgos relacionados con el manejo de
estos residuos, así como proteger el medio ambiente y a la población que
pudiera estar en contacto con estos residuos dentro y fuera de las instituciones
de atención médica.
Según
fuentes públicas de México, los residuos peligrosos se localizan en ríos,
mares, lotes baldíos, desiertos, minas abandonadas, en los
traspatios de industrias y muy probablemente, en muchos otros lugares
inimaginables.
Lo
realmente preocupante en estos momentos de emergencia mundial, no es donde depositan
las instituciones de salud ─tanto públicas como privadas─ sus deshechos
biológico-infecciosos, ellos cuentan con sus protocolos establecidos por la
ley, sino lo ciertamente neurálgico es el manejo que la población está dando a
esos deshechos.
En los medios de comunicación masiva existe un poco de información al
respecto, donde sugieren colocar cubrebocas, guantes, caretas, jeringas y demás
en bolsas con letreros de COVID-19, pero la cuestión es ¿Cuántos de nosotros
tomamos conciencia y lo hacemos verdaderamente? Así mismo ¿nuestras autoridades
realmente cumplen con los protocolos marcados por la ley para la recolección de
estos residuos y dónde se están depositando? Asunto de interés social
impostergable. masryram@msn.com
Título: Desastre
Técnica: Pouring
Medida: 30x30 cm
Costo: MXN 800
Disponible
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