Cánones 2020

Ventana al cielo

Por M en E Marisú Ramírez

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”

2 Timoteo 1:7

Al 2020 se le ha acusado de todo, pero aún faltan algunos días para que este vilipendiado y tristemente célebre año llegue a su fin, y con ello la posibilidad de que aún tenga algún as bajo la manga y nos vuelva ¡Inocentes palomitas!

Hoy es 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Fecha alusiva a la matanza de niños menores de 2 años ordenada por el rey Herodes en Belén, Judea hace más de dos mil años, con el objetivo de preservar su poder amenazado por el nacimiento del Mesías, profetizado como futuro Rey de Jerusalén.

Durante la Edad Media se combinó esta conmemoración con otra tradición pagana conocida como la ‘Fiesta de los locos’, una jornada llena de festejos y desenfreno, celebrada en los días comprendidos entre Navidad y Año Nuevo y que finalmente se adaptó al 28 de diciembre.

En México se rompen paradigmas y no es la excepción, es el día de las bromas ¡Inocente palomita que te dejas engañar! Noticias falsas circulan por doquier, bromas de lo más pesadas se dejan sentir por los más despistados. En otras palabras, los que ‘caen’ automáticamente se vuelven ‘inocentes’.

Así también, este día hagamos inocente al año viejo. Consideremos por un momento el dejar de atropellarlo con nefastos calificativos y cambiemos su esencia por un año aleccionador.

Llamémosle el año generador de conciencia, el hacedor de milagros, el parteaguas, el antes y después del materialismo histórico, la dialéctica y/o antítesis de la estupidez humana.

Acusémosle de propiciar un alto al desenfreno, lo cual sólo algunos ya lo entendieron. También démosle el crédito suficiente, el planeta respiró y suspiró por un momento, tanto que hasta el precio del petróleo bajo a niveles nunca antes vistos.

Permitámosle que nos aviente otro veinte, para que nos caiga -de una vez por todas- la conciencia de lo que estamos haciendo mal como humanidad. Dejémosle que nos señale el camino a seguir para existir en armonía y dejar de lado la absurda competencia por el poder.

Consintámosle que nos señale esa gran mentira de que el sentido de la vida es ganar. Literalmente ¿Qué hemos ganado? Nada. ¿Qué hemos perdido? Todo, o estamos a punto…

Hagámosle el honor, porque honor a quien honor merece. Salir de nuestra zona de confort realmente fue doloroso, pero reconozcamos, alguien tenía que obligarnos. ¿Era necesario? Definitivamente ¡Sí! Reconozcámosle, la sacudida fue tremenda, solo alguien con coraje y valentía podría haberlo hecho. De ahí su gran valor.

Año 2020 inocente es y a su vez el dejará de hacernos mártires cuando entendamos que somos depredadores, cuando dejemos de victimizar niños, personas inocentes e indefensos animales, cuando dejemos de generar y arrojar basura a cada paso.

Sólo entonces el año viejo habrá cumplido su cometido y dejaremos de juzgarlo erróneamente a cada segundo. Él no es el generador de la tragedia, ni el colapso de la economía, los culpables somos nosotros, los seres humanos. Nos lo hemos ganado a pulso. Alguien tenía que decírnoslo, porque estábamos ciegos, estábamos sordos y también llenos de ruido.

Ahora extrañamos, extrañamos a nuestros seres queridos, extrañamos la pureza de la naturaleza, del agua, de los ríos, de las montañas, de los mares, de los caminos y del cielo mismo.

Ese descalificado año que fenece nos obligó a valorar las pequeñas cosas, a discernir la diferencia entre lo banal de lo verdaderamente transcendental. No obstante, falta mucho camino por recorrer. Ahora sólo queda significativamente esperar lo que nos traerá el año nuevo y mantener el manejo de nuestras vidas al asignarnos, con honor, integridad y responsabilidad.

Sólo entonces tendremos derecho de soñar, de desear y existir en un extraordinario ¡Año Nuevo!  masryram@msn.com

Detalle: Ventana al cielo

Técnica: Reverse ring pour fluid art acrylic pouring

Canva: 30x40 cm. 

Colección personal, no disponible para su venta