Los terrícolas llegaron ya

 

Alas solares.. Puerto Vallarta, Jalisco.

Por M en E Marisú Ramírez 

A paso veloz. transcurre el segundo mes del año, el panorama no es muy alentador. Seguimos siendo sacudidos por los acontecimientos globales, se viven fuertes momentos donde algunas personas no la están pasando bien.

Temperaturas extremas, crisis económicas y energéticas, apagones, depresiones colectivas, en términos generales, un gran etcétera de conflictos humanos y en medio de todo ello, la celebración por la conquista del planeta Marte. Candil en la calle y oscuridad en la casa, nada más paradójico.

Aunque los tiempos inviten a hacerlo, no es momento para dudar. Es verdad, estamos siendo sacudidos fuertemente y se nos está mostrando lo endebles que somos como especie.

Las comodidades que la vida moderna nos otorga, nos está volviendo cada día más dependientes, la dependencia viene aparejada con debilidad. Dependemos al cien por ciento de la tecnología y, por momentos se nos olvida que esta no es infalible, uno de sus principales inconvenientes es que su utilización masiva no está cubriendo las necesidades,

Lo anterior lo vivimos todos los días, cuando requerimos algún servicio bancario, gubernamental o por las labores escolares. Las fallas en los sistemas se presentan de manera recurrente en todos los ámbitos, con su consecuente paralización de los procesos.

Por lo tanto, ante todo es importante que al navegar en esta época que nos ha tocado vivir debemos anclar tanto de forma personal como colectivamente el nuevo futuro que se nos avecina y que buscamos crear de forma más positiva.

Vivir en situaciones tempestuosas tal parece nos lleva a sobrevivir instintivamente, obteniendo una visión general en medio del caos para obtener un poco de tranquilidad en medio de la incertidumbre global.

Constantemente los acontecimientos nos recuerdan que no podemos retornar a nuestra ansiada normalidad. Eso jamás pasará, no en el corto plazo. Por el momento, es menester realizar una revisión masiva sobre nuestra acelerada forma de vida.

Una de las cosas que nos quedan perfectamente claras es que en estos momentos no es posible planificar el futuro, ya que este se ha vuelto incierto y, retornar al modo de vida de antaño, tampoco ya no es posible.

Ante ello, solo queda reinventar un futuro, la humanidad es y seguirá siendo resiliente, así lo ha demostrado la historia del hombre. Es verdad, por momentos estar vivo duele, la existencia duele, las ausencias también duelen, pero la fuerza de voluntad como especie, nuevamente nos llevará adelante. Eso Dios lo sabe y con seguridad en estos momentos exhalará un gran suspiro y dirá para sus adentros, mi mayor creación puede, le di la capacidad para hacerlo.

Ahora bien, con la cercanía que nos da la tecnología, la onda expansiva de los acontecimientos no da cabida para decir, no me afecta, por supuesto que nos afecta a todos lo que acontece en el mundo. No se puede permanecer al margen.

Los avances en soluciones creativas sólo ocurren en momentos de caos, cuando las personas se unen para encontrar soluciones. Esto como en la política es complicado, pero al final alguien tendrá que declinar a favor de la mejor opción. Sólo así se dará un verdadero paso en la evolución humana.

Sólo nos resta catalizar la ansiedad y evitar caer en depresión ante tantos desastres y cambios repentinos, para ello se requiere una mente en calma para aceptar la realidad y detectar las coyunturas que nos está presentando la existencia. 

Reconocer factores, precisar movimientos, todo ello paso a paso, la vida lo que nos está brindando es mucho tiempo para reflexionar y corregir el camino para volvernos verdaderamente humanos. Así sin más, como los marcianos que llegaron ¡Bailando el chachachá! masryram@msn.com