Por M en E Marisú Ramírez
“Fija tu rumbo a una estrella,
y podrás navegar a través de cualquier
tormenta”
Leonardo Da Vinci
El tiempo
para sanar todos los aspectos de la vida, manifestar fuerza física, salud,
agudeza mental, equilibrio emocional y empatía por los seres humanos es ahora.
Mañana ya no habrá tiempo.
A
medida que transcurren los días, semanas y meses de este momento histórico 2020
y todos sus avatares, se tendrá que enfocar toda la energía en reorganizar y
trabajar muy duro en la post-humanidad.
Cubrirse
con el acero de la determinación para ayudar a los que históricamente han
cargado con las tareas “difíciles” de la sociedad. Me refiero a esas personas
que, en silencio, sin hacer ruido y sin levantar polvo cuidan y protegen a los
más débiles e indefensos.
También
reconocer a los que realizan las actividades sustantivas que nadie quiere hacer
y que sin su trabajo nuestras comunidades serian un verdadero desastre, existen
pocos que se ensucian las manos. Con ello no me refiero a los que se ensucian
no sólo las manos, sino el alma al cometer atrocidades contra toda clase de ser
viviente sobre el planeta y con el planeta mismo.
Lograr
las mismas hazañas físicas de esos héroes desconocidos, obtener la misma
resistencia, porque ellos no se cansan, ni se enferman, ni se enojan, ni
juzgan, ni se preocupan, ni son robots; solo están ahí trabajando en silencio,
sin esperar algún tipo de reconocimiento social.
Seres
que por destino forman parte de un soporte vital, realizan su trabajo, cuidan a
sus seres queridos incapaces, dan amor, ternura, protección sin esperar nada a
cambio.
A
menudo se tiene que morir un par de veces para aprender a valorar la vida y
todas sus manifestaciones, y cuando hablo de morir no hablo de dejar de
existir, hay situaciones que fragmentan el alma, pero el espíritu permanece
inamovible, fue creado con ese propósito, su fuerza radica en la energía que
otorga el creador, especial y única para cada ser humano.
El
maestro Luong Minh Dang, fundador de la escuela de Energía Universal y Humana HUE
mencionó alguna vez: “El alma no come, no usa ropa, no tiene nombre, no tiene
intereses, no siente emociones y no comete pecado”. Así también los héroes desconocidos
son puro corazón, en un pequeño cuerpo y en una gran alma.
Hablar
de vivir como un desconocido puede sonar fácil, también es fácil criticar a
otros y no reconocer su labor humanitaria, hoy más que nunca es difícil
comprender la situación mundial, el error desafortunado que los humanos
cometieron desde el pasado y hasta ahora acerca del ego es manifestarlo en la
forma de egoísmo, codicia, odio y lujuria; los cuales traen consecuencias
terribles para todos.
Por
otra parte, estamos en un momento crucial de la humanidad, eso todos lo
sabemos, y tenemos “héroes” conocidos, me refiero a los gobernantes, los que
están al frente de las naciones, estados o municipios, ellos deben ser
apoyados, más que criticados o enjuiciados, históricamente son blanco fácil de
enjuiciamiento, esa tendencia debe cambiar y en lugar de ello se debería pedir
a Dios que los ilumine para que gobiernen de forma eficaz y eficiente. Para los
que denosten mis palabras, les preguntaría ¿Podrían hacerlo mejor? Dar gusto a
todos no es posible, sino pregúntenle a Dios.
Máster Dang también mencionó “en la vida lo que se teme eso nos seguirá
e incluso causará más daño” estas palabras resuenan profundamente con el
momento actual. El temor por enfermar pondrá al sistema inmune en un estado de
ocio, donde no puede estar activo para combatir la enfermedad. El temor de
perder a alguien a quien se ama ocasiona debilidad y estar bajo su control. Con
el tiempo se pierde la dignidad de hombre que deberá ser respetado por los
demás. El temor de perder su negocio les ocasionará estar bajo el control de la
gente que tiene información de negocios y consecuentemente pierden la dignidad
de dueño de negocio. El temor bloquea el desarrollo de las habilidades latentes
en los seres humanos. masryram@msn.com
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