lunes, 29 de marzo de 2021

Toma y daca

 


Por M en E Marisú Ramírez

En la actualidad los seres humanos fluimos ante el dilema permanente del “toma y daca” la cual en la teoría de juegos es una estrategia muy poderosa de persuasión y es donde la persona que usa esta estrategia reacciona invariablemente a la acción previa del oponente.

Ante este hecho, en el fluctuar de la vida existe una conciencia colectiva en constante crecimiento que quiere evolucionar. Pero hay demasiadas personas en el mundo que con frecuencia van en sentido contrario. En otras palabras, se dirigen en picada hacia una catastrófica “involución” con modos de conciencia obsoletos que se aferran a una vida llena de placeres que los obliga a permanecer en su zona de confort y muy lejos de sus responsabilidades.

Lo anterior, afecta invariablemente a todos, ya que la fuerza de atracción es muy poderosa y se tienen que realizar esfuerzos sobrehumanos para no caer en el juego de los inconscientes que cuentan con potentes armas de seducción, manipulación y justificación.

Por lo tanto, para no ser arrastrados por la corriente se requiere pertenecer a una alta gama de evolución humana donde pequeñas acciones que incluyen formas de ser, actuar, pensar y reaccionar que influyen de manera positiva para lograr la permanencia en este selecto grupo de seres pensantes.

Para ello se requiere en primer lugar tener una conciencia ecológica avanzada en un grado más que significativo, ya que la realidad en este rubro es desastrosa, donde diversos estudios demuestran que un porcentaje muy alto de la población tiene niveles deficientes de conciencia ecológica.

Desgraciadamente este es un tema sin efectos positivos a la vista y sobre explotado en círculos y redes sociales. Sólo basta una pequeña mirada a nuestros entornos: basura, excremento de mascotas y un panorama cada vez más desértico por la deforestación y falta de vegetación. Inclusive grave escasez de vida silvestre, donde cada día es menos frecuente escuchar el canto de un ave o ver el revoloteo de una mariposa, ni que decir de la preocupante ausencia de las abejas y otras especies en peligro de extinción.

En segundo lugar, tenemos la conciencia social, donde desgraciadamente existe un severo porcentaje de personas que actúan con una doble moral en todos sentidos. Para muestra basta un botón: en sociedades altamente machistas como la nuestra, no puedes decir que eres una buena persona si vas por el mundo engendrando seres humanos sin responsabilidad, las estadísticas en nuestro país demuestran alarmantes cifras de mujeres abandonadas que llevan una vida de infierno al ser obligadas a ser el único sostén de sus hijos, donde los padres -si se les puede llamar así- brillan por su irresponsable ausencia.

Los organismos encargados de impartir justicia en nuestro país se encuentran rebasados por la gran incidencia de casos. La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) reveló que el porcentaje de mujeres entre 15 y 54 años de edad con al menos un hijo que no están unidas en pareja, pasó de 15.5 a 21.2 por ciento de 1997 a 2014 y la tendencia sigue en aumento.

Sobre el tema en particular es muy triste observar a una mujer embarazada suplicar por un empleo porque un irresponsable no quiere hacerse cargo y más frustrante aún observar a una mujer que tiene un hijo con algún tipo de discapacidad y que no cuenta con el apoyo del varón que lo engendró. En el mismo tenor, está el tema de los adultos mayores. Una persona que pertenece a una alta gama de evolución humana jamás desamparará a los suyos.

Socialmente se puede ejercer presión para romper la inercia que generan estos flagelos, si eres un ser humano consciente (hombre o mujer) y te topas con personas que abandonan a sus seres queridos ¿Crees que contigo será diferente? Es tu deber investigar con qué clase de persona compartes o compartirás tú existencia. 

No existen buenas ni malas acciones, lo que hay son consecuencias ¡Tenemos el poder de generar las propias! Inventa un futuro que ames por el resto de tu existencia.  masryram@msn.com

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