lunes, 21 de febrero de 2022

Opinión “X”

Por Marisú Ramírez  

“Si todo te da igual, estás haciendo mal las cuentas”

Albert Einstein

Los seres humanos estamos yendo en muchas direcciones, y podemos elegir diversos caminos para lograr nuestro desarrollo evolutivo, no solamente el bien o el mal. Algunos requieren un gran esfuerzo, tanto que en ocasiones hasta se tiene que dejar de lado la naturaleza humana y desarrollar potentes habilidades latentes de sabiduría, trascendencia, intuición, fe y espiritualidad. 

Desde el axioma psicológico de la naturaleza humana se proyecta el futuro con base en lo que se sabe del pasado, pero el mundo está lleno de personas que quieren recoger frutos de árboles que nunca sembraron. Entonces, cómo se puede proyectar el resto de la existencia si constantemente nos detenemos a tirar piedras a cada perro que nos ladra, perdiendo de vista el propósito de vida.

Así mismo, es importante considerar que la energía sigue al pensamiento y una mente ocupada, con objetivos precisos y claros no requiere de superficialidades, como tampoco extraña a nadie. Por lo tanto, se debe evitar dar tantas explicaciones, los amigos no las necesitan, los enemigos no las creen y los insulsos no las entienden.

Algunos comienzan a prever y sentir el cambio. Se percibe que algo sucede y no se puede determinar claramente, la vida misma va dando las pautas. Está sucediendo dentro de nosotros mismos ¡es intuitivo! El psicólogo Carl Jung incluyó la intuición entre las cuatro funciones que requiere el ser humano para comprender la realidad y relacionarnos con el medio, las otras tres funciones son “el sentimiento, el pensamiento y la sensación”.

Un tonto no se da cuenta de que es un tonto, hasta que le llega una gran verdad que lo hace mirar hacia atrás y decir ¡Fui un tonto! Eso requiere algo que él no tenía cuando era un tonto.  Algunos dirán que están madurando en su naturaleza humana, otros que están despertando su intuición y otras más que están desarrollando o despertando su conciencia. Es una evolución de cualquier forma.

La presencia de personas, circunstancias y cadena de sucesos; incluso alfa- numéricos; pueden sentirse como verdaderos “Deja Vu”, la insistencia se puede deber a que lo podemos intuir, ver, sentir y tocar. La premisa es tener cuidado con lo que esperamos, porque eso mismo se nos entregará. 

También, nuestra naturaleza humana nos vuelve dependientes de los demás, queremos sentirnos acompañados, amados o hasta idolatrados. No nos gusta sentirnos solos. No sabemos estar con nosotros mismos. La ayuda viene de nuestro interior, no de fuera.

Una parte fundamental de la naturaleza humana es el libre albedrío, pero a medida que crecemos comenzamos a sentirnos atraídos hacía otros que creemos resolvieron su existencia y los convertimos en nuestros prototipos. Todo lo que tenemos que hacer, es encender la luz y ya no tendremos temores. 

Se dice que los seres humanos nos hemos peleado unos con otros porque no podíamos vernos entre nosotros. Cuando encendemos la luz y nos vemos unos a otros, vemos que somos iguales. Podemos no estar de acuerdo con los demás, pero son como nosotros y entonces comenzamos a ver lo que tenemos en común. Cuando esto le ocurra a la mayor parte de la humanidad, dejaremos de matarnos entre nosotros.

Por lo tanto, no se puede encender la luz si se tiene miedo, como tampoco se puede encender si decidimos quedarnos en la oscuridad. Sin darnos cuenta de un panorama mayor, nos quedamos parados en nuestra zona de confort “aunque esté oscuro” por lo tanto, eso será lo que obtendremos en el futuro, oscuridad, temor y caos. 

Vislumbrar un panorama mayor es parte del espíritu humano que evoluciona y trasciende desde su propio caos, somos merecedores de todo y no debemos permitir que nadie nos diga lo contrario. Pero, esto no sucede por arte de magia. masryram@gmail.com 

 

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