“Por ser demasiado inteligente estarás muerto, por demasiado tonto
estarás muerto, por saber esto vas a sobrevivir”.
Proverbio vietnamita sobre la sabiduría
Durante la época navideña, es
común tener sentimientos que nos llevan de un momento a otro a la polaridad del
sentimiento; en un segundo se puede estar pletórico de alegría y en otro
inmediato sentir una gran tristeza. Momentos de reflexión. El año que se agota,
trae consigo el sabor de lo vivido, las metas logradas y no; se percibe el
avance o retroceso en todos los sentidos. Segundo a segundo, el tiempo, vuela,
es inexorable.
El verdadero significado de la
Navidad conlleva un conocimiento extenso y profundo entendimiento que no puede
obtenerse de los libros, educación, tradición familiar, cultura, entre otros.
El significado brota del alma de cada ser humano. Ahí es donde yace está
sabiduría ancestral que vive dentro de nosotros mismos.
La Navidad es un regalo, pero no
es material, como se espera. Existe una idea vietnamita “Danh-Lợi-Tình” que literalmente significa “Fama-Fortuna-Lujuria”, sobre la base de este concepto, todo ser
humano sueña con obtener todo lo que conlleva esta tríada de palabras, indivisibles,
unidas entre sí y derivativas unas con otras. También pueden provocar un
impacto negativo o positivo en la sociedad humana. Estos factores pueden ser
las distracciones que nos causan problemas o las herramientas que nos pueden
ayudar.
Sabiduría navideña es saber lo
que se espera de la vida, cómo la afrontamos, cómo la derivamos hacia nuestros
semejantes. La violencia, latente a cada segundo, se expresa de forma
individual en los actos cotidianos, en el tránsito, en las compras, en la calle
por un simple roce de miradas. El ostracismo en su máxima expresión, no se
permite la mínima invasión a la esfera individual.
Para contrarrestar este efecto, el
científico Gregg Braden, realizó en los 80s un experimento llamado “Proyecto
Internacional de Paz en Medio Oriente”. Durante la guerra entre Israel y el
Líbano, se instruyó a personas para que tuvieran sentimientos de paz en
diferentes localidades de ambos países y durante el tiempo que los
investigadores llaman la “ventana de la plegaria” mientras evocaban sentimientos
de paz en sus corazones, las actividades terroristas bajaron a cero, los
crímenes contra otras personas se redujo considerablemente, así como la
actividad en hospitales. Existen otros experimentos de este tipo, que
demuestran que las vibraciones que emiten un grupo de personas a la vez,
afectan a su entorno cercano. Y si el número de personas es elevado, podría
afectar a nivel planetario.
Braden ideó una fórmula para
conocer la cantidad de personas necesarias para este propósito; el efecto se
comienza a notar cuando un cierto número de gente participa y esa mínima
cantidad es la raíz cuadrada del 1% del total de la comunidad. En un mundo de más
de 6000 millones de habitantes el resultado del 1% de la raíz cuadrada es sólo
8000 personas. De acuerdo a estos estudios, 8000 personas son las que se
requieren que sientan simultáneamente este sentimiento de paz en sus corazones
para generar o disparar, ese movimiento de la conciencia simultánea con este
campo como lo conocemos hoy en día. Para que así, a través de este, la paz se
sienta en todo el mundo.
8000 personas... no parecen muchas. Sin embargo, lograr la
conexión y sincronicidad, todas con el mismo propósito es tarea ardua. Cuanta
más gente, a lo largo del planeta, realice esta actividad en esta época
navideña, se logrará abatir considerablemente la violencia. El mejor regalo que
se puede obtener para uno mismo y para los demás, es actuar con sabiduría:
regalemos la proyección de sentimientos de paz, luz, amor, amistad, comprensión
y empatía; no existe mejor obsequio en el mundo. masryram@msn.com
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